miércoles, 25 de febrero de 2009

Convertios y creed el Evangelio


Con esta cita de San Marcos, hoy se nos ha impuesto la ceniza en nuestras cabezas. Pidamos al Señor por medio de esta oración que nos otorge una santa Cuarema.

Quiero estar preparado, por Ti y contigo,

para que la dureza de la cruz no me sorprenda

y que lejos, de asustarme,

vea en ella un exponente y un altavoz de tu gloria.

Quiero mantenerme en forma,

para no perder el ritmo de la fe

y no se apague el brillo de mi esperanza.

Porque, temo que si Tú no vas conmigo,

el maligno aproveche cualquier fisura

y se adentre en lo más hondo de mis entrañas.

ENTRÉNAME, SEÑOR

Quiero jugar contigo el gran partido de la Pascua;

ahora, con el color morado de la penitencia,

pero pronto, en la alborada de Resurrección,

con el color blanco del triunfo de la VIDA

Sí; Señor, quiero que en estos 40 días

me enseñes a mirar hacia el cielo

me indiques como entregarme a mis hermanos

me recuerdes que,

en la sobriedad y no en la abundancia,

está la riqueza y la felicidad de mis años.

ENTRÉNAME, SEÑOR

Y que pueda volver de los caminos equivocados

y que, postrándome ante Ti,

pueda decir sin temor ni vergüenza alguna:

he pecado, no merezco ser de los tuyos,

trátame como a uno de tus jornaleros”

Necesito correr, Señor,

recuperar el estilo de un auténtico creyente

y hablarte, con oraciones que nacen en el silencio.

Escuchar palabras que sanan y salvan

Corregir pautas y comportamientos,

actitudes y olvidos

que me alejaron de Ti hace tiempo.

ENTRÉNAME, SEÑOR

Y, haz que esta Santa Cuaresma,

sea una oportunidad para acercarme a todo ello.

Amén.

Javier Leoz

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