jueves, 1 de julio de 2010

Desde el Carmelo Descalzo...


"Esta es la vida del Carmelo: vivir en Él. Entonces todas las inmolaciones, todos los sacrificios quedan divinizados. El alma descubre, a través de todas las cosas, a Aquel a quien ama y todo la lleva a Él. Se trata de un diálogo cordial ininterrumpido con Él. De este modo tú ya puedes ser carmelita en espíritu.

Ama el silencio y la oración porque constituyen la esencia de nuestra vida carmelitana. Pide a la Reina del Carmelo, nuestra Madre, que te enseñe a adorar a Jesús en profundo recogimiento. Ella ama tanto a sus hijos del Carmelo...Es su Orden predilecta y Ella es nuestra patrona.

Invoca también a nuestra seráfica Madre santa Teresa. Amó tanto que murió de amor. Pídele ese amor apasionado que sintió por Dios y por todas las almas, pues el Carmelita tiene que ser un apóstol. Todas sus oraciones y todos sus sacrificio están orientados hacia ese fin.

¿ Conoces a San Juan de la Cruz? Es nuestro Padre. Qué profundamente penetró en el conocimiento de Dios. Antes de que él, debía haberte hablado de San Elías, nuestro primer Padre. Observarás que nuestra Orden es antigua pues se remonta hasta los profetas.

Amemos a nuestro Carmelo. Es incomparable".

Isabel de la Trinidad, ( Carta 118)

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