jueves, 30 de junio de 2011

miércoles, 29 de junio de 2011

San Pedro y San Pablo

ORACIÓN A SAN PEDRO
Príncipe de los Apóstoles y de la Iglesia Católica: por aquella obediencia con que a la primera voz dejaste cuanto tenías en el mundo para seguir a Cristo; por aquella fe con que creíste y confesaste por Hijo de Dios a tu Maestro; por aquella humildad con que, viéndole a tus pies, rehusaste que te los lavase; por aquellas lágrimas con que amargamente lloraste tus negaciones; por aquella vigilancia con que cuidaste como pastor universal del rebaño que se te había encomendado; finalmente, por aquella imponderable fortaleza con que diste por tu Redentor la vida crucificado, te suplico, Apóstol glorioso, por tu actual sucesor el Vicario de Cristo. Alcánzame que imite del Señor esas virtudes tuyas con la victoria de todas mis pasiones; y concédeme especialmente el don del arrepentimiento para que, purificado de toda culpa, goce de tu amable compañía en la gloria. Amen.

ORACIÓN A SAN PABLO
Glorioso apóstol San Pablo, vaso escogido del Señor para llevar su santo nombre por toda la tierra; por tu celo apostólico y por tu abrasada caridad con que sentías los trabajos de tus prójimos como si fueran tuyos propios; por la inalterable paciencia con que sufriste persecuciones, cárceles, azotes, cadenas, tentaciones, naufragios y hasta la misma muerte; por aquel celo que te estimulaba a trabajar día y noche en beneficio de las almas y, sobre todo, por aquella prontitud con que a la primera voz de Cristo en el camino de Damasco te rendiste enteramente a la gracia, te ruego, por todos los apóstoles de hoy, y que me consigas del Señor que imite tus ejemplos oyendo prontamente la voz de sus inspiraciones y peleando contra mis pasiones sin apego ninguno a las cosas temporales y con aprecio de las eternas, para gloria de Dios Padre, que con el Hijo y el Espíritu Santo vive y reina por todos los siglos de los siglos. Amén.

Felicidades, Santo Padre



Hace 60 años, el 29 de junio de 1951, Joseph Ratzinger fue ordenado sacerdote
El momento más importante de mi vida

Era un espléndido día de verano, y cuando el arzobispo me impuso sus manos sobre las mías, un pajarillo entonó un breve canto gozoso
En el esencial y límpido relato autobiográfico publicado en 1997 —cuyo original alemán se titula Aus meinem Leben. Erinnerungen 1927-1977 («De mi vida. Recuerdos, 1927-1977»)— Joseph Ratzinger evoca con vívida sencillez su ordenación sacerdotal. Quien impuso las manos, el 29 de junio de 1951 en Frisinga, sobre el diácono de veinticuatro años, sobre su hermano mayor Georg y sobre otros 42 jóvenes, fue un gran protagonista del catolicismo alemán: el cardenal Michael von Faulhaber (1869-1952), biblista y patrólogo insigne, arzobispo de Munich y Frisinga desde 1917, quien en los oscuros años del Tercer Reich se había convertido en uno de los más valientes críticos hacia el régimen hitleriano.

«Al menos los dos últimos meses pude dedicarme enteramente al gran paso: la ordenación sacerdotal, que recibimos en la catedral de Frisinga de manos del cardenal Faulhaber en la fiesta de los santos Pedro y Pablo del año 1951. Éramos más de cuarenta candidatos; cuando fuimos llamados respondíamos Adsum: “Aquí estoy”. Era un espléndido día de verano que permanece inolvidable como el momento más importante de mi vida. No se debe ser supersticioso, pero en el momento en que el anciano arzobispo impuso sus manos sobre las mías, un pajarillo —tal vez una alondra— se elevó del altar mayor de la catedral y entonó un breve canto gozoso; para mí fue como si una voz de lo alto me dijese: “Va bien así, estás en el camino justo”. Siguieron después cuatro semanas de verano que fueron como una única y gran fiesta. El día de la primera misa [el 8 de julio, en Traunstein], nuestra iglesia parroquial de San Osvaldo estaba iluminada en todo su esplendor y la alegría, que casi se tocaba, envolvió a todos en la acción sacra, en la forma vivísima de una “participación activa”, que no tenía necesidad de una particular actividad exterior. Estábamos invitados a llevar a todas las casas la bendición de la primera misa y fuimos acogidos en todas partes —también entre personas completamente desconocidas— con una cordialidad que hasta aquel momento no me podría haber imaginado. Experimenté así muy directamente cuán grandes esperanzas ponían los hombres en sus relaciones con el sacerdote, cuánto esperaban su bendición, que viene de la fuerza del sacramento. No se trataba de mi persona ni de la de mi hermano: ¿qué podían significar, por sí mismos, dos hermanos, como nosotros, para tanta gente que encontrábamos? Veían en nosotros unas personas a las que Cristo había confiado una tarea para llevar su presencia entre los hombres; así, justamente porque no éramos nosotros quienes estábamos en el centro, nacían tan rápidamente relaciones amistosas».

Sacerdote desde hace sesenta años, Joseph Ratzinger desarrolla cada día con humildad y transparencia la tarea de hacer presente al único Señor del mundo y de la historia entre las mujeres y los hombres de nuestro tiempo, haciendo siembra en sus almas. Por ello —seguro de interpretar no sólo a quien se reconoce en la Iglesia católica, sino a muchísimas otras personas en todo el mundo— «L'Osservatore Romano» ofrece a Benedicto XVI su felicitación. Y repite por él las palabras de la antigua oración por el Papa, invocando de Cristo protección y la única felicidad que cuenta: Dominus conservet eum, et vivificet eum, et beatum faciat eum in terra, et non tradat eum in animam inimicorum eius.

L'Osservatore romano

domingo, 26 de junio de 2011

Corpus Christi

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN 6, 51-58

En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos:

-- Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo.

Disputaban los judíos entre sí:

-- ¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?

Entonces Jesús les dijo:

-- Os aseguro que si no coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día. Mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él. El Padre que vive me ha enviado, y yo vivo por el Padre; del mismo modo, el que me come vivirá por mí. Éste es el pan que ha bajado del cielo: no como el de vuestros padres, que lo comieron y murieron; el que come este pan vivirá para siempre.

viernes, 24 de junio de 2011

¡Estas aquí, Señor!

¡ESTAS AQUÍ, SEÑOR!
Javier Leoz

Y, ante un mundo indiferente a tu presencia,
nuestras voces aclaman lo que el corazón siente:
¡Estás aquí Señor, como alimento y vida!
No permanezcas al margen de nuestra existencia;
te necesitamos como báculo que ofrezca firmeza a nuestro caminar
No nos dejes de tu mano
a pesar de que, el hombre, haya replegado la suya
No permitas, Señor,
que otros soles sean más potentes
que los rayos de tu verdad y de tu justicia
Sí, Señor;
¡ESTAS AQUÍ, Y NOS BASTA!
Y manifestamos públicamente que, nada ni nadie,
podrá ofrecernos la alegría que Tú nos das
Y cantamos, a los cuatro vientos,
que tu voz, por ser divina y humana,
habla en medio de nuestras miserias
o nos levanta en tantos instantes de decadencia.
Sí, Señor;
ESTAS PRESENTE EN EL PAN Y EL VINO
Para que, la mesa de nuestra vida,
cuente siempre con el principal sustento:
la fe, la esperanza, la Palabra, el Misterio
Para que, el paladar de nuestra existencia
saboree siempre de un manjar
que, sin saber de qué manera ni cómo,
se convierte en Cuerpo y Sangre de Cristo
¡ESTAS AQUÍ Y TE DAMOS GRACIAS!
Porque te haces ofrenda por el hombre
y compartes sus preocupaciones y necesidades
Y sales, con tu mano poderosa,
bendiciendo sus inquietudes y anhelos
Y miras, desde esa blanca hostia,
con ojos de ternura y de misericordia
con ojos de amor y de amigo que nunca falla
con ojos que saben mirar
más allá de lo que el hombre con los suyos alcanza
¡ESTAS AQUÍ, SEÑOR, Y NOS BASTA!
Eres salvación….¡Sálvanos!
Eres amigo……..¡Acompáñanos!
Eres fuerza……..¡Fortalécenos!
Eres vida……….¡Danos vida!
Eres amor………¡Amanos!
Eres Dios……….¡Te adoramos, Señor!
Eres Cristo……..¡Te bendecimos, Señor!
Eres Espíritu…...¡Llénanos de Ti!
Amén

miércoles, 22 de junio de 2011

Señor Jesucristo

Señor Jesucristo,
Camino, Verdad y vida,
rostro humano de Dios
y rostro divino del hombre,
enciende en nuestros corazones
el amor al Padre que está en el cielo
y la alegría de ser cristianos.

Ven a nuestro encuentro
y guía nuestros pasos
para seguirte y amarte
en la comunión de tu Iglesia,
celebrando y viviendo
el don de la Eucaristía,
cargando con nuestra cruz,
y urgidos por tu envío.

Danos siempre el fuego
de tu Santo Espíritu,
que ilumine nuestras mentes
y despierte entre nosotros
el deseo de contemplarte,
el amor a los hermanos,
sobre todo a los afligidos,
y el ardor por anunciarte
al inicio de este siglo.

Discípulos y misioneros tuyos,
queremos remar mar adentro,
para que nuestros pueblos
tengan en Ti vida abundante,
y con solidaridad construyan
la fraternidad y la paz.

Señor Jesús, ¡Ven y envíanos!
María, Madre de la Iglesia,
ruega por nosotros.
Amén.

Benedicto XVI

martes, 21 de junio de 2011

Xavier Novell, obispo de Solsona






Xavier Novell i Gomà (Montfalcó d'Agramunt, 1969) es el prelado más joven de España. Ingeniero técnico agrícola, fue ordenado sacerdote en 1997 y trabajó como docente en la Facultad de Teología de Cataluña. Doctor en Teología por la Universidad Gregoriana de Roma, desde diciembre de 2010 está al frente de la diócesis de Solsona. En «Carta a los jóvenes» (Espasa) invita a avanzar hacia una vida creyente con la aspiración de despertar en quienes no creen el interés por la propuesta cristiana. Lleva veinte años trabajando con los jóvenes. Lo entrevista Antonio Astorga en ABC.

-Lo suyo con Cristo, ¿fue un flechazo?

-Me atraía su manera de vivir y me hice una propuesta: «De este, ¡yo me fío!».

-En esta sociedad laica, no se estila.

-Hoy no es noticia que en todas las Iglesias de España haya diez mil jóvenes que reciban al Espíritu Santo. Ni que un joven decida hacerse sacerdote, o ingresar en un convento.

-Sí son noticia los escándalos de abusos sexuales perpetrados por miembros de la Iglesia.

-No tiene interés que un perro muerda a un señor, y tiene interés mediático que un señor haya mordido a un perro. Dinámica de la hiperinformación.

-¿Hay ovejas descarriadas en el rebaño?

-Algunas. Todos, un poco, somos un poco descarriados y todos tenemos que volver cada día al redil, y renovar nuestra fidelidad a Cristo.

-¿Por qué hombre muerde a perro en la Iglesia?

-Eso no es una oveja descarriada. Eso es terrible. Un pastor, a quien el Señor le ha confiado una misión, se aprovecha para algo terrible: abusar de un niño. Eso es muy grave y tiene que ser extirpado de la Iglesia con toda claridad y contundencia.

-¿Vivimos con la muerte en los talones?

-Vivimos en una sociedad más de muerte que de vida. Catastrófica. Con una cantidad de abortos que hacen temblar. Se frivoliza sobre lo más sagrado: la vida. Vivimos heridos por el pecado.

-¿El pecado y el vicio han derrotado al amor?

-Hay gente que ama de un modo bellísimo, y matrimonios que son ejemplos de amor sincero. Pero es verdad también que se ha prostituido el amor de un modo tal que es difícil para un joven, hoy, llegar a comprender que el amor es algo realmente bello.

-¿Quién ha prostituido el amor?

-Hay una pulsión en el género humano, el deseo sexual, que si uno no lo humaniza pues es fácil que empiece por el derrotero de intentar descubrir qué es el placer venéreo, el placer sexual, y que le sepa a poco porque, en el fondo, el placer sexual, cuando no va unido al amor verdadero, siempre deja como vacío. El primer día quizás, no sé, debe ser cosa extraordinaria, pero por lo que he escuchado, me han contado, me han explicado, eso deriva a probar otras cosas porque no llena. Lo sexual habla del amor, y sin amor lo sexual queda como vacío.

-¿Quién destruye la familia?

-Una sociedad de libertad a ultranza sin objetivo. El querer «ser libre y hacer lo que me da la gana».

-¿El celibato es una gracia y una bendición?

-Así lo vivo, así lo he visto en tantísimos compañeros y sacerdotes mayores, que me han precedido. El celibato religioso o sacerdotal en la iglesia latina es, en gran parte, lo que explica la capacidad misionera inmensa, y también explica que la iglesia ortodoxa se haya quedado estancada y en recesión muy fuerte en sus mismos países de origen.

-¿Los ortodoxos viven como rajás?

-Una chica rumana me dijo: «Los curas en Rumanía, ¡qué gorrones! Las mejores casas, cochazos... ¿Por qué?» Le dije que cuando se tienen que mantener tres o cuatro hijos hay que «recoger» para no pillarse los dedos. «¿Quieres casarte?, pues paga tanto, ¿quiéres que te bendiga la casa?, pues paga tanto...». En cambio, el sacerdocio celibatario da una libertad y una pobreza, que permite la presentación de una Iglesia mucho más evangélica.

-¿Qué ideología tiene la Iglesia?

-Ninguna. Custodia a una persona que es capaz de cambiar los corazones de la gente.

-¿Qué sintió cuando unos chicos a los que usted les dio catequesis le invitaron a conocer su casa?

-Una gran tristeza. Tras recibir la confirmación, esos chicos no habían cambiado nada, y de un modo obsceno y provocador me desafiaban mostrándome un antro cutre donde insinuaban que allí tenían sus primeras experiencias sexuales.

-¿Cuál es el futuro de esa generación?

-El trabajo educa. Y las experiencias verdaderas de amor. Me temo que muchos se quedarán en la cuneta. El único que tiene solución verdadera es Cristo.

lunes, 20 de junio de 2011

Oración a la Santísima Trinidad

Te adoro, Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, tres personas y un solo Dios. Me postro en el abismo de mi nada ante tu divina majestad.
Creo firmemente y estoy dispuesto a dar la vida en testimonio de todo lo que nos ha revelado en la Sagrada Escritura y de los misterios que por medio de tu Iglesia nos has manifestado.
En ti deposito mi confianza; y de tu mano, Dios mío, vida única, esperanza mía, deseo, espero y quiero recibir todos los bienes, espirituales o corporales, que pueda alcanzar en esta vida o en la otra. Desde hoy y para siempre te consagro mi cuerpo y mi alma, todas mis potencias, la memoria, el entendimiento, la voluntad y todos mis sentidos.
Te prometo no consentir jamás, en cuanto esté de mi parte, en que se infiera la más mínima ofensa a tu divina majestad.
Propongo firmemente dedicar toda mi existencia, mis facultades y energías, a tu servicio y gloria.
Estoy dispuesto a sobrellevar ludas las adversidades que tu mano paternal quiera imponerme para dar gusto a tu corazón.
Quisiera esforzarme con todo mi ser, para que todos sirvan, glorifiquen y amen a Dios su Creador.
Me gozo intensamente de tu eterna felicidad, y me siento jubiloso por tu gran gloria en el cielo y en la tierra.
Te doy infinitas gracias por los innumerables beneficios concedidos, a mi y al mundo entero, y por los que continuamente, (día tras día, concede tu benigna providencia.
Amo tu infinita bondad por si misma con todo el afecto dc mi corazón y de mi alma: y desearía sí me fuera posible, amarte como te aman los ángeles y los justos, con cuyo amor uno el mío.
A tu divina majestad, en unión de los méritos de la pasión, vida y muerte de Cristo, de la bienaventurada siempre Virgen y de todos los santos, ofrezco desde ahora para siempre todas mis obras, purificadas por la preciosísima sangre de nuestro Redentor Jesús.
Quiero participar, en lo posible, de las indulgencias obtenidas por medio de las oraciones y obras, y deseo aplicarlas como sufragio por las almas del purgatorio.
Quiero también ofrecer, en la medida de mis fuerzas satisfacción y penitencia por todos mis pecados.
Dios mío, siendo tú infinitamente digno de todo amor y servicio, por ser quien eres: me arrepiento de todo corazón de mis pecados, y los detesto más que todos los males, puesto que tanto te desagradan a ti. Dios mío, a quien amo sobre todas las cosas: te pido humildemente perdón, y hago firme propósito de nunca ofender a tu divina bondad.

domingo, 19 de junio de 2011

Santísima Trinidad

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN 3, 16-18



Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que no perezca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida eterna. Porque Dios no mandó su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él. El que cree en él no será juzgado; el que no cree ya está juzgado, porque no ha creído en el nombre del Hijo único de Dios.

sábado, 18 de junio de 2011

Jornada Pro Orantibus 2011

Monición de entrada
Hoy celebramos en toda la Iglesia la solemnidad de la Santísima
Trinidad, confesión de nuestro Credo y fundamento de toda vida
cristiana. El misterio de Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo se nos ha
revelado en su Palabra, lámpara para nuestros pasos y luz en nuestro
sendero.
En este marco litúrgico, tenemos hoy un recuerdo particular por
quienes en la Iglesia han sido llamados a la vida consagrada contemplativa.
Los monjes, las monjas y la vida eremítica ofrecen a la
comunidad cristiana y al mundo de hoy, tan necesitado de auténticos
valores espirituales, un anuncio silencioso y elocuente del amor
de Dios, testimonio humilde del misterio trinitario. El ritmo tantas
veces acelerado de nuestra vida diaria reclama espacios y tiempos
de calma y silencio, oración y contemplación. Los monasterios son
estos lugares donde la Palabra del Señor acontece en la liturgia, el
canto, el trabajo y la contemplación, y donde cada comunidad se
entrega a la oración de intercesión por todos los hombres.

Pidamos hoy especialmente por los hermanos y hermanas que
han recibido en la Iglesia la vocación contemplativa, para que en su
silencio y entrega escuchen y guarden la palabra de Dios a imitación
de la Virgen María, madre de todos los creyentes. Oremos.

Pidamos por los jóvenes, especialmente por todos aquellos que
participarán en la próxima Jornada Mundial de la Juventud, en agosto
en Madrid; para que el Señor les conceda, a imitación de los contemplativos,
un verdadero encuentro con Jesucristo, y se dispongan
a abrirle de par en par las puertas de sus corazones. Oremos.

Monición de envío
En la comunión de la Iglesia hemos celebrado el Misterio de
nuestra fe. Somos el Pueblo adquirido por Dios, llamado a salir de la
tiniebla para entrar en su luz maravillosa. Unidos a tantos hermanos
y hermanas que viven entregados a la oración en la vida contemplativa,
damos gracias a Dios por el don de sus vocaciones, y avivamos
en nosotros la fidelidad a nuestro bautismo.
Que la Virgen María, mujer de la Palabra, acompañe nuestro camino
con la luz de la fe, el consuelo de la esperanza y la fortaleza
del amor.

viernes, 17 de junio de 2011

El camino que te lleva al Cielo

En la vida no tuerzas el camino
y no te vayas por cualquier sendero.
Señalar un final es lo primero
y perderte en la jungla lo dañino.

¡Adelante, esforzado peregrino!
Con paso alegre y caminar ligero
llegarás al final, si el derrotero
que transitas es fiel a tu destino.

Es inútil trotar por otras sendas
hasta perderte y circular sin rumbo
escogiendo la ruta a contrapelo.

No hagas caso de cuentos y leyendas
y menos tropezar tumbo tras tumbo
en el camino que te lleva al Cielo. Amén.

José María Zundeta Munárriz.

jueves, 16 de junio de 2011

Jesucristo, Sumo y Eterno Sacerdote

Sólo el amor halló tal sacerdocio:
el vino de la copa ya no es vino,
el pan es hoy la entrega de su cuerpo,
y en su nombre consagran sus ministros.

No quiso recibir aquella unción
que hacía sacerdotes interinos;
no se purificó, no entró en el templo
con la san re de extraños sacrificios.

No vistió la esplendente vestidura,
puesto en cruz, sin honor y malherido;
ni dio la bendición con gesto augusto
desde el altar, muriendo entre bandidos.

El rito fue el amor y la obediencia,
la ofrenda fue la Pascua de sí mismo;
viviendo entre nosotros fue pontífice
y de sus días hizo su servicio.

Gloria a ti, Jesucristo, nuestro hermano,
que fuiste sacerdote compasivo;
intercede glorioso ante tu Padre,
con quien vives y reinas por los siglos.
Amén.


Cantan tu gloria, Cristo Sacerdote,
los cielos y la tierra:
a ti que por amor te hiciste hombre
y al Padre como víctima te ofrendas.

Tu sacrificio nos abrió las puertas,
de par en par, del cielo;
ante el trono de Dios, es elocuente
tu holocausto en la cruz y tu silencio.

Todos los sacrificios del los hombres
quedaron abolidos:
todos eran figuras que anunciaban
al Sacerdote eterno, Jesucristo.

No te basta el morir, que quieres darnos
alimento de vida:
quedarte con nosotros y ofrecerte
sobre el altar: hacerte eucaristía.

Clavado en cruz nos miras, te miramos,
crece el amor, la entrega.
Al Padre, en el Espíritu, contigo,
eleva nuestro canto y nuestra ofrenda.
Amén.

lunes, 13 de junio de 2011

Ven a mí, Espíritu Santo

Ven a mí, Espíritu Santo,
Espiritu de sabiduria:
dame mirada y oido interior
para que no me apegue a las cosas materiales,
sino que busque siempre
las realidades del Espíritu.

Ven a mí, Espíritu Santo,
Espíritu de amor:
haz que mi corazón
siempre sea capaz de más caridad.

Ven a mí, Espíritu Santo,
Espíritu de verdad:
concédeme llegar al conocimiento de la verdad
en toda su plenitud.

Ven a mí, Espíritu Santo,
agua viva que lanza a la vida eterna:
concédeme la gracia de llegar
a contemplar el rostro del Padre
en la vida y en la alegría sin fin.
Amén.

domingo, 12 de junio de 2011

Secuencia de Pentecostés


Ven, Espíritu divino,

manda tu luz desde el cielo.

Padre amoroso del pobre;

don, en tus dones espléndido;

luz que penetra las almas;

fuente del mayor consuelo.



Ven, dulce huésped del alma,

descanso de nuestro esfuerzo,

tregua en el duro trabajo,

brisa en las horas de fuego,

gozo que enjuga las lágrimas

y reconforta en los duelos.



Entra hasta el fondo del alma,

divina luz, y enriquécenos.

Mira el vacío del hombre,

si tú le faltas por dentro;

mira el poder del pecado,

cuando no envías tu aliento.



Riega la tierra en sequía,

sana el corazón enfermo,

lava las manchas,

infunde calor de vida en el hielo,

doma el espíritu indómito,

guía al que tuerce el sendero.



Reparte tus siete dones,

según la fe de tus siervos;

por tu bondad y tu gracia,

dale al esfuerzo su mérito;

salva al que busca salvarse

y danos tu gozo eterno.

Pentecostés

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN 20, 19-23

Al anochecer de aquel día, el día primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo:

-- Paz a vosotros

Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió:

-- Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo.

Y, dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y les dijo:

-- Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos.

sábado, 11 de junio de 2011

7 soplos del Espíritu Santo

El soplo de la FE. Ante el vendaval que asola la presencia de Dios, el Espíritu Santo propone con suavidad, pero con insistencia. a un Dios que no olvida a sus hijos/as.

El soplo del AMOR. Frente al egoísmo, el Espíritu, crea en el amigo de Jesús, sentimientos de justicia y de fraternidad. Le hace sentir que, por ese camino, es como mejor se llega a la eternidad.

El soplo de la ALEGRIA. La tristeza no se combate con acciones exteriores. Es en el interior de las personas. donde hay que establecer motivos para ser felices. El Espíritu Santo descubre en las entrañas del creyente una fuente de alegría: JESUCRISTO

El soplo de la ESPERANZA. La falta de horizontes es una realidad en la sociedad que permite todo, pero no abre puertas a la realización total del ser humano. El Espíritu Santo nos hace ver la grandeza que todos llevamos dentro y, por lo tanto, mirar con optimismo a nuestra propia existencia.

El soplo de la SOLIDARIDAD. Nunca, los hombres, hemos tenido tantos medios para sentirnos acompañados y, por otro lado, nunca tanta sensación de orfandad y de soledad. El Espíritu Santo nos induce a la salir al encuentro del otro para que, la solidaridad, sea también el carné de identidad de los hijos de Dios.

El soplo de la CALIDEZ. Las relaciones personales, las prisas, las responsabilidades y otras circunstancias, nos empujan a estar distantes, a ser fríos en palabras y gestos. El Espíritu Santo concita al encuentro, a signos de que denoten que nuestra pertenencia a la familia de los hijos de Dios, se traduzca en concordia y cercanía.

El soplo del PERDON. Quien está en comunión con Dios, siente la invitación de vivir en comunión con los hermanos. El Espíritu Santo nos recuerda que, estar soldados a la mano de Dios, exige ser misericordiosos con los demás, aceptar el perdón y brindarlo generosamente.

Y es que, el Espíritu Santo, es un canal por donde se desprende la fe, el amor, la alegría, la esperanza, la solidaridad, la calidez y el perdón de la gran fuente de todo ello que está en el cielo.
¡ES PENTECOSTÉS! J. Leoz.

jueves, 9 de junio de 2011

Con tu Espíritu Santo, Señor

Gritaré que, el Amor con mayúsculas tiene un nombre:
¡Padre!
Que El me acompaña desde la eternidad y que,
un día como a Ti Jesús,
me aguarda para darme un abrazo de fiesta y definitivo
CON TU ESPIRITU SANTO, SEÑOR
Cantaré el gozo de haber compartido mi vida contigo,
la fuerza que tus Palabras han dejado por el camino de mi vida, la ilusión de haberte conocido animándome en mi tristeza, levantándome en mis caídas y dándome Vida
donde yo sólo creía hallar la muerte
CON TU ESPIRITU SANTO, SEÑOR
Sentiré y proclamaré que soy de los tuyos
que, en tu Iglesia, me siento llamado a dar y recibir
dones y carismas, caridad y alegría,
perdón y humildad, comprensión y compañía.
CON TU ESPIRITU SANTO, SEÑOR
Iluminaré las entrañas de mi corazón, y luego,
llevaré esa luz a los que se hallan en tinieblas
a los que, hace poco o mucho tiempo,
dejaron de respirar el oxigeno de tu Santo Espíritu
sumergiéndose en una atmósfera sin sentido
CON TU ESPIRITU SANTO, SEÑOR
Me sentiré niño, y abriéndome como un pequeño,
sabré que es mucho lo que me espera:
respirar aires de infinitud
vivir como quien nace de nuevo
caminar sabiendo que tengo un compañero a mi lado
mirar a los cielos con ojos bien abiertos
soñar…con un final de mis días en tus manos.
CON TU ESPIRITU SANTO, SEÑOR
Hablaré, y no callaré sobre TI
Me entregaré, para nunca más cerrarme
Avanzaré, sin echar la mirada hacia atrás
Cantaré, aun a riesgo de quedar afónico
entonando que, al fondo de todo, vives y permaneces Tú.
CON TU ESPRITU SANTO, SEÑOR

Javier Leoz

martes, 7 de junio de 2011

Intenciones para junio

General: Los sacerdotes.
Para que los sacerdotes, unidos al Corazón de Cristo, sean siempre verdaderos testigos del amor solícito y misericordioso de Dios.

Misionera: Las vocaciones misioneras.
Para que el Espíritu Santo haga surgir en nuestras comunidades numerosas vocaciones misioneras, dispuestas a consagrarse plenamente a difundir el reino de Dios.

lunes, 6 de junio de 2011

Concentración de Cofradías del Carmen


Como ya sabéis, el domingo día 5, solemnidad de la Ascensión, nos reunimos las cofradías del Carmen en la ciudad de San Sebastián, acogidos por la cofradía del Carmen de dicho lugar. Y nosotros, para dicha concentración, nos preparamos desde el viernes día 3 en el que salimos hacia Lourdes. Nos juntamos con la cofradía del Carmen de León, somos viejos amigos, y todo salió a la perfección. El tiempo fue muy bueno, pudimos participar en el rosario de las antorchas, estar cerca de la Virgen en la gruta, rezamos el viacrucis, celebramos la eucaristía en Lourdes... Para el sábado día 4, llegamos a Loyola. Además de gozar con la visita al Santuario de Loyola, nos encontramos con otras cofradías, que también habían ido por esas tierras, y pudimos saludar efusivamente al nuevo superior de Reinosa, P. Ismael Olmo. El domingo amaneció un día espléndido y caluroso, como debía ser. Nos recibieron en la iglesia de los carmelitas de San Sebastián y además pudimos saludar a las diferentes cofradías que acudieron a la llamada de la concentración. La iglesia de los padres carmelitas estaba preciosa, y la unión y alegría que se respiraba entre todos hizo que la eucaristía estuviera llena de gozo, además de que había mucha gente. Concluimos el encuentro con una copiosa comida en la que nos reunimos unos 400 cofrades. Como testimonio de todo esto que os contamos, os dejamos dos fotos, una que es del momento en el que hacíamos el viacrucis en Lourdes, y otra de grupo que nos hicimos en Loyola. Gracias a todos los que vinísteis.

domingo, 5 de junio de 2011

Benedicto XVI en Croacia



"Jesús no es un maestro que embauca a sus discípulos: nos dice claramente que el camino con Él requiere esfuerzo y sacrificio personal, pero que vale la pena"


"No cedáis a la tentación de confiar solamente en el tener, en las cosas materiales, renunciando a descubrir la verdad que va más allá, como una estrella en lo alto del cielo, donde Cristo quiere llevaros. Dejaos guiar a las alturas de Dios"

Ascensión del Señor

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO 28, 16-20

En aquel tiempo, los once discípulos se fueron a Galilea, al monte que Jesús les había indicado. Al verlo, ellos se postraron, pero algunos vacilaban. Acercándose a ellos, Jesús les dijo:

-- Se me ha dado pleno poder en el cielo y en la tierra. Id y haced discípulos de todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo; y enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado. Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.

jueves, 2 de junio de 2011

Arguments

Esta serie de videos es fruto del trabajo realizado por estudiantes universitarios con motivo de la JMJ 2011. Los jóvenes que han participado en ellos han analizado los temas más controvertidos que hay ahora mismo en la opinión pública acerca de la Iglesia Católica, para dar una respuesta personal en menos de dos minutos. Aborto, divorcio, eutanasia, relaciones prematrimoniales, homosexualidad, celibato, abusos, sacerdocio femenino, las riquezas de la Iglesia...
Enlaza en : http://www.arguments.es/proyectos/jmj


miércoles, 1 de junio de 2011

Santísimo Padre nuestro

¡Santísimo Padre nuestro!, creador, redentor, consolador y salvador nuestro!

Que estás en los cielos: en los ángeles y en los santos; iluminándolos para conocer, porque tú, Señor, eres la luz; inflamándolos para amar, porque tú, Señor, eres el amor; habitando en ellos y colmándolos para gozar, porque tú, Señor, eres el bien sumo, eterno, de quien todo bien procede, sin quien no hay bien alguno.

Santificado sea tu nombre: clarificada sea en nosotros tu noticia, para que conozcamos cuál es la anchura de tus beneficios, la largura de tus promesas, la altura de la majestad y la hondura de los juicios (Ef 3,18).

Venga a nosotros tu reino: para que reines tú en nosotros por la gracia y nos hagas llegar a tu reino, donde se halla la visión manifiesta de ti, el perfecto amor a ti, tu dichosa compañía, la fruición de ti por siempre.

Hágase tu voluntad, como en el cielo, también en la Tierra: para que te amemos con todo el corazón (cf. Lc 10,27), pensando siempre en ti; con toda el alma, deseándote siempre a ti; con toda la mente, dirigiendo todas nuestras intenciones a ti, buscando en todo tu honor; y con todas nuestras fuerzas, empleando todas nuestras energías y los sentidos del alma y del cuerpo en servicio, no de otra cosa, sino del amor a ti; y para que amemos a nuestros prójimos como a nosotros mismos, atrayendo a todos, según podamos, a tu amor, alegrándonos de los bienes ajenos como de los nuestros y compadeciéndolos en los males y no ofendiendo a nadie (cf. 2 Cor 6,3).

El pan nuestro de cada día: tu amado Hijo, nuestro Señor Jesucristo, dánosle hoy: para que recordemos, comprendamos y veneremos el amor que nos tuvo y cuanto por nosotros dijo, hizo y padeció.

Y perdónanos nuestras deudas: por tu inefable misericordia, por la virtud de la pasión de tu amado Hijo y por los méritos e intercesión de la beatísima Virgen y de todos tus elegidos.

Así como nosotros perdonamos a nuestros deudores: y lo que no perdonamos plenamente, haz tú, Señor, que plenamente lo perdonemos, para que por ti amemos de verdad a los enemigos y en favor de ellos intercedamos devotamente ante ti, no devolviendo a nadie mal por mal (cf. lTes 5,15), y para que procuremos ser en ti útiles en todo.

Y no nos dejes caer en tentación: oculta o manifiesta, imprevista o insistente.

Mas líbranos del mal: pasado, presente y futuro. Amen.
La paráfrasis del Padrenuestro hace referencia al punto culminante de la vida mística y de entrega a Dios de san Francisco de Asís (1182-1228).