domingo, 22 de abril de 2012

Dame tu paz, Señor


Aquella que viene del cielo, que es azul y sólida


que me recuerda que es posible un orden nuevo


con unas metas y miras más altas.


DAME DE TU PAZ, SEÑOR


La que nace de un costado


que, traspasado por una lanza,


me enseña que –la paz- es consecuencia


de una vida entregada, con renuncias,


con valor y con un corazón regalándose


DAME DE TU PAZ, SEÑOR


La paz que, en manos traspasadas por clavos,


me insinúa que, la fraternidad,


sólo será posible cuando existan brazos abiertos


ojos que miren con mirada de hermanos


con pisadas que ayuden e indiquen el camino


a la gente que se encuentra perdida.


DAME DE TU PAZ, SEÑOR


No me des la paz que anuncia la televisión


No me des la paz que se confunde  con una tregua


No me des la paz en la que siempre pierden los mismos


No me des la paz que orquesta el mundo.


Yo, Señor, quiero tu paz:


La paz que respeta a todos


La paz que nace desde lo más profundo del cielo


La paz que es consecuencia del amor


La paz que es fuente del calor del corazón


La paz que es alegría de tu ser resucitado


DAME DE TU PAZ, SEÑOR


Esa paz que, todavía, muchos no conocen


Esa paz que, algunos, no desean porque les viene grande


Esa paz que, por ser celestial, sólo la puedes ofrecer Tú


desde la cruz y por tu Resurrección


DAME DE TU PAZ, SEÑOR


Tan diferente de la que ofrecen los pacifistas


Tan gigante que deja diminuta a la de la tierra


Tan inalcanzable que sólo Tú la puedes ofrecer


Tan duradera que sólo Dios la puede firmar


Tan necesaria que, por nosotros mismos,


nunca la podremos conquistar


DAME DE TU PAZ, SEÑOR


Y, si no puedes dármela Señor,


reina en mis entrañas


Vive en mi corazón y….sé que entonces


yo seré artífice de tu paz.


Amén.


Javier Leoz

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