martes, 7 de abril de 2009

Lunes Santo

Calor de Dios en sangre redentora,

y un río de piedad en tu costado;
bajo tu cruz quédeme arrodillado,
con ansia y gratitud siempre deudora.

Conózcate, oh Cristo, en esta hora

de tu perdón; mi beso apasionado,
de ardientes labios en tu pie clavado,
sea flecha de amor y paz de aurora.

Conózcame en tu vía dolorosa

y conozca, Señor, en los fulgores

de tus siete palabras, mi caída;


que en esta cruz pujante y misteriosa

pongo, sobre el amor de mis amores,

el amor entrañable de mi vida.

Amén.

No hay comentarios:

Publicar un comentario