Los misterios de la vida de Cristo han pasado a los sacramentos. A través de ellos, Jesús nos manifiesta su amor. Por eso le decimos:
R/ ¡Muéstranos la claridad de tu rostro!
Ayúdanos a comprender mejor la vocación bautismal, que nos permite llamar "Padre" a Dios.
Haz que seamos fieles a la gracia de la confirmación, para que no nos avergoncemos de nuestra condición cristiana.
Que la Eucaristía sea nuestro verdadero alimento, del que saquemos fuerzas para obrar siempre el bien.
Enséñanos a amar el sacramento de la penitencia, que perdona nuestros pecados y nos reintroduce en la casa paterna.
Que los enfermos sientan el consuelo de la unción, y con ella perseveren en la esperanza.
Bendice a los que has constituido como pastores de tu pueblo, para que estén siempre al servicio de los fieles.
Que los esposos cristianos, descubran que son signo de tu amor a los hombres y de la entrega de Cristo por la Iglesia.
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