Dos mil años después de tu venida
Te espera nuestro mundo en nuevo adviento;
Sólo contigo cobrará el aliento
Para vivir la tierra envejecida.
Tú eres la luz de su razón perdida,
El agua viva de que está sediento,
El verdadero pan del hombre hambriento;
Vencedor de la muerte, eres la vida.
Eres alfa y omega de la Historia
Que vive de tu cruz y tu victoria.
Tú descubres al hombre qué es ser hombre.
Y le ayudas a serlo y lo levantas,
Por eso el mundo entero ante tus plantas
Confiesa el Nombre sobre todo Nombre.
Bernardo Velado Graña
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