Es posible que hoy, como el día de Navidad, muchos se hayan olvidado de que el gran protagonista de estas fiestas es Jesús y hayan dado toda la importancia a los regalos, que están mal repartidos porque unos tienen muchos y les sobran, mientras que otros no tienen ninguno.
Como los tres Magos de Oriente, nos acercamos al Portal de Belén para ofrecer al Niño Jesús nuestros regalos; no le traemos oro, incienso y mirra, pero le ofrecemos:
· Las lágrimas de las madres que lloran por sus hijos
· El hambre de los niños que no pueden rezar el Padrenuestro, porque no tienen el pan de cada día y lo buscan en basureros.
· Las llagas de los enfermos que no se pueden curar por falta de medicinas.
· El paro de tantas familias, afectadas por la crisis económica.
· El desarraigo de muchos inmigrantes que tienen que separarse de su familia para buscar el pan de cada día.
· La angustia de los niños que sufren, en silencio, la separación de sus padres.
· El grito de millones de abortos
También queremos ofrecerle alguna cosa buena:
· La gran cantidad de “voluntarios” que atienden a los más necesitados.
· Tantos misioneros que llevan la luz y el consuelo a otros.
· Los que son misericordiosos y trabajan por la paz.
· Los niños alegres, felices y contentos porque ven que sus padres se aman.
Niño Jesús, acepta estos “presentes” que hoy te ofrecemos y ayúdanos para que entre todos seamos capaces de construir, con tu ayuda, un mundo mejor.
Como los tres Magos de Oriente, nos acercamos al Portal de Belén para ofrecer al Niño Jesús nuestros regalos; no le traemos oro, incienso y mirra, pero le ofrecemos:
· Las lágrimas de las madres que lloran por sus hijos
· El hambre de los niños que no pueden rezar el Padrenuestro, porque no tienen el pan de cada día y lo buscan en basureros.
· Las llagas de los enfermos que no se pueden curar por falta de medicinas.
· El paro de tantas familias, afectadas por la crisis económica.
· El desarraigo de muchos inmigrantes que tienen que separarse de su familia para buscar el pan de cada día.
· La angustia de los niños que sufren, en silencio, la separación de sus padres.
· El grito de millones de abortos
También queremos ofrecerle alguna cosa buena:
· La gran cantidad de “voluntarios” que atienden a los más necesitados.
· Tantos misioneros que llevan la luz y el consuelo a otros.
· Los que son misericordiosos y trabajan por la paz.
· Los niños alegres, felices y contentos porque ven que sus padres se aman.
Niño Jesús, acepta estos “presentes” que hoy te ofrecemos y ayúdanos para que entre todos seamos capaces de construir, con tu ayuda, un mundo mejor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario