martes, 11 de enero de 2011
Para orar cada mañana
Dios nos regala este nuevo día. Elevemos a él nuestro corazón para que sepamos cumplir en todo su voluntad.
Te doy gracias, Dios mío, por haberme creado y haber puesto en mi corazón el deseo de la vida eterna. Gracias por este nuevo amanecer que puedo vivir en tu presencia.
Te pido que no te apartes de mí, para que sepa reconocerte en todos los hombres y no olvide en ningún momento que soy hijo tuyo.
Quiero ofrecerte desde esta primera hora mis pensamientos, palabras y obras de este día: ayúdame a no olvidarme de ti, para que en todo momento pueda darte gracias.
Dame fortaleza para huir de las ocasiones de pecado y confesar en todo tu nombre. Padre, tú eres mi bien y mi todo.
Padre nuestro…
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