sábado, 13 de agosto de 2011

Domingo XX del T.O,

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO 15, 21-28

En aquel tiempo, Jesús se marchó y se retiró al país de Tiro y Sidón. Entonces una mujer cananea, saliendo de uno de aquellos lugares, se puso a gritarle:

-- Ten compasión de mí, Señor, Hijo de David. Mi hija tiene un demonio muy malo.Él no le respondió nada. Entonces los discípulos se le acercaron a decirle:-- Atiéndela, que viene detrás gritando.Él les contestó:-- Sólo me han enviadlo a las ovejas descarriadas de Israel.Ella los alcanzó y se postró ante él, y le pidió de rodillas:-- Señor, socórreme.Él le contestó:-- No está bien echar a los perros el pan de los hijos.Pero ella repuso:--Tienes razón, Señor; pero también los perros se comen las migajas que caen de la mesa de los amos.

Jesús le respondió:-- Mujer, qué grande es tu fe: que se cumpla lo que deseas.En aquel momento quedó curada su hija.

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