Bienaventurados si no nos olvidamos de Dios
Bienaventurados si sonreímos aunque estemos llorando
Bienaventurados si no presumimos de ser ricos
Bienaventurados si no tememos decir la verdad
Bienaventurados si no valoramos sólo el mundo
Bienaventurados si miramos al cielo
Bienaventurados si no olvidamos al que sufre
Bienaventurados si somos fuertes en la fe
Bienaventurados si no nos burlamos de los débiles
Bienaventurados si nos dejamos tocar por Dios
Bienaventurados si creemos en
Bienaventurados si no ponemos en el centro al mundo
Bienaventurados si avanzamos con y por Jesús
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