¿Quién no ha oído esta expresión alguna vez; ¡qué poco espíritu tienes!?
María fue llena de Dios desde el mismo día del anuncio del ángel en Nazaret.
Nosotros, y tenemos que admitirlo, somos como esos coches que van parando en todas estaciones de servicio para repostar y seguir adelante: nos llenamos de dulces, de licor, de alimentos, de vicio, de ropa, de moda, de marcas…¿y luego?
¿Quién es más feliz; aquel que tiene mucho o aquel que con poco vive bien?
Que la Virgen María nos lleve por el camino verdadero para llenarnos del Espíritu de Dios
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