A Jesús, que se ha quedado con nosotros bajo las especies del pan y del vino, pidámosle que sea nuestro alimento y nuestra fortaleza:
Oh Jesús, dame, te lo suplico, el pan de la humildad.
El pan de la obediencia.
El pan de fuerza para romper mi voluntad y fundirla con la tuya.
El pan de la mortificación interior.
El pan del desprendimiento de las cosas creadas.
El pan de la paciencia para soportar las penas que mi corazón sufre.
El pan de la fuerza para bien sufrir.
El pan de verte sólo a ti en todo y siempre.
(Santa Bernadette Soubirous)
No hay comentarios:
Publicar un comentario