martes, 10 de mayo de 2011

Soy yo, no temáis

Señor, ¡cuán altas son las olas,
y qué oscura la noche!
¿No querrás iluminarla
para mi que velo solitaria?

Mantén firme el timón,
ten confianza y quédate tranquila.
Tu barca es preciosa a mis ojos,
quiero conducirla a buen puerto.

Aguanta sin desfallecer,
los ojos fijos en la brújula.
Ella ayuda a llegar al final
a través de noches y tempestades.

La aguja de la brújula de abordo
se estremece pero se mantiene.
Ella te mostrará el cabo
a donde que quiero verte llegar.

Ten confianza y quédate tranquila:
a través de noches y tempestades
la voluntad de Dios, fiel,
te guía si tu corazón está en vela.

Santa Teresa-Benedicta de la Cruz [Edith Stein]

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