Ven, Espíritu Santo.
Tú eres el Dador de vida,
el Consolador,
el Fuego del alma.
la fuente interior viva.
Tú eres el Amor,
en el sentido divino de esta palabra.
Tenemos absoluta necesidad de Ti
Tú eres el Camino de nuestra vida.
Tú eres el Santificador
que hemos recibido
tantas veces en los sacramentos.
Tú eres el toque de Dios
que ha impreso en nuestras almas
el carácter cristiano.
Tú eres la dulzura y a la par
la fortaleza de la verdadera vida cristiana.
Tú eres dulce huésped de nuestra alma.
Tú eres el amigo para el que queremos tener
atención interior
servicio reverencial
escucha dócil
devoción afectuosa
amor fuerte.
Ven, Espíritu Santo renueva la faz de la tierra.
Pablo VI
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