que en nuestra vida alabemos siempre tu nombre,
y trabajemos por la venida de tu reino.
Que estemos siempre dispuestos a cumplir tu voluntad,
a pesar de las dificultades y del miedo.
Danos el pan que necesitamos,
que no nos falte el alimento de la Eucaristía,
ni cerremos nuestro corazón a los necesitados.
Perdona nuestras faltas,
y ayúdanos a no guardar rencor a nadie.
No dejes que caigamos en la tentación,
líbranos del Maligno y
haz que nuestras buenas obras glorifiquen tu nombre. Amén.
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