martes, 31 de mayo de 2011

Oh Jesús, dame, te lo suplico, el pan de la humildad.

A Jesús, que se ha quedado con nosotros bajo las especies del pan y del vino, pidámosle que sea nuestro alimento y nuestra fortaleza:

Oh Jesús, dame, te lo suplico, el pan de la humildad.
El pan de la obediencia.
El pan de fuerza para romper mi voluntad y fundirla con la tuya.
El pan de la mortificación interior.
El pan del desprendimiento de las cosas creadas.
El pan de la paciencia para soportar las penas que mi corazón sufre.
El pan de la fuerza para bien sufrir.
El pan de verte sólo a ti en todo y siempre.
(Santa Bernadette Soubirous)

lunes, 30 de mayo de 2011

Ser cristiano



Ser cristiano no es título de mera satisfacción personal: tiene nombre —sustancia— de misión. Ya antes recordábamos que el Señor invita a todos los cristianos a que sean sal y luz del mundo; haciéndose eco de este mandato, y con textos tomados del Antiguo Testamento, San Pedro escribe unas palabras que marcan muy claramente ese cometido: Vosotros sois linaje escogido, sacerdocio real, gente santa pueblo de conquista, para publicar las grandezas de Aquel que os sacó de las tinieblas a su luz admirable.

Ser cristiano no es algo accidental, es una divina realidad que se inserta en las entrañas de nuestra vida, dándonos una visión limpia y una voluntad decidida para actuar como quiere Dios. Se aprende así que el peregrinaje del cristiano en el mundo ha de convertirse en un continuo servicio prestado de modos muy diversos, según las circunstancias personales, pero siempre por amor a Dios y al prójimo. Ser cristiano es actuar sin pensar en las pequeñas metas del prestigio o de la ambición, ni en finalidades que pueden parecer más nobles, como la filantropía o la compasión ante las desgracias ajenas: es discurrir hacia el término último y radical del amor que Jesucristo ha manifestado al morir por nosotros.

Se dan, a veces, algunas actitudes, que son producto de no saber penetrar en ese misterio de Jesús. Por ejemplo, la mentalidad de quienes ven el cristianismo como un conjunto de prácticas o actos de piedad, sin percibir su relación con las situaciones de la vida corriente, con la urgencia de atender a las necesidades de los demás y de esforzarse por remediar las injusticias.
San Josemaría Escrivá

domingo, 29 de mayo de 2011

VI Domingo de Pascua

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN 14, 15-21


En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

-- Si me amáis, guardaréis mis mandamientos. Yo le pediré al Padre que os dé otro defensor, que esté siempre con vosotros, el Espíritu de la verdad. El mundo no puede recibirlo, porque no lo ve ni lo conoce; vosotros, en cambio, lo conocéis, porque vive con vosotros y está con vosotros. No os dejaré huérfanos, volveré. Dentro de poco el mundo no me verá, pero vosotros me veréis y viviréis, porque yo sigo viviendo. Entonces sabréis que yo estoy con mi Padre, y vosotros conmigo y yo con vosotros. El que acepta mis mandamientos y los guarda, ése me ama; al que me ama lo amará mi Padre, y yo también lo amaré y me revelaré a él.

viernes, 27 de mayo de 2011

La Eucaristía - Catecismo de la Iglesia Católica

1. LA EUCARISTÍA ACOMPAÑA NUESTRA PEREGRINACIÓN
32 Al inicio del tercer milenio, la Iglesia celebrará el 48° Congreso Eucarístico Internacional, con la confianza de la presencia siempre nueva del Señor. La Iglesia, pueblo peregrino, encuentra en la Eucaristía el alimento de vida que la sostiene en su caminar, pues sabe que va rumbo a la patria definitiva (cfr. Hb 11,13-16). La Iglesia "celebra el memorial del Señor resucitado, mientras espera el domingo sin ocaso en el que la humanidad entera entrará en tu descanso" (Prefacio Dominical X).
Sacrificio de la Nueva Alianza
33 La Eucaristía es un sacrificio: el sacrificio de la Redención y, al mismo tiempo, el sacrificio de la Nueva Alianza.6 En la Última Cena, Jesús instituyó el sacrificio eucarístico de su Cuerpo y de su Sangre, con el cual iba a perpetuar por los siglos su sacrificio en la cruz y a entregar a su Iglesia el memorial de su muerte y resurrección (cfr. SC 47).
34 Jesús, en la Eucaristía, es la víctima que el Padre nos regala para ser inmolada; víctima que se entrega para purificarnos y reconciliarnos con Él. Esta entrega en sacrificio se encuentra prefigurada en el Antiguo Testamento, en el sacrificio de Abraham (cfr. Gn 22,1-14) que poéticamente se canta en la secuencia del Corpus Christi: "In figuris praesignatur, cum Isaac immolatur": "Se anuncia en figura en el sacrificio de Isaac" (Secuencia "Lauda Sion").
El carácter sacrificial de la Eucaristía se manifiesta en las mismas palabras de la institución: "cuerpo que se entrega" y "sangre que se derrama" (cfr. Lc 22,19-20; CEC 1365). El sacrificio de Cristo y el de la Eucaristía son un único sacrificio: la víctima es la misma, sólo difieren en el modo de ofrecerla (cfr. Trento DH 1743; CEC 1367). El sacrificio de Cristo es también el sacrificio de los miembros de su cuerpo, de manera que "la vida de los fieles, su alabanza, su sufrimiento, su oración y su trabajo se unen a los de Cristo y a su total ofrenda, y adquieren así, un valor nuevo" (CEC 1368).
35 Asimismo: "La Eucaristía es el memorial de la pascua de Cristo, la actualización de la ofrenda sacramental de su único sacrificio, en la liturgia de la Iglesia, que es su cuerpo" (CEC 1362). Memorial que es proclamación de las maravillas que Dios ha realizado a favor de los hombres, y que hace presente la pascua de Cristo. El sacrificio que ofreció de una vez y para siempre en la cruz se actualiza por la celebración (cfr. Hb 7,25-27). Haciendo presente el pasado, el memorial nos lanza al futuro, en la esperanza del retorno del Señor: "Cada vez que comemos de este pan y bebemos de este cáliz, anunciamos tu muerte, Señor, hasta que vuelvas" (Aclamación 2 después de la consagración).
36 Desde sus orígenes, la Iglesia celebra la Eucaristía en obediencia al mandato del Señor: "Haced esto en memoria mía" (1Co 11,24-25). Así lo proclamamos en la parte central de la Plegaria Eucarística, inmediatamente después del relato de la Institución: "Así, pues, Padre, al celebrar el memorial de la pasión salvadora de tu Hijo, de su admirable resurrección y ascensión al cielo, mientras esperamos su venida gloriosa, te ofrecemos en esta acción de gracias, el sacrificio vivo y santo" (Plegaria Eucarística III).

Pan que transforma
37 La Sagrada Escritura presenta la Eucaristía también como alimento. Las figuras eucarísticas del Antiguo Testamento anuncian y ponen en relieve este aspecto. Una de estas figuras es el sacrificio de Melquisedec, quien ofreció al Dios Altísimo pan y vino (cfr. Gn 14,18). También el cordero pascual y los panes ázimos figuran la Eucaristía como alimento (cfr. Ex 12,1-28): antes de liberar al pueblo de la esclavitud se realiza este banquete en el cual el cordero es signo de la acción salvadora de Dios; además, el pueblo emprende el largo peregrinar que lo llevará a la tierra prometida. Es figura de la misma Eucaristía el banquete que celebró Moisés con los setenta ancianos, después del sacrificio con que se ratificó la alianza (cfr. Ex 24,11).
38 El sentido de banquete del peregrino que tiene la Eucaristía se encuentra también en la figura del Maná (cfr. Ex 16,1-35; Dt 8,3), alimento milagroso que Dios envió al pueblo hebreo y que durante cuarenta años lo sustentó en su travesía por el desierto, y al que se refirió expresamente Cristo al hablar del Pan de vida bajado del cielo, su cuerpo eucarístico (cfr. Jn 6,49-51.58).
39 Otra figura de la Eucaristía, en cuanto banquete que alimenta al peregrino, es el pan cocido bajo las cenizas que comió Elías: "Se levantó, comió y bebió, y con la fuerza de aquella comida caminó cuarenta días y cuarenta noches hasta el monte de Dios, el Horeb" (1Re 19,5-8).
40 La condición de la Eucaristía, como el alimento del peregrino, la recoge, de una manera poética, la secuencia de la solemnidad de Corpus Christi: "Ecce panis angelorum, factus cibus viatorum": "He aquí el pan de los ángeles, hecho alimento de los peregrinos" (Secuencia "Lauda, Sion"). El pan de la Eucaristía es fuerza de los débiles: "En efecto, cuando comemos su carne, inmolada por nosotros, quedamos fortalecidos" (Prefacio de la Eucaristía I); es consuelo de los enfermos, viático de los moribundos, en el cual Cristo "se hace comida y bebida espiritual, para alimentarnos en nuestro viaje hacia la pascua eterna" (Prefacio de la Eucaristía III); es el alimento sustancial que sostiene a tantos cristianos en el testimonio que han de dar, en los diversos ambientes, a favor de la verdad del Evangelio.
41 "El que me coma vivirá por mí" (Jn 6,57), nos dice Jesús para urgir la necesidad que tiene el cristiano de alimentarse de Él, que es el pan bajado del cielo. La participación en este sagrado Banquete nos edifica como Cuerpo Místico de Cristo. Jesús Eucaristía es, pues, el centro de la vida de la Iglesia.
42 La Iglesia tiene en la Eucaristía el alimento que la sostiene y transforma interiormente. A este respecto, afirma san León Magno: "Nuestra participación en el Cuerpo y la Sangre de Cristo no tiende a otra cosa que a convertirnos en aquello que comemos". Somos asimilados por Cristo, somos transformados en hombres nuevos, unidos íntimamente a Él, que es la cabeza del Cuerpo Místico.
43 La vida nueva que Cristo nos da en la Eucaristía se convierte para nosotros en "medicina de inmortalidad, antídoto contra la muerte y alimento para vivir siempre en Jesucristo".8 Los que vivimos de Cristo, que quiere que todos tengamos vida en abundancia, debemos proclamar el carácter sagrado de la vida humana, desde su concepción hasta su ocaso natural y contrarrestar las nocivas influencias de la cultura de la muerte.

jueves, 26 de mayo de 2011

A la Virgen María...

EL HOMBRE QUE QUISO SUFRIR SOLO
Cuentan que, en un pueblo de la montaña, un hombre padecía una cruel enfermedad.
Los vecinos, por todos los medios, intentaron acercarse hasta El
y, así, ayudarle a soportar esas horas amargas.
El enfermo, orgulloso y vanidoso, cerró las puertas de su casa.
Optó por padecer en la soledad aquellos grandes dolores.
Cuando murió y se presentó ante Dios le dijo:
Señor; ¿cómo es que no me diste fuerzas para seguir adelante?
¿Cómo me dejaste tan abandonado?
¡Por lo menos tú tuviste a tu Madre al pie de la cruz!
A lo que, el Señor, contestó:
¿Cómo puedes reprocharme eso?
Te envié a todos tus vecinos para estar al pie de tu cruz
y, lejos de admitirlos, los rechazaste una y otra vez.
Ofrezcamos a María, en este día, nuestra HUMILDAD
¿Pides a María su ayuda para momentos difíciles?

DIOS TE SALVE MARIA……

miércoles, 25 de mayo de 2011

Oh Señora mía


¡Oh Señora mía, oh Madre mía!
yo me ofrezco enteramente a vos
y, en prueba de mi filial afecto,
os consagro en este día
mis ojos, mis oídos, mi lengua, mi corazón,
en una palabra, todo mi ser.
Ya que soy todo vuestro, ¡oh madre de bondad!,
guardadme y defendedme
como cosa y posesión vuestra.
Amén.

martes, 24 de mayo de 2011

Audiencia del Santo Padre con los Carmleitas Descalzos



P. SAVERIO CANNISTRÀ: “ES UN GESTO DE GRANDÍSIMO VALOR Y SIGNIFICADO PARA TODOS NOSOTROS”

Benedicto XVI recibe en una audiencia especial al P. General y a la Facultad del Teresianum

Communicationes
Roma-Italia (19-05-2011).- “Tengo el honor y la gran alegría de presentarle a nuestra familia religiosa. Los 4.000 hermanos y las 11.000 carmelitas descalzas dispersos por el mundo, que le recuerdan cotidianamente en la oración”.

Con estas palabras inició su saludo el Prepósito General de los Carmelitas Descalzos, P. Saverio Cannistrà, al papa Benedicto XVI en la Audiencia Especial que el Pontífice concedió esta mañana a los miembros de la Pontificia Facultad del Teresianum de Roma en el 75 aniversario de su fundación.

El P. General agradeció al Pontífice su recibimiento paternal y calificó el acto, que congregó a un amplio número de religiosos de las comunidades del Teresianum y de la Curia General en la Sala Clementina del Vaticano de “gesto de grandísimo valor y significado para todos nosotros”.

Durante su intervención, el P. Saverio se refirió a la misión del Carmelo Teresiano en la Iglesia desde “el ejercicio cotidiano de la oración, en la fidelidad a una oración sencilla”, su larga trayectoria misionera, además de la enseñanza y el estudio de la Teología y la Espiritualidad a la que el Superior General se refirió como “una parte importante” dentro de la misión del Carmelo.

Asimismo, el P. General transmitió al Papa la sintonía de toda la Orden con el nuevo ciclo de catequesis de los miércoles dedicadas al tema de la oración, calificándolas de gran ayuda en el camino de preparación para la celebración del V Centenario del nacimiento de Santa Teresa en 2015. “Sería hermoso si ese año pudiese convertirse para toda la Iglesia en un año dedicado a la oración”, manifestó el P. Saverio Cannistrá.

AUDIENCIA DEL PAPA EN EL 75 ANIVERSARIO DEL TERESIANUM

Benedicto XVI invita a profundicar en el estudio de la espiritualidad cristiana

Communicationes
Roma-Italia (19-05-2011).- Formar parte de la comunidad académica del Teresianum “constituye una peculiar experiencia eclesial, enriquecida por toda la historia de una gran familia espiritual como es la Orden de los Carmelitas Descalzos”, ha dicho el Papa en el discurso que ha dirigido este jueves a los miembros de la Pontificia Facultad Teológica del “Teresianum”, recibidos en el Vaticano con motivo del 75 Aniversario de su fundación.

“El amplio movimiento de renovación originado en la Iglesia por el testimonio de santa Teresa de Jesús y Juan de la Cruz”, señaló el Pontífice, “suscitó aquel reavivarse de ideales y de fervores de vida contemplativa en el siglo XVI, inflamando Europa y el mundo entero”.

Asimismo, recordó a los estudiantes que su trabajo de profundización en la antropología y en la teología debe seguir las huellas del carisma teresiano para “penetrar el misterio de Cristo, con esa inteligencia del corazón que es al mismo tiempo un conocer y un amar”, apuntó.

“Eso exige que Jesús esté al centro de todo, de vuestra afectividad y pensamientos, de vuestro tiempo de oración, en el estudio y en la acción, en todo vuestro vivir. El es el “libro vivo” como lo fue para Santa Teresa de Ávila”, observó el Papa.

Por otra parte, Benedicto XVI invitó a los estudiantes a valorar sus años de estudio como “un don precioso de la Providencia divina” y “una oportunidad irrepetible para crecer en el conocimiento del misterio de Cristo”.

El Papa, que recordó que la Iglesia sigue recomendando la práctica de la dirección espiritual, “no solo para los que desean seguir de cerca a Dios, sino para todo cristiano”, destacó la importancia de profundizar en la espiritualidad cristiana e invitó a los estudiantes a sacar “partido de este tesoro que habéis aprendido en estos años de estudio, para acompañar a cuantos la Providencia divina os confíe, ayudándolos en el discernimiento del espíritu”.

Pontificia Facultad Teológica del “Teresianum”

Benedicto XVI recordó algunos de los hitos más significativos del Teresianum a lo largo de estos 75 años de existencia, desde que Colegio Internacional de la Orden de los Carmelitas Descalzos en Roma fuera erigido Facultad Teológica el 16 de julio de 1935, memoria litúrgica de la Bienaventurada Virgen María del Monte Carmelo.

Destacó, además, la puesta en marcha del Instituto de Espiritualidad y la profundización en el campo de la teología espiritual desde el marco de la antropología.

Fundada originalmente en el Corso d’Italia -actual sede de la Casa General-, la Facultad se trasladó en 1955 a la ubicación actual y tomó el nombre de Teresianum a raíz del IV Centenario de la muerte de Santa Teresa en 1982.

En la actualidad el complejo del Teresianum engloba la Facultad Teológica, el Colegio Internacional para estudiantes en periodo de formación y la comunidad de padres que estudian una especialización en el conocido “Seminarium Missionum”

domingo, 22 de mayo de 2011

V Domingo de Pascua

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN 14, 1-12



En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

-- Que no tiemble vuestro corazón; creed en Dios y creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas estancias; si no, os lo habría dicho, y me voy a prepararos sitio. Cuando vaya y os prepare sitio, volveré y os llevaré conmigo, para que donde estoy yo, estéis también vosotros. Y adonde yo voy, ya sabéis el camino.

Tomás le dice:

-- Señor, no sabemos a dónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?

Jesús le responde:

-- Yo soy el camino y la verdad y la vida. Nadie va al Padre, sino por mí. Si me conocéis a mí, conoceréis también a mi Padre. Ahora ya lo conocéis y lo habéis visto.

Felipe le dice:

-- Señor, muéstranos al Padre y nos basta.

Jesús le replica:

-- Hace tanto que estoy con vosotros, ¿y no me conoces, Felipe? Quien me ha visto a mí ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: "Muéstranos al Padre"? ¿No crees que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí? Lo que yo os digo no lo hablo por cuenta propia. El Padre, que permanece en mí, él mismo hace las obras. Creedme: yo estoy en el Padre y el Padre en mí. Si no, creed a las obras. Os lo aseguro: el que cree en mí, también él hará las obras que yo hago, y aún mayores. Porque yo me voy al Padre.

jueves, 19 de mayo de 2011

Mi vocación. El Amor

¡Ah, perdóname, Jesús, si desvarío al exponer mis deseos, mis esperanzas, que rayan en lo infinito! Perdóname, ¡¡¡ y cura mi alma dándole todo lo que espera !!!...

Ser tu esposa , ¡oh, Jesús!, ser carmelita , ser por mi unión contigo madre de las almas, debería bastarme... No es así... Ciertamente, estos tres privilegios constituyen mi vocación: Carmelita, Esposa y Madre.

Sin embargo, siento en mí otras vocaciones: Siento la vocación de GUERRERO, de SACERDOTE, de APÓSTOL, de DOCTOR, de MÁRTIR. Siento, en una palabra, la necesidad, el deseo de realizar por ti, Jesús, las más heroicas acciones...

Siento en mi alma el valor de un cruzado, de un zuavo pontificio. Quisiera morir sobre un campo de batalla por la defensa de la Iglesia.. .

Siento en mí la vocación de SACERDOTE. ¡Con qué amor, oh, Jesús, te llevaría en mis manos cuando, al conjuro de mi voz, bajaras del cielo!... ¡Con qué amor te daría a las almas!... Pero, ¡ay! Aun deseando ser sacerdote, admiro y envidio la humildad de san Francisco de Asís, y si siento la vocación de imitarle rehusando la sublime dignidad del sacerdocio.

¡Oh, Jesús, amor mío, vida mía!... ¿Cómo hermanar estos contrastes? ¿Cómo realizar los deseos de mi pobrecita alma?...

¡Ah! A pesar de mi pequeñez, quisiera iluminar a las almas, como los profetas, los doctores.

Tengo la vocación de apóstol... Quisiera recorrer la tierra, predicar tu nombre, y plantar sobre el suelo infiel tu Cruz gloriosa. Pero ¡oh, Amado mío!, una sola misión no me bastaría. Desearía anunciar al mismo tiempo el Evangelio en las cinco partes del mundo, y hasta en las islas más remotas...

Quisiera ser misionero , no solo durante algunos años, sino haberlo sido desde la creación del mundo y seguir siéndolo hasta la consumación de los siglos...

Pero desearía, sobre todo, ¡oh, amadísimo Salvador mío!, derramar por ti hasta la última gota de mi sangre...

¡El martirio! He aquí el sueño de mi juventud. Este sueño ha ido creciendo conmigo bajo los claustros del Carmelo... Pero siento que también este sueño mío es una locura, pues no podría limitarme a desear un solo género de martirio... Para satisfacerme necesitaría padecerlos todos...

¡Oh, Jesús mío!, ¿qué responderás a todas mis locuras?... ¿Hay, acaso, un alma más pequeña , más impotente que la mía?... Sin embargo, fue precisamente esta mi debilidad la que te movió, Señor, a colmar mis pequeños deseos infantiles, y la que te mueve hoy a colmar otros deseos míos más grandes que el universo...

Como estos deseos constituían para mí durante la oración un verdadero martirio, abrí un día las epístolas de san Pablo, a fin de buscar en ellas una respuesta. Mis ojos toparon con los capítulos XII y XII de la primera epístola a los corintios...

Leí, en el primero, que no todos pueden ser apóstoles, profetas, doctores, etc.,,,; que la Iglesia está compuesta de diferentes miembros, y que el ojo no podría ser, al mismo tiempo, mano...

La respuesta era clara, pero no colmaba mis deseos, no me daba la paz...

Así como Magdalena, agachandose, sin apartarse del sepulcro vacío, llegó por fin a encontrar lo que buscaba, así también yo, agachándome hasta las profundidades de mi nada me elevé tan alto, que conseguí mi intento...

Sin desanimarme, seguí leyendo, y esta frase me reconfortó: "Busquen con ardor los DONES MAS PERFECTOS; pero voy a mostrarles un camino más excelente." Y el apóstol explica cómo todos los dones, aún los más PERFECTOS, nada son sin el AMOR... Afirma que la caridad es el CAMINO EXCELENTE que conduce con seguridad a Dios.

Había hallado, por fin, el descanso... Al considerar el cuerpo místico de la Iglesia , no me había reconocido en ninguno de los miembros descritos por san Pablo; o mejor dicho, quería reconocerme en todos...

La caridad me dio la clave de mi vocación. Comprendí que si la Iglesia tenía un cuerpo compuesto de diferentes miembros, no le faltaría el más necesario, el más noble de todos. Comprendí que la Iglesia tenía un corazón, y que este corazón estaba ARDIENDO de AMOR.

Comprendí que sólo el amor era el que ponía en movimiento a los miembros de la Iglesia ; que si el amor llegara a apagarse, los apóstoles no anunciarían ya el Evangelio, los mártires se negarían a derramar su sangre...

Comprendí que EL AMOR ENCERRABA TODAS LAS VOCACIONES, QUE EL AMOR LO ERA TODO, QUE EL AMOR ABARCABA TODOS LOS TIEMPOS Y TODOS LOS LUGARES... EN UNA PALABRA ¡QUE EL AMOR ES ETERNO!...

Entonces, en el exceso de mi alegría delirante, exclamé: ¡Oh, Jesús, amor mío!... Por fin, he hallado mi vocación, ¡MI VOCACIÓN ES EL AMOR!...

Sí, he hallado mi puesto en la Iglesia , y ese puesto, ¡oh, Dios mío!, vos mismo me lo habéis dado...: en el corazón de la Iglesia , mi Madre, yo seré el amor!...¡¡¡Así lo seré todo... así mi sueño se verá realizado!!!...

¿Por qué hablar de alegría delirante? No es esta la expresión justa. Es más bien la paz tranquila y serena del navegante al divisar el faro que ha de conducirle al puerto...

¡Oh, faro luminoso del amor! Yo sé cómo llegar hasta ti. He hallado el secreto para apropiarme tu llama...

Pero ¿cómo demostrará él (el pequeño niño que ella se consideraba) su amor, si el amor se prueba con obras? Pues bien, el niñito arrojará flores, perfumará con sus aromas el trono real, cantará con su voz argentina el cántico de amor...

¡Oh, Amado mío, así es cómo se consumirá mi vida!... No tengo otro modo de probarte mi amor que arrojando flores, es decir, no desperdiciando ningún pequeño sacrificio, ninguna mirada, ninguna palabra, aprovechando las más pequeñas cosas y haciéndolas por amor...

Sí, esas nadas te complacerán, harán sonreír a la Iglesia triunfante, la cual recogerá mis flores deshojadas por amor y las hará pasar por tus manos divinas, ¡oh, Jesús!

Y una vez que esas flores hayan cobrado a tu divino contacto un valor infinito, la Iglesia del cielo, queriendo jugar con su niñito, las arrojará, también ella, sobre la Iglesia paciente para apagar sus llamas, las arrojará sobre la Iglesia militante para hacerla conseguir la victoria...”

Historia de un Alma. Manuscrito B: Capítulo IX.

miércoles, 18 de mayo de 2011

Decálogo mariano

1. Pronuncia un "sí" cuando tengas que responder afirmativamente en aras a la justicia y al bien común. Por el contrario, recuerda que a veces un "no" a tiempo, es -a la larga- un "sí".

2. No huyas de tus responsabilidades. Hay cosas que, si tú no las haces, nadie las realizará por ti. Nadie somos imprescindibles, pero todos necesarios. En Nazaret, Dios, me hizo ver, en mi pequeñez, mi papel a desempeñar.

3. Sal de ti mismo. No te cierres en tus problemas, inquietudes o alegrías. Cuando yo me enteré de que estaba llena de Dios, sin pensarlo dos veces, marché corriendo para ayudar a mi pariente Isabel.

4. No te preocupes por lo qué dirán de ti o qué pensarán de ti. Por sorpresa recibí el anuncio del ángel y con muy poca compañía, acogí el nacimiento de mi hijo Jesús. Lo importante es tener y ser feliz con lo que uno ama. Lo demás, es secundario y te quita energías.

5. Deja que los demás disfruten de tu alegría. Cuando ésta se comparte, se multiplica. Los pastores y los reyes, me hicieron ver que el gozo hay que vivirlo con los primeros que llaman a tu puerta.

6. Protege a los tuyos. Sobre todo si crees que el peligro puede frustrar su felicidad, su trabajo, su fama o su destino. Con José y Jesús, camino de Egipto, aprendí que no es bueno instalarse en la comodidad.

7. Intenta comprender y entender las ideas que, más allá de la ideología, fomenten la fraternidad y la presencia de Dios. De Jesús, en más de un momento, me costó asumir sus palabras, actitudes y comportamiento. Luego, concluí, que Dios andaba por medio.

8. Potencia la verdad de la fiesta. No te conformes con una fiesta maquillada y rocambolesca. El éxito de un banquete no lo da lo que llena la mesa, sino la suma de todas las actitudes de los comensales. En Caná, con una indicación, me sumé a lo que podría haber sido un fracaso. Jesús quiere una auténtica diversión para vosotros.

9. Sé agradecido. No te importe decir gracias mil veces, o las que hagan falta. La gratitud, además de producir bienestar en la otra persona, hace que nuestro interior quede más relajado y con la conciencia más tranquila. Cuando Dios me bendijo, lo único que le dije es: ¡gracias!

10. No olvides de "estar ahí" en los momentos donde, otras personas, sufran, lloren o mueran. La soledad es una de las peores cruces que el hombre de la sociedad moderna lleva. Mi hijo murió, en la dureza de una cruz, abandonado, pero conmigo a sus pies. Miles de hombres siguen muriendo sin otros tantos percatarse de esa tragedia.

Este decálogo, mariano, se resume en una frase: no olvidemos que -la sociedad- puede emerger de verdad, si la sabemos sembrar de valores cristianos. María nos ayuda.

J.Leoz

lunes, 16 de mayo de 2011

Oración por las vocaciones

Oración
Jesús, Pastor bueno, siguiendo tu ejemplo y tu mandato
nos ponemos en estado de oración insistente y confiada
y rogamos al Señor de la mies que envíe trabajadores a tu Iglesia.
Que las Iglesias particulares, las comunidades parroquiales,
 las familias cristianas y los cenáculos vocacionales se llenen de vitalidad
 para proponer con valentía y promover
con esmero las vocaciones al laicado,
a la vida consagrada y al ministerio presbiteral,
para la extensión de tu reinado.
Tú, Señor, no dejas de seguir llamando también hoy
a los que has elegido para la vida de especial consagración.
Da a los llamados la disponibilidad gozosa de decirte «SÍ».
María Virgen, la gran acogedora del plan divino,
sé su modelo e intercesora. Amén.


XLVIII JORNADA MUNDIAL DE ORACIÓN POR LAS VOCACIONES
15 de mayo de 2011

domingo, 15 de mayo de 2011

Como tú, María



¡QUIERO SER COMO TÚ, MARIA!
Alegre, para que los que viven junto a mí sean más felices
Prudente, para que mis palabras no causen heridas
Orante, para escuchar la voz del Señor
Sencillo, para no dejarme engañar por el escaparate de la sociedad
Valiente, para no acobardarme ante las dificultades
Con las manos abiertas, para dar aquello que otros necesiten
Afable, para tratar a los demás con respeto y cariño
Limpio, para no juzgar por las apariencias
Con esperanza, para huir del pesimismo
Oyente, para conducirme por la Palabra de Dios
Te ofrezco, María, mi DEBILIDAD
Que Tú la transformes en algo agradable a Dios

DIOS TE SALVE MARIA……..

Domingo IV de Pascua



LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN 10, 1-10

En aquel tiempo, dijo Jesús:

-- Os aseguro que el que no entra por la puerta en el aprisco de las ovejas, sino que salta por otra parte, ése es ladrón y bandido; pero el que entra por la puerta es pastor de las ovejas. A éste le abre el guarda, y las ovejas atienden a su voz, y él va llamando por el nombre a sus ovejas y las saca fuera. Cuando ha sacado todas las suyas, camina delante de ellas, y las ovejas lo siguen, porque conocen su voz; a un extraño no lo seguirán, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños.

Jesús les puso esta comparación, pero ellos no entendieron de qué les hablaba. Por eso añadió Jesús:

-- Os aseguro que yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que han venido antes de mí son ladrones y bandidos; pero las ovejas no los escucharon. Yo soy la puerta: quien entre por mí se salvará y podrá entrar y, salir, Y encontrará pastos. El ladrón no entra sino para robar y matar y hacer estrago; yo he venido para que tengan vida y la tengan abundante.

martes, 10 de mayo de 2011

Soy yo, no temáis

Señor, ¡cuán altas son las olas,
y qué oscura la noche!
¿No querrás iluminarla
para mi que velo solitaria?

Mantén firme el timón,
ten confianza y quédate tranquila.
Tu barca es preciosa a mis ojos,
quiero conducirla a buen puerto.

Aguanta sin desfallecer,
los ojos fijos en la brújula.
Ella ayuda a llegar al final
a través de noches y tempestades.

La aguja de la brújula de abordo
se estremece pero se mantiene.
Ella te mostrará el cabo
a donde que quiero verte llegar.

Ten confianza y quédate tranquila:
a través de noches y tempestades
la voluntad de Dios, fiel,
te guía si tu corazón está en vela.

Santa Teresa-Benedicta de la Cruz [Edith Stein]

lunes, 9 de mayo de 2011

Intenciones de Mayo

General: Los medios de comunicación.
Para que los que trabajan en los medios de comunicación respeten siempre la verdad, la solidaridad y la dignidad de cada persona.

Misionera: La Iglesia en China.
Para que la Iglesia en China reciba el don de perseverar en la fidelidad al Evangelio y de crecer en la unidad.

domingo, 8 de mayo de 2011

En el camino

Domingo III de Pascua

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS 24, 13-35

Dos discípulos de Jesús iban andando aquel mismo día, el primero de la semana, a una aldea llamada Emaús, distante unas dos leguas de Jerusalén; iban comentando todo lo que había sucedido. Mientras conversaban y discutían, Jesús en persona se acercó y se puso a caminar con ellos. Pero sus ojos no eran capaces de reconocerlo. Él les dijo:

--¿Qué conversación es esa que traéis mientras vais de camino?

Ellos se detuvieron preocupados. Y uno de ellos, que se llamaba Cleofás, le replicó: --¿Eres tú el único forastero en Jerusalén, que no sabes lo que ha pasado allí estos días?

El les preguntó:-- ¿Qué?

Ellos le contestaron:--Lo de Jesús, el Nazareno, que fue un profeta poderoso en obras y palabras, ante Dios y ante todo el pueblo; cómo lo entregaron los sumos sacerdotes y nuestros jefes para que lo condenaran a muerte, y lo crucificaron. Nosotros esperábamos que él fuera el futuro liberador de Israel. Y ya ves: hace dos días que sucedió esto. Es verdad que algunas mujeres de nuestro grupo nos han sobresaltado: pues fueron muy de mañana al sepulcro, no encontraron su cuerpo, e incluso vinieron diciendo que habían visto una aparición de ángeles, que les habían dicho que estaba vivo. Algunos de los nuestros fueron también al sepulcro y lo encontraron como habían dicho las mujeres; pero a él no lo vieron.

Entonces Jesús les dijo:--¡Qué necios y torpes sois para creer lo que anunciaron los profetas! ¿No era necesario que el Mesías padeciera esto para entrar en su gloria?

Y, comenzando por Moisés y siguiendo por los profetas, les explicó lo que se refería a él en toda la Escritura. Ya cerca de la aldea donde iban, él hizo ademán de seguir adelante; pero ellos le apremiaron, diciendo: --Quédate con nosotros, porque atardece y el día va de caída.

Y entró para quedarse con ellos. Sentado a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio. A ellos se les abrieron los ojos y lo reconocieron. Pero él desapareció. Ellos comentaron:

-- ¿No ardía nuestro corazón mientras nos hablaba por el camino y nos explicaba las Escrituras?

Y, levantándose al momento, se volvieron a Jerusalén, donde encontraron reunidos a los Once con sus compañeros, que estaban diciendo: --Era verdad, ha resucitado el Señor y se ha aparecido a Simón.

Y ellos contaron lo que les había pasado por el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan.

viernes, 6 de mayo de 2011

Credo de la Resurrección



Porque Cristo resucitó y es el Hijo,
Creemos en el Padre y en los hermanos.
Porque Cristo resucitó y es la Vida,
Creemos en la vida y no en la muerte.
Porque Cristo resucitó y es la Luz,
Creemos en la luz y en la belleza.

Porque Cristo resucitó y es la Palabra,
Creemos en el diálogo y no en el monólogo.
Porque Cristo resucitó y está en el camino,
Creemos en el futuro y no en el miedo.
Porque Cristo resucitó y está en la mesa,
Creemos en la amistad y no en el rechazo.

Porque Cristo resucitó y está en el pan,
Creemos en la siembra y no en el hambre.
Porque Cristo resucito y está en los pobres,
Creemos en la justicia y no en la opresión.
Porque Cristo resucitó y está en la comunidad,
Creemos en la unidad y no en la división.

Porque Cristo resucitó y es la paz,
Creemos en la paz y no en la guerra.
Porque Cristo resucitó y está llagado, herido,
Creemos en el amor que cura y no en el odio.
Porque Cristo resucitó y está en la orilla,
Creemos en el que espera y no abandona.

Porque Cristo resucitó y está en la inestable barca,
Creemos en la debilidad y no en el poder.
Porque Cristo resucitó y se apareció primero a Magdalena,
Creemos en la mujer explotada y no en el explotador.
Porque Cristo resucitó y se apareció a Pedro,
Creemos en la Iglesia confiada a personas pecadoras.

Porque Cristo resucitó y se apareció a los Once,
Creemos en la misión abierta a todos.
Porque Cristo resucitó y es perdón,
Creemos en los que salvan y no condenan.
Porque Cristo resucitó y nos da su Espíritu,
Creemos que somos hijos amados para siempre.

jueves, 5 de mayo de 2011

“La paz esté con vosotros”

Beato John Henry Newman.


El corazón de cada cristiano debería representar, en miniatura, a la Iglesia católica, puesto que el mismo Espíritu hace, tanto de la Iglesia entera como de cada uno de sus miembros, el Templo de Dios (1C 3,16).

De la misma manera que se debe a él la unidad de la Iglesia, pues si la dejara a su propio arbitrio se dividiría en numerosas partes, asimismo es él quien hace que el alma sea una, a pesar de sus diversos gustos y facultades, de sus tendencias contradictorias. De igual manera que da la paz a todas las naciones que, por su misma naturaleza disienten unas de otras, así pone al alma a un sometimiento ordenado y establece que la razón y la conciencia sean soberanas y tengan sometidos los aspectos inferiores de nuestra naturaleza… Y estemos ciertos que estas dos operaciones de nuestro divino Consolador dependen la una de la otra. Mientras los cristianos no busquen la unidad y la paz en su propio corazón, jamás la misma Iglesia no estará en paz y unidad en el seno de este mundo que la envuelve.

Y de manera muy semejante, mientras la Iglesia en todo el mundo esté en este lamentable estado de desorden que constatamos, no habrá particularmente ningún país, simple porción de esta Iglesia, que no se encuentre él mismo en un estado de gran confusión religiosa.

miércoles, 4 de mayo de 2011

“Al clarear el día, se presentó Jesús en la orilla del lago...” (Jn 21,4)

Invitados a las bodas del Cordero
revestidos de vestiduras deslumbrantes
Atravesamos el agua del Mar Rojo
cantemos a Cristo que nos abre el camino

El, cuyo cuerpo glorioso
fue inmolado en aras de la cruz
Ha derramado su sangre por dar vida al mundo
gracias a ella vivimos en su amor

Protegidos en esta tarde de Pascua
contra el ángel exterminador
Hemos sido arrancados de la esclavitud
y atravesamos las aguas a pie enjuto

Nuestra Pascua es Cristo
el Cordero inmolado por nuestros pecados
Nos dio su carne como comida
el pan de la pureza y de la sinceridad

Es víctima realmente digna
por quien el infierno fue aniquilado
Y liberada la tierra entera que yacía en cautiverio
 le devuelve los bienes de la vida

Jesucristo se levanta del sepulcro
vuelve vencedor de los infiernos
Encadenando a los tiranos, echando fuera las tinieblas
y abriendo las puertas celestiales

Gloria a ti, Cristo, Salvador Nuestro
Triunfador de la muerte
Gloria al Padre y al Espíritu Santo que nos ilumina
por los siglos de los siglos. Amén, Aleluya!
.

Alégrate

Un arcángel eminente ha sido enviado desde el cielo para decir a la Madre de Dios: “¡Alégrate!” Y viéndote, Señor, tomar carne por su voz, clama su sorpresa y admiración

Alégrate, Dios te revela sus designios inefables,
Alégrate, confianza de los que oran en silencio,
Alégrate, tú eres la primera de las maravillas de Cristo
Alégrate, en quien brilla el gozo de la salvación,
Alégrate, por quien el mal ha desaparecido,
Alégrate, porque levantas a Adán de su caída,
Alégrate, porque tampoco Eva ya no llora más,
Alégrate, montaña inaccesible al pensamiento humano,
Alégrate, abismo insondable incluso a los ángeles,
Alégrate, porque tú llegas a ser el trono y el palacio del Rey,
Alégrate, porque tú llevas a Aquel que lo contiene todo,
Alégrate, estrella que anuncia la salida del Sol,
Alégrate, en tu seno Dios toma nuestra carne,
Alégrate, a través de ti ha sido renovada toda la creación,
Alégrate, a través de ti el Creador se hace un niño pequeño.
Alégrate, Esposa no desposada.

(HIMNO AKÁTHISTOS -Alabanza del siglo VII que la liturgia bizantina dedica a la Madre de Dios )

martes, 3 de mayo de 2011

Vivir de amor

En la última noche, la noche del amor,
hablando claramente y sin parábolas, Jesús decía así:
«Si alguno quiere amarme, que guarde mi palabra,
que la guarde fielmente. Mi Padre le amará,
y vendremos a él, moraremos en él,
será para nosotros una morada viva,
será nuestro palacio.
Pero también queremos que more él en nosotros,
lleno de paz, que more en nuestro amor.»

¡Vivir de amor quiere decir guardarte
a ti, Verbo increado, Palabra de mi Dios!
Lo sabes, Jesús mío, yo te amo,
me abrasa con su fuego tu Espíritu de Amor.
Amándote yo a ti, atraigo al Padre,
mi débil corazón se entrega a él sin reserva.
¡Oh augusta Trinidad, eres la prisionera,
la santa prisionera de mi amor!

Vivir de amor vivir es de tu vida,
glorioso Rey, delicia de los cielos.
Por mí vives oculto en una hostia,
por ti también, Jesús, vivir quiero escondida.
Soledad necesitan los amantes,
que hablen sus corazones noche y día.
Me hace feliz tan sólo tu mirada,
¡vivo de amor!

Vivir de amor
no es en la cima del Tabor su tienda
plantar el peregrino de la vida.
Es subir al Calvario
a zaga de las huellas de Jesús,
y valorar la cruz como un tesoro...
En el cielo, mi vida será el gozo,
y el dolor será ido para siempre.
Mas aquí desterrada, quiero, en el sufrimiento,
¡vivir de amor!

Vivir de amor es darse sin medida,
sin reclamar salario aquí en la tierra.
¡Ah, yo me doy sin cuento, bien segura
de que en amor el cálculo no entre!
Lo he dado todo al corazón divino,
que rebosa ternura.
Nada me queda ya... Corro ligera.
Ya mi única riqueza es, y será por siempre
¡vivir de amor!

Vivir de amor es disipar el miedo,
aventar el recuerdo de pasadas caídas.
De aquellos mis pecados no veo ya la huella,
junto al fuego divino se han quemado...
¡Oh dulcísima hoguera, sacratísima llama,
en tu centro yo fijo mi mansión.
Y allí, Jesús, yo canto confiada y alegre:
¡vivo de amor!

Vivir de amor guardar es, en sí misma,
en un vaso mortal, un inmenso tesoro.
Mi flaqueza es extrema, Amado mío,
disto mucho de ser un ángel de los cielos.
Mas si es verdad que caigo a cada paso,
lo es también que tú vienes en mi ayuda
y me levantas y tu gracia me das.
¡Vivo de amor!

Vivir de amor es navegar sin tregua
en las almas sembrado paz y gozo.
¡Oh mi Piloto amado!, la caridad me urge,
Pues te veo en las almas, mis hermanos.
La caridad me guía, ella es mi estrella,
bogo siempre a su luz.
en mi vela yo llevo grabada mi divisa:
¡Vivir de amor!

Vivir de amor es mientras Jesús duerme
permanecer en calma
en medio de la mar aborrascada.
No temas, ¡oh Señor!, que te despierte,
espero en paz la orilla de los cielos...
Pronto la fe desgarrará su velo
y habrá sido mi espera sólo un día.
La caridad me empuja, ella hinche mi vela,
¡vivo de amor!

Vivir de amor, Maestro amado mío,
es pedir que derrames tu luz y tu calor
del sacerdote en el alma santa,
en su alma elegida.
¡Pueda ser él más puro que un serafín del cielo!
Y protege también a tu Iglesia inmortal,
no cierres tus oídos, Jesús, a mi clamor.
Hija suya soy yo, por mi Madre me inmolo,
¡vivo de amor!

Vivir de amor es enjugar tu rostro,
es a los pecadores alcanzar el perdón.
¡Oh Dios de amor!, que vuelvan a tu gracia,
que bendigan tu nombre eternamente.
Hasta el alma me llega la blasfemia,
para borrarla yo canto cada día:
¡Oh nombre de mi Dios, te adoro y amo,
vivo de amor!

Vivir de amor
es imitar, Jesús, la hazaña de María
cuando bañó de lágrimas y perfumes preciosos
tus fatigados y divinos pies y los besó arrobada,
enjugándolos luego con sus largos cabellos...
Y alzándose del suelo, rompió el frasco
y tu cabeza María perfumó.
¡Oh Jesús, el perfume que yo doy a tu rostro
es y será mi amor!

«¡Vivir de amor, oh qué locura extraña
-me dice el mundo-, cese ya tu canto!
¡No pierdas tus perfumes, no derroches tu vida,
aprende a utilizarlos con ganancia!»
¡Jesús, amarte es pérdida fecunda!
Tuyos son mis perfumes para siempre.
Al salir de este mundo cantar quiero:
¡muero de amor!

¡Morir de amor, dulcísimo martirio,
y es el martirio que sufrir quisiera!
Acordad, querubines, vuestras liras,
siento que mi destierro va a acabar...
Llama de amor, consúmeme sin tregua.
¡Oh vida de un momento,
muy pesada tu carga se me hace!
¡Oh divino Jesús!, haz realidad mi sueño:
¡morir de amor!

Morir de amor, es ésta mi esperanza,
cuando vea romperse mis cadenas.
Mi Dios será mi recompensa grande,
otros bienes no quiero poseer.
Quiero ser abrasada por su amor,
quiero verle y unirme a él para siempre.
Este será mi cielo y mi destino:
¡¡¡Vivir de amor...!!!

Santa Teresa de Lisieux

lunes, 2 de mayo de 2011

domingo, 1 de mayo de 2011

Beato Juan Pablo II, ora pro nobis

Domingo II de Pascua o de la Divina Misericordia

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN 20, 19- 31

Al anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo:

-- Paz a vosotros.

Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió:

-- Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo.

Y, dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y les dijo:

-- Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos.

Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Y los otros discípulos le decían:

-- Hemos visto al Señor.

Pero él les contestó:

-- Si no veo en sus manos la señal de los clavos, si no meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en su costado, no lo creo.

A los ocho días, estaban otra vez dentro los discípulos y Tomás con ellos. Llegó Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio y dijo:

-- Paz a vosotros.

Luego dijo a Tomás:

-- Trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente.

Contestó Tomás:

-- ¡Señor Mío y Dios mío!

Jesús le dijo:

-- ¿Porque me has visto has creído? Dichosos los que crean sin haber visto.

Muchos otros signos, que no están escritos en este libro, hizo Jesús a la vista de los discípulos. Estos se han escrito para que creáis que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengáis vida en su Nombre.