sábado, 31 de diciembre de 2011

Oración para el fin de año



En estos últimos momentos del año que hoy termina,
heme aquí, Señor, en el silencio y en recogimiento
para decirte GRACIAS,
para solicitarte: AYUDA,
para implorarte: PERDÓN.
GRACIAS,
Señor por la paz, por la alegría,
por la unión que los hombres, mis hermanos, me han brindado,
por esos ojos que con ternura y comprensión me miraron.
Por esa mano oportuna que me levanté,
por esos labios cuyas palabras y sonrisa me alentaron,
por esos oídos que me escucharon,
por ese corazón que amistad, cariño y amor me dieron.
Gracias, Señor por el éxito que me estimuló,
por la salud que me sostuvo,
por la comodidad y diversión que me descansaron.
Gracias, señor... me cuesta decírtelo...
por la enfermedad, por el fracaso, por la desilusión,
por el insulto, por el engaño, por la injusticia,
por la soledad, por el fallecimiento del ser querido.
Tu lo sabes, Señor, cuán difícil fue aceptarlo;
quizá estuve al punto de la desesperación,
pero ahora me doy cuenta
que todo esto me acercó más a Ti.
¡Tú sabes lo que hiciste!
Gracias, Señor, sobre todo por la fe
que me has dado en Ti y en los hombres.
Por esa fe que se tambaleó
pero que Tú nunca dejaste de fortalecer
cuando tantas veces encorvado bajo el peso del desánimo
me hizo caminar en el sendero de la verdad
a pesar de la obscuridad.


AYUDA
Te he venido también a implorar
para el año que muy pronto va a comenzar.
Lo que el futuro me deparará, lo desconozco Señor.
Vivir en la incertidumbre, en la duda,
no me gusta, me molesta, me hace sufrir.
Pero sé que Tú siempre me ayudarás.
Yo te puedo dar la espalda. Soy libre.
Tú nunca me la darás. Eres fiel.
Yo sé que me tenderás la mano.
Tu sabes que yo no siempre la tomaré.
Por eso, hoy te pido que me ayudes a ayudarte,
que llenes mi vida de esperanza y generosidad.
No abandones la obra de tus manos. Señor.


PERDÓN
No podría retirarme sin pronunciar
esa palabra que tantas veces,
te debí de haber dicho,
pero que por negligencia y orgullo he callado,
perdón, Señor, por mis negligencias,
descuidos y olvidos, por mi orgullo y vanidad,
por mi necedad y capricho,
por mi silencio y mi excesiva locuacidad.
Perdón, Señor, por prejuzgar a mis hermanos,
por mi falta de alegría y entusiasmo,
por mi falta de fe y confianza en Ti,
por mi cobardía y mi temor en mi compromiso.
Perdón, porque me han perdonado
y no he sabido perdonar.
Perdón por mi hipocresía y mi doblez,
por esa apariencia que con tanto esmero cuido
pero que en el fondo no es más que engaño a mi mismo.
Perdón por esos labios que no sonrieron,
por esa palabra que callé,
por esa mano que no tendí,
por esa mirada que desvié,
por esos oídos que no presté,
por esa verdad que omití,
por ese corazón que no amó
... por ese Yo que se prefirió.


Señor, no te he dicho todo.
Llena con tu amor mi silencio y cobardía.
GRACIAS por todos los que no te dan gracias.
AYUDA a todos los que imploran tu ayuda.
PERDÓN por todos los que no imploran perdón.
Me has escuchado... ahora, Señor, te escucho...
Amen.

Jornada de la Familia 2011

Oh Dios, que en la Sagrada Familia
nos dejaste un modelo perfecto
de la vida familiar, fundada en la fe
y la obediencia a tu voluntad.


Derrama tu Espíritu
sobre nuestras familias,
arráigalas sólidamente en Cristo,
tu Hijo, roca de la salvación,
para que sirvan fielmente a la vida,
sean en la Iglesia fecunda fuente de comunión
y apóstoles incansables
de la Nueva Evangelización.


Unidos a José y María,
Te lo pedimos por Jesucristo tu Hijo,
nuestro Señor.
Amén.

martes, 27 de diciembre de 2011

Concierto de Navidad

El próximo viernes 30, después de la Eucaristía de las 20.00h, tendrá en nuestra Iglesia del Carmen, un concierto de Navidad, ofrecido por el coro Ecos del Ebro, y la Rondalla Aires del Ebro, dirigidos por Ángel Manzano.

Estáis todos invitados a dar gracias a Dios por esta Navidad.
Os dejamos un vídeo del concierto de hace unos años....

lunes, 26 de diciembre de 2011

¡te hiciste carne! ¡te vemos, Señor!

Javier Leoz





¿Dónde verte, Dios de las nubes y de los cielos?
¿Dónde descubrir tu rostro, Dios invisible y Santo?
¡Vamos! ¡Vayamos!¡Nos aguarda el Misterio de los siglos!
Allá, al fondo, en una gruta traspasada por el frío
contemplaremos y encontraremos al Dios con nosotros:
¡JESUS! ¡JESUS ES EL ROSTRO DE DIOS!
Ahora, al verte pequeño y en un pesebre,
descubrimos los quilates de tu amor
Sabemos que, nos faltarán muchas cosas en la vida,
pero que, a partir de ahora, nunca nos faltarás Tú.
¡TE HAS HECHO CARNE….Y NOS DUELE, SEÑOR!
¿Por qué tanto empeño y tanta locura?
¿Acaso no sabes lo que te aguarda en este mundo?
¿Has olvidado que, los niños, no son bien recibidos?
¿No te has enterado, oh Dios,
que confundimos amor con placer,
felicidad con tener o tregua con paz?
¡TE HAS HECHO CARNE….Y NOS DUELE, SEÑOR!
Nos duele que un Dios tan divino, sea humano
Que desciendas tanto y tan radicalmente
¿No era suficiente hablar desde el espacio celeste?
¿No estarás arriesgando demasiado en esa cuna
que es preludio y camino de otra, también de madera,
levantada en un alto en forma de cruz?
Hoy, en este día de Navidad,
y aunque nos duela adorarte pobre e infante
cantamos tu llegada y nos felicitamos por nuestra suerte;
Es posible la salvación y la vida futura
Que los hombres seamos más hermanos
Que, la veleta de nuestra existencia, apunte hacia el cielo
Que, Dios, sea la garantía de nuestro mañana
¡TE HAS HECHO CARNE….Y LO AGRADECEMOS, SEÑOR!

¡HAS VENIDO A SALVARNOS!

El Belén










domingo, 25 de diciembre de 2011

Emmanuel

La Natividad del Señor

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN 1, 1-18

En el principio ya existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios. La Palabra en el principio estaba junto a Dios. Por medio de la Palabra se hizo todo, y sin ella no se hizo nada de lo que se ha hecho. En la Palabra había vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz brilla en la tiniebla, y la tiniebla no la recibió.

Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan: éste venía como testigo, para dar testimonio de la luz, para que por él todos vinieran a la fe. No era él la luz, sino testigo de la luz.

La Palabra era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre. Al mundo vino, y en el mundo estaba; el mundo se hizo por medio de ella, y el mundo no la conoció. Vino a su casa, y los suyos no la recibieron. Pero a cuantos la recibieron, les da poder para ser hijos de Dios, si creen en su nombre. Éstos no han nacido de sangre, ni de amor carnal, ni de amor humano, sino de Dios. Y la Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros, y hemos contemplado su gloria: gloria propia del Hijo único del Padre, lleno de gracia y de verdad.

Juan da testimonio de él y grita diciendo:

-- Este es de quien dije: "El que viene detrás de mí pasa delante de mí, porque existía antes que yo."

Pues de su plenitud todos hemos recibido, gracia tras gracia. Porque la Ley se dio por medio de Moisés, la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo. A Dios nadie lo ha visto jamás: el Hijo único, que está en el seno del Padre, es quien lo ha dado a conocer.

sábado, 24 de diciembre de 2011

Felíz Navidad

Veni ad salvandum nos.
Ven a salvarnos.

viernes, 23 de diciembre de 2011

miércoles, 21 de diciembre de 2011

Antífonas de la "O"

Son importantes las llamadas «antífonas de la 0», que se rezan en las vísperas desde el 17 hasta el 23 de diciembre. Son un eco de las profecías de Isaías. Algunas están contenidas en el himno «Cielos, lloved vuestra justicia». Pueden ser un texto muy apto para la oración profunda.

17 Diciembre:

Oh Sabiduría, que brotaste de los labios del Altísimo, abarcando del uno al otro confín y ordenándolo todo con firmeza y suavidad, ¡ven y muéstranos el camino de la salvación!

18 Diciembre:

Oh Adonai, Pastor de la casa de Israel, que te apareciste a Moisés en la zarza ardiente y en el Sinaí le diste tu ley, ¡ven a librarnos con el poder de tu brazo!

19 Diciembre:

Oh Renuevo del tronco de Jesé, que te alzas como un signo para los pueblos, ante quien los reyes enmudecen y cuyo auxilio imploran las naciones, ¡ven a librarnos, no tardes más!

20 Diciembre:

Oh Llave de David y Cetro de la casa de Israel, que abres y nadie puede cerrar, cierras y nadie puede abrir, ¡ven y libra los cautivos que viven en tinieblas y en sombra de muerte!

21 Diciembre:

Oh Sol que naces de lo alto, Resplandor de la Luz Eterna, Sol de justicia, ¡ven ahora a iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte!

22 Diciembre:

Oh Rey de las naciones y Deseado de los pueblos, Piedra angular de la Iglesia, que haces de dos pueblos uno solo, ¡ven y salva al hombre que formaste del barro de la tierra!

23 Diciembre:

Oh Emmanuel, Rey y Legislador nuestro, esperanza de las naciones y salvador de los pueblos, ¡ven a salvarnos, Señor Dios nuestro!

lunes, 19 de diciembre de 2011

El estudio de la religión

---Monseñor, desearíamos que nos dijera cuáles son, a su juicio, los fines esenciales de la Universidad; y en qué términos sitúa la enseñanza de la religión dentro de los estudios universitarios.----

La Universidad —lo sabéis, porque lo estáis viviendo o lo deseáis vivir— debe contribuir desde una posición de primera importancia, al progreso humano. Como los problemas planteados en la vida de los pueblos son múltiples y complejos —espirituales, culturales, sociales, económicos, etc.—, la formación que debe impartir la Universidad ha de abarcar todos estos aspectos.

No basta el deseo de querer trabajar por el bien común; el camino, para que este deseo sea eficaz, es formar hombres y mujeres capaces de conseguir una buena preparación, y capaces de dar a los demás el fruto de esa plenitud que han alcanzado.

La religión es la mayor rebelión del hombre que no quiere vivir como una bestia, que no se conforma —que no se aquieta— si no trata y conoce al Creador: el estudio de la religión es una necesidad fundamental. Un hombre que carezca de formación religiosa no está completamente formado. Por eso la religión debe estar presente en la Universidad; y ha de enseñarse a un nivel superior, científico, de buena teología. Una Universidad de la que la religión está ausente, es una Universidad incompleta: porque ignora una dimensión fundamental de la persona humana, que no excluye —sino que exige— las demás dimensiones.

De otra parte, nadie puede violar la libertad de las conciencias: la enseñanza de la religión ha de ser libre, aunque el cristiano sabe que, si quiere ser coherente con su fe, tiene obligación grave de formarse bien en ese terreno, que ha de poseer —por tanto— una cultura religiosa: doctrina, para poder vivir de ella y para poder ser testimonio de Cristo con el ejemplo y con la palabra.

SAN JOSEMARIA ESCRIVÁ DE BALAGUER

Oración a la Virgen María del Adviento

Madre de misericordia, Maestra del sacrificio escondido y silencioso, a ti, que sales al encuentro de nosotros, los pecadores, te consagramos en este día todo nuestro ser y todo nuestro amor.

Te consagramos también nuestra vida, nuestros trabajos, nuestras alegrías, nuestras enfermedades y nuestros dolores.

Da la paz, la justicia y la prosperidad a nuestros pueblos; ya que todo lo que tenemos y somos lo ponemos bajo tu cuidado, Señora y Madre nuestra.

Queremos ser totalmente tuyos y recorrer contigo el camino de una plena felicidad a Jesucristo en su Iglesia: no nos sueltes de tu mano amorosa.
Concede a nuestros hogares la gracia de amar y de respetar la vida que comienza, con el mismo amor con el que concebiste en tu seno la vida del Hijo de Dios. Virgen Santa María, Madre del Amor Hermoso, protege a nuestras familias, para que estén siempre muy unidas, y bendice la educación de nuestros hijos.

Esperanza nuestra, míranos con compasión, enséñanos a ir continuamente a Jesús y, si caemos, ayúdanos a levantarnos, a volver e El, mediante la confesión de nuestras culpas y pecados en el Sacramento de la Penitencia, que trae sosiego al alma. Te suplicamos que nos concedas un amor muy grande a todos los santos Sacramentos, que son como las huellas que tu Hijo nos dejó en la tierra. Así, Madre Santísima, con la paz de Dios en la conciencia, con nuestros corazones libres de mal y de odios podremos llevar a todos la verdadera alegría y la verdadera paz, que vienen de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo, que con Dios Padre y con el Espíritu Santo vive y reina por los siglos de los siglos, Amén.

JUAN PABLO II

“Que no se haga mi voluntad, sino la tuya”

Esfuérzate por permanecer en su voluntad y que su voluntad permanezca en ti. Cuando la voluntad de Dios se haya hecho en la tierra como en el cielo, entonces se cumplirá el testamento de Jesús.

Mira el sol y sus rayos.
El sol es símbolo de la voluntad divina, que es el mismo Dios.
Los rayos son esta divina voluntad sobre cada uno de nosotros.
Camina hacia el sol en la luz de tu rayo, distinto de todos los demás, y cumple el maravilloso y particular designio que Dios quiere de ti.
Infinito número de rayos, todos procedentes del mismo sol... Voluntad única, particular sobre cada uno.
Los rayos, cuanto más se aproximan al sol, tanto más se aproximan entre sí. También nosotros, cuanto más nos acercamos a Dios, cumpliendo cada vez con mayor perfección la divina voluntad, tanto más nos acercamos unos a otros.

Hasta que todos seamos uno.

CHIARA LUBICH

domingo, 18 de diciembre de 2011

Domingo IV de Adviento

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS 1, 26- 38

En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David; la virgen se llamaba María. El ángel, entrando en su presencia, dijo:

-- Alégrate, llena de gracias, el Señor esta contigo.

Ella se turbó ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquel. El ángel le dijo:

-- No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.

Y María dijo al ángel:

-- ¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?

El ángel le contestó:

-- El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios. Ahí tienes a tu pariente Isabel, que, a pesar de su vejez, ha concebido un hijo, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible.

María contestó:

-- Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.

Y la dejó el ángel.

sábado, 17 de diciembre de 2011

viernes, 16 de diciembre de 2011

Entra por mi ventana, que te espero

Envía, oh Señor, tu Ángel con palabras de amor
que, no siempre mi vida, está colmada de paz
Hoy, cuando siento ya tus pisadas en el horizonte,
siento que te necesito, que te espero
que no puedo vivir sin un mensaje del cielo.
Vienes por nosotros, Señor, y te damos las gracias
Siendo Dios, te harás hombre
para que entendamos que en la humanidad
está el camino para llegarnos hasta Ti.
¡Dinos, María, qué responderle a Dios!
¿Qué tenemos que hacer para no perderle?
¿A dónde acudir para sentir su presencia?
¿Cuándo asomarnos a la ventana de nuestro hogar
y decirle: ¡No pases de largo, Jesús!
Manda, Señor, tu Ángel con recados de fe
que no siempre, nuestra vida, es campo abierto a tu gracia
que no siempre, nuestros labios, proclaman tu Nombre
que no siempre, nuestro corazón, está apoyado en Ti.
Entra, oh Señor, por la ventana de nuestros días
derrama tu poder y tus dones
sobre la debilidad y la frialdad de nuestras respuestas
Entra, oh Señor, por la ventana de nuestras inquietudes
y transfórmalas en deseo de servirte a Ti
de amarte y esperarte a Ti
Como lo hizo María
Como lo sintió María
Como lo recibió María
Como te respondió María:
Aquí estamos, Señor¡¡
¡Te esperamos con las ventanas abiertas!
Javier Leoz

miércoles, 14 de diciembre de 2011

Solemnidad de San Juan de la Cruz


Nació en Fontiveros (Ávila) el 1542. Instrumento providencial en manos de Teresa de jesús, le ayudó en su renovación de la Orden desde la primera fundación de frailes contemplativos en Duruelo el 28 de noviembre de 1568. Enfermo en Ubeda, se fue a cantar maitines al cielo la noche del 13 de diciembre de 1591. Es guía indiscutible de los caminos del espíritu. Célebres son sus tratados: Subida del Monte Carmelo, Noche oscura, Cántico espiritual y Llama de amor viva. Pío XI le confirió el título de doctor de la Iglesia universal el 24 de agosto de 1926. San Juan de la Cruz es el padre y maestro espiritual del Carmelo Teresiano, doctor de la vida cristiana en su dinamismo teologal, cantor de la hermosura de Dios y de la belleza de la creación. Su recuerdo se transforma hoy en Liturgia viva. A través de la alabanza divina, su oración y su poesía, su canto eterno de gloria, se hace viático y plegaria del Carmelo peregrino aquí en la tierra. Su doctrina fue una exégesis viva del Evangelio; por eso la palabra de Dios ilumina su experiencia, y sus enseñanzas tienen alcances insospechados en la meditación de esa palabra. La Liturgia de esta solemnidad es palabra de Dios y palabra de Juan de la Cruz en una síntesis de meditación y alabanza.

martes, 13 de diciembre de 2011

Llama de amor viva



¡Oh llama de amor viva
que tiernamente hieres
de mi alma en el más profundo centro!
Pues ya no eres esquiva
acaba ya si quieres,
¡rompe la tela de este dulce encuentro!

¡Oh cauterio suave!
¡Oh regalada llaga!
¡Oh mano blanda! ¡Oh toque delicado
que a vida eterna sabe
y toda deuda paga!
Matando, muerte en vida has trocado.

¡Oh lámparas de fuego
en cuyos resplandores
las profundas cavernas del sentido,
que estaba oscuro y ciego,
con extraños primores
color y luz dan junto a su querido!

¡Cuán manso y amoroso
recuerdas en mi seno
donde secretamente solo moras,
y en tu aspirar sabroso
de bien y gloria lleno,
cuán delicadamente me enamoras!

lunes, 12 de diciembre de 2011

Tú eres causa de mi alegria, Señor

A TI, SEÑOR, YO QUIERO TENER Y ESPERAR
Porque, eres causa de mi alegría y júbilo
cuando te tengo entre mis manos,
o al sentirte, al buscarte, en mi soledad.
Razón de mi esperanza, al estar cerca de Ti
y, desconcierto o abandono,
cuando me empeño en vivir solo para mí
A TI, SEÑOR, YO QUIERO TENER Y ESPERAR
Frente a la tristeza,
eres siempre aurora de buenas noticias
Frente a la desesperanza
ofreces palabras de aliento y ánimo
Frente a la desilusión por lo que vemos
me invitas a dirigir mis ojos hacia el cielo
A TI, SEÑOR, YO QUIERO TENER Y ESPERAR
El mundo necesita una melodía de paz
música de alegría eterna
acordes de concordia y perdón
sonidos de hermandad y de alegrías verdaderas
Por eso mismo, Señor, te quiero
Eres el único capaz de impregnar al mundo
con un poco de tu gracia eterna y divina
Eres el secreto que, al desvelarse en Navidad,
viene hacerse hombre para podernos salvar
Eres antorcha de un nuevo día
Luz que ilumina el horizonte del mañana
Promesas que, por fin,
veremos fielmente cumplidas y humildes en un pesebre
Carne, como nuestra carne pero sin pecado,
que devolverá la sonrisa y el gozo
a un mundo que, por tener tanto,
ha dejado lo esencial por el camino.
¡A TI, SEÑOR, YO QUIERO TENER Y ESPERAR!
Sabemos, oh Señor,
que la tristeza, el llanto, la amargura
sólo lo podremos curar viviendo en Ti y para Ti.
Javier Leoz

domingo, 11 de diciembre de 2011

III Domingo de Adviento / de Gaudete

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN 1, 6-8. 19-28

Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan: éste venia como testigo, para dar testimonio de la luz, para que por él todos vinieran a la fe. No era él la luz, sino testigo de la luz. Y éste fue el testimonio de Juan, cuando los judíos enviaron desde Jerusalén sacerdotes y levitas a Juan, a que le preguntaran:

-- ¿Tú quién eres?

El confesó sin reservas:

-- Yo no soy el Mesías.

Le preguntaron:

-- Entonces, ¿qué? ¿Eres tú Elías?

El dijo:

-- No lo soy.

--¿Eres tú el Profeta?

Respondió:

-- No.

Y le dijeron:

-- ¿Quién eres? Para que podamos dar una respuesta a los que nos han enviado, ¿qué dices de ti mismo?

Contestó:

-- Yo soy la voz que grita en el desierto: "Allanad el camino del Señor" (como dijo el Profeta Isaías).

Entre los enviados había fariseos y le preguntaron:

-- Entonces, ¿por qué bautizas, si tú no eres el Mesías, ni Elías, ni el Profeta?

Juan les respondió:

-- Yo bautizo con agua; en medio de vosotros hay uno que no conocéis, el que viene detrás de mí, que existía antes que yo y al que no soy digno de desatar la correa de la sandalia.

Esto pasaba en Betania, en la otra orilla del Jordán, donde estaba Juan bautizando.

martes, 6 de diciembre de 2011

lunes, 5 de diciembre de 2011

Intenciones para Diciembre

General:
Para que todos los pueblos de la tierra crezcan en la concordia y la paz por medio del conocimiento y el respeto mutuos.

Misionera:
Para que los niños y jóvenes sean mensajeros del Evangelio y para que su dignidad sea siempre respetada y preservada de toda violencia y explotación.

Dichos de luz y amor de San Juan de la Cruz

El árbol cultivado y guardado con el beneficio de su dueño, da la fruta en el tiempo que de él se espera.

El alma sola, sin maestro, que tiene virtud, es como el carbón encendido que está solo: antes se irá enfriando que encendiendo.

Pues no temes el caer a solas, ¿cómo presumes de levantarte a solas? Mira que más pueden dos juntos que uno solo.

El que cargado cae, dificultosamente se levantará cargado.

Niega tus deseos y hallarás lo que desea tu corazón. ¿Qué sabes tú si tu apetito es según Dios?

Más agrada a Dios el alma que con sequedad y trabajo se sujeta a lo que es razón, que la que, faltando en esto, hace todas sus cosas con consolación.

El alma enamorada es alma blanda, mansa, humilde y paciente.

El alma dura en su amor propio se endurece.

No te conocía yo a ti, ¡oh Señor mío!, porque todavía quería saber y gustar cosas.

Tú, Señor, vuelves con alegría y amor a levantar al que te ofende y yo no vuelvo a levantar y honrar al que me enoja a mi.

Palabras con sabor a Adviento

BUSQUEDA. Sabemos que somos limitados y, por ello mismo, queremos algo más. ¿No estará Dios en el principio y final de todo?
VIGILANCIA. No podemos perder el tren de la felicidad. Cuando pase Jesús a nuestro lado ¿nos encontrará al borde de la estación o distraídos?
OJOS ABIERTOS. Para no dejarnos embobar por los “diosecillos” sin fundamento. Seducen pero, luego, nos dejan tirados. Jesús nunca falla
ORACION. Sin alimento, las personas, mueren. Sin oración, los cristianos y su misma vida cristiana, se debilitan.
LUZ. Para ver en toda su intensidad lo que la Navidad nos trae. Luz verdadera frente a la artificial. Luz divina frente a la colorista, frívola y consumista
PEREGRINACIÓN. Somos peregrinos en busca del santuario del amor de Dios en la tierra. Un santuario humilde, pequeño, de carne y hueso: el Salvador
VISITA. Dios en persona se digna visitar al mundo. Muchos, como entonces, no se percatarán de su presencia. ¿Seremos nosotros del grupo de los pastores o de los necios que cerraron sus posadas a la Sagrada Familia?
APERTURA. Necesitamos de alguien que toque nuestras entrañas. La Navidad nos hace especialmente sensibles a lo santo, a lo bueno. Quien no se abre es difícil que intente comenzar de nuevo.
SILENCIO. El Señor, al contrario que nuestras presencias, viene precedido del silencio, de la pobreza y de la austeridad. Son tres caminos que, al hombre de hoy, se le hacen cuesta arriba: ser moderados, ser pobres y vivir con lo necesario.
PREVENCION. El adviento nos exige optar por lo bueno o por lo negativo; por el maligno o por Dios. El demonio, una y otra vez, muestra su ingenio con un solo fin: apartarnos del amor de Dios.
HUIDA. De las grandes cárceles que el mundo construye a nuestro alrededor, hacia esas otras celdas (los corazones) en los que podemos sentirnos libres alumbrados por la misericordia del Señor.
DESIERTO. Los anacoretas se retiraban al desierto para orar y mortificarse. Hoy, si queremos vivir intensamente la Navidad, es bueno buscar espacios donde encontrar la estrella auténtica que nos va a llevar al Misterio Encarnado de Dios.
CONTENCION. El bien y el mal anidan en nuestro interior. ¿Cuál de las dos fuerzas vencerá? (preguntaba un discípulo a su maestro espiritual). Aquella que tú alimentes. El adviento es un tiempo para no digerir alimentos que pueda perturbar nuestra sensibilidad espiritual. J.Leóz

Oigo en mi corazón: "Buscad mi rostro"

Habla, corazón mío; ábrete todo entero y dirígete a Dios: «Busco tu rostro; sí, Señor es tu rostro que busco» (Sl 26,8). Y Tú, Señor, mi Dios, enseña a mi corazón cómo y dónde he de buscarte; cómo y dónde he de encontrarte, Señor. Señor, si Tú no estás aquí, si estás ausente ¿dónde buscarte? Y si es que estás presente en todas partes ¿por qué yo no puedo verte? Ciertamente, Tú habitas en una luz inaccesible. Pero ¿dónde está esta luz inaccesible? ¿Quién me conducirá hasta ella y me introducirá en ella para que yo pueda verte? Y luego, ¿bajo qué signos, bajo qué figura podré descubrirte? No te he visto jamás, Señor Dios mío, y no conozco tu rostro. Altísimo Señor, ¿qué puedo hacer, qué hará este desterrado lejos de ti? ¿Qué puede hacer tu siervo, ansioso de tu amor y alejado de tu rostro? Aspira a contemplarte y tu rostro se le oculta enteramente. Desea reunirse contigo, pero tu mansión es inaccesible. Ansía encontrarte, pero no sabe dónde habitas. Emprende tu búsqueda, pero desconoce tu rostro.


Señor, Tú eres mi Dios, Tú mi Maestro, y sin embargo yo no te he visto. Tú me has creado y me has redimido, Tú me has dado todos mis bienes, y sin embargo no te conozco aún. Me has hecho con la única finalidad de que te vea, y sin embargo yo no he realizado aún mi destino. Miserable condición la del hombre que ha perdido aquello para lo que fue creado... Te encontraré al amarte y te amaré mientras te encuentro. (San Anselmo de Canterbury, Proslogion, 1)

Domingo II de Adviento

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MARCOS 1, 1-8

Comienza el Evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios.

Está escrito en el profeta Isaías: Yo envío mi mensajero delante de ti para que te prepare el camino. Una voz grita en el desierto: "Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos." Juan bautizaba en el desierto; predicaba que se convirtieran y se bautizaran, para que se les perdonasen los pecados. Acudía la gente de Judea y de Jerusalén, confesaban sus pecados, y él los bautizaba en el Jordán. Juan iba vestido de piel de camello, con una correa de cuero a la cintura, y se alimentaba de saltamontes y miel silvestre. Y proclamaba: "Detrás de mí viene el que puede más que yo, y yo no merezco agacharme para desatarle las sandalias. Yo os he bautizado con agua, pero él os bautizará con Espíritu Santo."

miércoles, 30 de noviembre de 2011

lunes, 28 de noviembre de 2011

Oramos por las vocaciones al recordar en este día el nacimiento del Carmelo Descalzo en Duruelo.

El 28 de noviembre de 1568 se celebra la primera misa en aquel "portalito de Belén, que no parece cosa mejor..."(Las Fundaciones).

Durante este mes de noviembre hemos vivido dos acontecimientos vocacionales de suma importancia en la Provincia en España, a saber, la Ordenación sacerdotal y la primera Misa de nuestro hermano David. Todos hemos recibido información de los acontecimientos y algunos hemos podido estar presentes en alguno de los momentos señalados. Damos gracias a Dios y deseamos al Hno. David todo lo mejor.
Como colofón de todo lo vivido, hoy, día 28, en el que recordamos el inicio del Carmelo Descalzo, pedimos san S. José protagonista importante en la vida de La Santa Madre y del Santo Padre, que nos guarde y bendiga con nuevas vocaciones.



Oración por los sacerdotes

Ven Espíritu Santo, llena el corazón de Tú sacerdote, el Hno David Mª Alarcón, el fuego de Tú amor con un fuego que enciende, que arda y que queme, hasta consumirlo al grado de que ya no quede nada de su viejo ser. Para que Tú puedas vivir, sentir, amar, moverte, y actuar por medio de él sin que nada Te estorbe.

Revive en él Tus frutos y Tus dones que han sellado su alma tres veces: en su bautismo, en su confirmación y en su ordenación sacerdotal. Hazlo sentir cual es el fruto y el don que Tu más deseas que se manifiesten en su persona y que sean el sello de su sacerdocio.

¡Hazlo santo ya! Tu Iglesia necesita con urgencia sacerdotes santos, pero ellos sólo lo podrán lograr con Tu ayuda y Tu gracia.

Yo sólo puedo pedirte por medio de mis pobres oraciones, pero Tú, Dulce Huésped del Alma, el Amor mismo puedes hacer que él logre todos Tus propósitos. Los propósitos que Tú has tenido para él desde que lo escogiste para sacerdote desde toda la eternidad. Te pido que mires su disposición de servirte con sus manos de barro, las cuales Tú puedes transformar en las Tuyas.

Ya sabes que yo especialmente pido para él, Tu paz, Tu amor, Tu pureza y Tu alegría, y sobre todo que nada ni nadie jamás pueda perturbarlo.

No permitas que ninguna alma se pierda de las que Tú le has encomendado y que el un día junto con todas ellas pueda tener la dicha de alabarte por toda la eternidad en el cielo. Así sea.

domingo, 27 de noviembre de 2011

Una hermosa oración...

LECTURA DEL LIBRO DE ISAÍAS 63, 16b-17. 19b; 64, 2b-7

Tú, Señor, eres nuestro padre, tu nombre de siempre es "Nuestro redentor". Señor, ¿por qué nos extravías de tus caminos y endureces nuestro corazón para que no te tema? Vuélvete, por amor a tus siervos y a las tribus de tu heredad. ¡Ojalá rasgases el cielo y bajases, derritiendo los montes con tu presencia! Bajaste, y los montes se derritieron con tu presencia. Jamás oído oyó ni ojo vio un Dios, fuera de ti, que hiciera tanto por el que espera en el. Sales al encuentro del que practica la justicia y se acuerda de tus caminos. Estabas airado, y nosotros fracasamos: aparta nuestras culpas, y seremos salvos. Todos éramos impuros, nuestra justicia era un paño manchado; todos nos marchitábamos como follaje, nuestras culpas nos arrebataban como el viento. Nadie invocaba tu nombre ni se esforzaba por aferrarse a ti; pues nos ocultabas tu rostro y nos entregabas en poder de nuestra culpa. Y, sin embargo, Señor, tú eres nuestro padre, nosotros la arcilla y tú el alfarero; somos todos obra de tu mano.

I Domingo de Adviento - Ciclo B -

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MARCOS 13, 33-37

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

-- Mirad, vigilad: pues no sabéis cuando es el momento. Es igual que un hombre que se fue de viaje y dejo su casa, y dio a cada uno de sus criados su tarea, encargando al portero que velara. Velad entonces, pues no sabéis cuándo vendrá el dueño de la casa, si al atardecer, o a medianoche, o al canto del gallo, o al amanecer; no sea que venga inesperadamente y os encuentre dormidos. Lo que os digo a vosotros lo digo a todos: ¡Velad!

jueves, 24 de noviembre de 2011

miércoles, 23 de noviembre de 2011

Ni un cabello de vuestra cabeza perecerá

…”Jesús prometió siempre la paz a sus discípulos, tanto antes de su muerte como después de su resurrección, siempre la paz (Jn 14,27; Lc 24,36). Los discípulos jamás alcanzaron la paz exterior, pero vivieron la paz en la lucha y el amor en el sufrimiento; y en la muerte encontraron la vida. Encontraron también un gozoso triunfo cuando, antes de la muerte, se les interrogaba, juzgaba y condenaba. Fueron verdaderos testimonios.

Sí, hay muchos hombres que viven llenos de dulzura en su cuerpo y en su alma hasta el punto de estar penetrados de ella hasta el meollo y hasta las venas, pero cuando seguidamente viene el sufrimiento, las tinieblas, el abandono interior y exterior, no saben qué hacer. Se paran, simplemente, y de ahí nada sacan. Cuando llegan los terribles huracanes, el abandono interior, la tentación exterior del mundo, de la carne y del Enemigo, el que sabrá pasar a través de todo ello encontrará la paz profunda que nadie le podrá quitar. Pero el que no coge este camino se queda atrás y jamás saboreará la paz verdadera. Así se ve cuales son los verdaderos testimonios de Cristo”...

Juan Tablero (hacia 1300-1361), dominico en Estrasburgo

Hacedlos fructificar

El sudor y el esfuerzo que el trabajo necesariamente comportan en la actual condición de la humanidad, ofrecen al cristiano y a todo hombre, que es también llamado a seguir a Cristo, la posibilidad de participar en el amor y la obra que Cristo vino a llevar a cabo. Esta obra de salvación se realizo a través del sufrimiento y la muerte en cruz. Soportando el cansancio del trabajo en unión con Cristo crucificado por nosotros, el hombre, en alguna manera, colabora con el Hijo de Dios a la redención de la humanidad. Se presenta como el verdadero discípulo de Jesús llevando, a su vez, la cruz de cada día en su actividad propia.

Cristo, «aceptando morir por todos nosotros, pecadores, nos enseña con su ejemplo que también debemos cargar esta cruz que el mundo hace recaer sobre las espaldas de los que persiguen la justicia y la paz». Sin embargo, al mismo tiempo «constituido Señor por su resurrección, Cristo, al que le ha sido dada toda potestad en el cielo y en la tierra, obra ya por la virtud de su Espíritu en el corazón del hombre, no sólo desper¬tando el anhelo del siglo futuro, sino alentando, purificando y robuste¬ciendo también con ese deseo aquellos generosos propósitos con los que la familia humana intenta hacer más llevadera su propia vida y someter la tierra a este fin» (Vaticano II, GS 38).

En el trabajo humano, el cristiano encuentra una pequeña parte de la cruz de Cristo, y la acepta en espíritu de redención tal como Cristo aceptó su cruz por nosotros. En el trabajo, gracias a la luz que nos penetra por la resurrección de Cristo, encontramos siempre un resplandor de la vida nueva, del bien nuevo. Encontramos como un anuncio de «un cielo nuevo y una tierra nueva» (Ap 21,1) a los que el hombre colabora precisamente con el esfuerzo del trabajo.

Juan Pablo II. Encíclica Laborem exercens, 27

Intenciones para Noviembre

General:
Por las Iglesias católicas orientales, para que su venerable tradición sea reconocida y estimada como riqueza espiritual por toda la Iglesia.

Misionera:
Para que el continente africano encuentre en Cristo la fuerza para realizar el camino de reconciliación y justicia señalado por el segundo Sínodo de los Obispos de África.

domingo, 20 de noviembre de 2011

Solemnidad de Jesucristo Rey del Universo

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO 25, 31-46

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

-- Cuando venga en su gloria el Hijo del hombre, y todos los ángeles con él, se sentará en el trono de su gloria, y serán reunidas ante él todas las naciones. Él separará a unos de otros, como un pastor separa las ovejas de las cabras. Y pondrá las ovejas a su derecha y las cabras a su izquierda. Entonces dirá el rey a los de su derecha: "Venid vosotros, benditos de mi Padre; heredad el reino preparado para vosotros desde la creación del mundo. Porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui forastero y me hospedasteis, estuve desnudo y me vestisteis, enfermo y me visitasteis, en la cárcel y vinisteis a verme." Entonces los justos le contestarán: "Señor, ¿cuándo te vimos con hambre y te alimentamos, o con sed y te dimos de beber?; ¿cuándo te vimos forastero y te hospedamos, o desnudo y te vestimos?; ¿cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y fuimos a verte?" Y el rey les dirá: "Os aseguro que cada vez que lo hicisteis con uno de éstos, mis humildes hermanos, conmigo lo hicisteis." Y entonces dirá a los de su izquierda: "Apartaos de mi, malditos, id al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre y no me disteis de comer, tuve sed y no me disteis de beber, fui forastero y no me hospedasteis, estuve desnudo y no me vestisteis, enfermo y en la cárcel y no me visitasteis." Entonces también éstos contestarán: "Señor, ¿cuándo te vimos con hambre o con sed, o forastero o desnudo, o enfermo o en la cárcel, y no te asistimos?" Y él replicará: "Os aseguro que cada vez que no lo hicisteis con uno de éstos, los humildes, tampoco lo hicisteis conmigo." Y éstos irán al castigo eterno, y los justos a la vida eterna.

domingo, 13 de noviembre de 2011

Solo un puñado de arena

XXXIII Domingo del T.O,

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO25, 14-15.19-21
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola:

--Un hombre, al irse de viaje, llamó a sus empleados y los dejó encargados de sus bienes: a uno le dejó cinco talentos de plata, a otro dos, a otro uno, a cada cual según su capacidad; luego se marchó. El que recibió cinco talentos fue enseguida a negociar con ellos y ganó otros cinco. El que recibió dos hizo lo mismo y ganó otros dos. En cambio el que recibió uno hizo un hoyo en la tierra y escondió el dinero de su señor.

Al cabo de mucho tiempo volvió el señor de aquellos empleados y se puso a ajustar las cuentas con ellos. "Señor, cinco talentos me dejaste; mira, he ganado otros cinco." Su señor le dijo: "Muy bien. Eres un empleado fiel y cumplidor; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; pasa al banquete de tu señor." Se acercó luego el que había recibido dos talentos y dijo: "Señor, dos talentos me dejaste; mira he ganado otros dos." Su Señor le dijo: "Muy bien. Eres un empleado fiel y cumplidor; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; pasa al banquete de tu señor."

Finalmente, se acercó el que había recibido un talento y dijo: "Señor, sabía que eras exigente, que siegas donde no siembras y recoges donde no esparces; tuve miedo y fui a esconder tu talento bajo tierra. Aquí tienes lo tuyo." El señor le respondió: "Eres un empleado negligente y holgazán. ¿Conque sabías que siego donde no siembro y recojo donde no esparzo? Pues debías haber puesto mi dinero en el banco para que al volver yo pudiera recoger lo mío con los intereses. Quitadle el talento y dádselo al quien tiene diez. Porque al que tiene se le dará y le sobrará; pero al que no tiene, se le quitará hasta lo que tiene. Y a ese empleado inútil echadlo fuera, a las tinieblas; allí será el llanto y el rechinar de dientes”.

domingo, 6 de noviembre de 2011

Domingo XXXII del T.O.

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO 25, 1-13

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola:

-- El Reino de los Cielos se parecerá a diez doncellas que tomaron sus lámparas y salieron a esperar al esposo. Cinco de ellas eran necias y cinco eran sensatas. Las necias, al tomar las lámparas, se dejaron el aceite; en cambio, las sensatas se llevaron alcuzas de aceite con las lámparas. El esposo tardaba, les entró sueño a todas y se durmieron. A medianoche se oyó una voz:

--¡Que llega el esposo, salid a recibirlo!

Entonces se despertaron todas aquellas doncellas y se pusieron a preparar sus lámparas. Y las necias dijeron a las sensatas:

--Dadnos un poco de vuestro aceite, que se nos apagan las lámparas.

Pero las sensatas contestaron:

-- Por si acaso no hay bastante para vosotras y nosotras, mejor es que vayáis a la tienda y os lo compréis.

Mientras iban a comprarlo, llegó el esposo, y las que estaban preparadas entraron con él al banquete de bodas, y se cerró la puerta. Más tarde llegaron también las otras doncellas, diciendo:

--Señor, señor, ábrenos. Pero él respondió:

--Os lo aseguro: no os conozco.

Por tanto, velad, porque no sabéis el día ni la hora.

sábado, 5 de noviembre de 2011

La libertad del hombre

Libertad y pecado


La libertad del hombre es finita y falible. De hecho el hombre erró. Libremente pecó. Al rechazar el proyecto del amor de Dios, se engañó a sí mismo y se hizo esclavo del pecado. Esta primera alienación engendró una multitud de alienaciones. La historia de la humanidad, desde sus orígenes, atestigua desgracias y opresiones nacidas del corazón del hombre a consecuencia de un mal uso de la libertad.

Amenazas para la libertad

El ejercicio de la libertad no implica el derecho a decir y hacer cualquier cosa. Es falso concebir al hombre ‘sujeto de esa libertad como un individuo autosuficiente que busca la satisfacción de su interés propio en el goce de los bienes terrenales’ .
Por otra parte, las condiciones de orden económico y social, político y cultural requeridas para un justo ejercicio de la libertad son, con demasiada frecuencia, desconocidas y violadas. Estas situaciones de ceguera y de injusticia gravan la vida moral y colocan tanto a los fuertes como a los débiles en la tentación de pecar contra la caridad. Al apartarse de la ley moral, el hombre atenta contra su propia libertad, se encadena a sí mismo, rompe la fraternidad con sus semejantes y se rebela contra la verdad divina.

Liberación y salvación

Por su Cruz gloriosa, Cristo obtuvo la salvación para todos los hombres. Los rescató del pecado que los tenía sometidos a esclavitud. ‘Para ser libres nos libertó Cristo’ . En El participamos de ‘la verdad que nos hace libres’ . El Espíritu Santo nos ha sido dado, y, como enseña el apóstol, ‘donde está el Espíritu, allí está la libertad’ . Ya desde ahora nos gloriamos de la ‘libertad de los hijos de Dios’ .

Libertad y gracia

La gracia de Cristo no se opone de ninguna manera a nuestra libertad cuando ésta corresponde al sentido de la verdad y del bien que Dios ha puesto en el corazón del hombre. Al contrario, como lo atestigua la experiencia cristiana, especialmente en la oración, a medida que somos más dóciles a los impulsos de la gracia, se acrecientan nuestra íntima verdad y nuestra seguridad en las pruebas, como también ante las presiones y coacciones del mundo exterior. Por el trabajo de la gracia, el Espíritu Santo nos educa en la libertad espiritual para hacer de nosotros colaboradores libres de su obra en la Iglesia y en el mundo.


Dios omnipotente y misericordioso, aparta de nosotros los males, para que, bien dispuesto nuestro cuerpo y nuestro espíritu, podamos libremente cumplir tu voluntad.

CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA

«Llamó a sus discípulos, escogió a doce de entre ellos y les dio el nombre de apóstoles»

La Tradición apostólica no es una colección de cosas, palabras, como una caja de cosas muertas; la Tradición es el río de la vida nueva que viene desde los orígenes, de Cristo hasta nosotros, y nos implica en la historia de Dios con la humanidad. Este tema de la Tradición... es de gran importancia para la vida de la Iglesia.

El Concilio Vaticano II ha subrayado, a este respecto, que la Tradición es apostólica primero en sus orígenes: «Dispuso Dios benignamente que todo lo que había revelado para la salvación de los hombres permaneciera íntegro para siempre y se fuera transmitiendo a todas las generaciones. Por ello Cristo Señor, en quien se consuma la revelación total del Dios sumo (2C 1,20; 3,16-4,6), mandó a los Apóstoles que predicaran a todos los hombres el Evangelio, comunicándoles los dones divinos. Este Evangelio, prometido antes por los Profetas, lo completó El y lo promulgó con su propia boca, como fuente de toda la verdad salvadora y de la ordenación de las costumbres» (Dei Verbum 7).

El Concilio prosigue subrayando que este compromiso ha sido fielmente llevado a cabo «por los apóstoles que por la predicación oral, en los ejemplos e instituciones, transmitieron todo lo que habían aprendido de la misma boca de Cristo, viviendo con él y viéndole actuar; y también que ellos mismos gozaban de sugerencias dadas por el Espíritu Santo». Con los apóstoles, añade el Concilio, colaboraron también «unos hombres de su mismo entorno, los cuales, bajo la inspiración del mismo Espíritu Santo, consignaron por escrito el mensaje de salvación». Cabezas del Israel escatológico, en número de doce tal como lo eran las tribus del pueblo elegido, los apóstoles continuaron la «cosecha» comenzada por el Señor y lo hicieron, ante todo, transmitiendo el don recibido, la Buena Nueva del Reino llegado a los hombres en Jesucristo.

El número de doce expresa no sólo la continuidad con la raíz santa, el Israel de las doce tribus, sino también el destino universal de su ministerio, portador de salvación hasta los extremos de la tierra. Se puede captar eso a partir del valor simbólico de los números en el mundo semítico: doce es el resultado de la multiplicación de tres, número perfecto, por cuatro, número que nos remite a los cuatro puntos cardinales, es decir, al mundo entero.


Papa Benedicto XVI Audiencia general del 3•5•2006

Unidos a la Virgen Maria, te pedimos, Señor

En la tarde del sábado, día en que Dios descansó de su creación, pidamos, por intercesión de María, por la paz del mundo:

Unidos a la Virgen Maria, te pedimos, Señor,
que nos des la pureza de un corazón humilde
para comprender la Verdad
y rechazar las ilusiones engañosas.
Concédenos la libertad de tu gracia y la sencillez de María
para vivir en la justicia y el amor responsable.
Enséñanos a plasmar una cultura nueva
en la que sea posible la participación
de cada hombre, pueblo y raza.
Que el mundo no nos fascine nunca
con aquella paz aparente, oportunista y efímera
que tú rechazaste.
Señor Jesucristo, danos tu paz,
esa paz que brota de tu corazón traspasado,
paz en la verdad, en la justicia y en el amor...
Paz en la unión con el corazón de tu Madre.

Adaptado de una oración de Juan Pablo II

miércoles, 2 de noviembre de 2011

Descansad

Javier Leoz

Descansad; descansad en las manos que, por ser tan grandes
sólo pueden ser las manos de Dios
Vivid; vivid en aquella ciudad que –sin penas ni tristezas-
sólo puede ser la Ciudad de Dios
Esperad; esperad el último día, pues por estar ya dormidos
para vosotros será un pronto despertad
Orad; orad por los que aquí quedamos,
pues bien sabemos que, nuestra hora, es hora incierta
nuestro mañana, un tanto inseguro
y nuestra fragilidad brota por los cuatro costados
Descansad; hermanos, descansad;
vivisteis y, Dios, os guió con mano providente
Sufristeis: pero ¿quién sabe si ahora no estaréis
descubriendo la otra cara de esa sufrida moneda?
Llorasteis; pero hoy con el pañuelo amoroso del Padre
os sentís reconfortados y consolados
Amasteis; y como un gran capital que nunca decrece,
presentáis las buenas acciones de vuestro ser
los detalles de tanta delicadeza repartida
la suavidad de las palabras que no quisieron herir
la prudencia de los silencios que fueron vuestro baluarte
Sí, hermanos, descansad en las manos de Dios
Porque, en el camino que Cristo os enseñó,
intentasteis llevar una vida y agradable
Con lágrimas y dolor
Con aciertos y fracasos
Con virtudes y pecados
Como los atletas en el estadio o en la competición,
estuvisteis corriendo hacia la meta
arropados y empujados por el Espíritu
enamorados por Jesucristo
atraídos por el amor infinito del Padre
Sí, hermanos, padres, amigos, compañeros,
sacerdotes, y tantos que estáis ya al otro lado:
Descansad y pedid por aquellos que
pensando que somos eternos
un día junto a vosotros también estaremos.
en espera de la resurrección final y definitiva.
Amén.

martes, 1 de noviembre de 2011

Los justos brillarán como el sol en el reino de su Padre. Aleluya.

Padre santo,
tú nos has llamado hijos tuyos y lo somos.
Te damos gracias por tu santidad y porque en Jesucristo,
tu Hijo, nos llamas a todos a ser santos.

Queremos que tu nombre sea santificado en todo el mundo
y especialmente en nuestras vidas.
Hijo justo del Padre, Dios y hombre verdadero,
que nos has hecho partícipes de la naturaleza divina.
Ayúdanos a imitarte y a ser santos como tú eres santos.

Espíritu Santo, que eres Señor y dador de vida,
ven a nuestras almas y llénalas con la plenitud de tus dones.
Haz en nuestro interior una casa
en la que habites junto al Padre y al Hijo.
Sigue guiando a la Iglesia, inspirando a sus pastores
y suscitando en todos nosotros obras de santidad
para que un día podamos compartir la gloria
de los que ya viven en el cielo.

Amén.

Preces por Todos los Santos

En la solemnidad de Todos los Santos invoquemos a Dios, que nos llama a una vida perfecta y feliz:
R/ Sólo tú eres santo.

Te pedimos por la Iglesia,
- consérvala santa para que pueda santificar a todos los que se acogen a ella.

Enséñanos a contemplar la vida de los santos,
-que encontremos en ellos modelos que nos impulsen a crecer en el amor a ti y al prójimo.

Líbranos de la tentación de la tibieza,
- y enciende en nuestros corazones un deseo cada vez mayor de vivir en tu presencia.

Apiádate de los que viven en la tristeza del pecado,
- que sientan la alegría que confiere una vida dedicada a tu servicio.

Haz que nuestra vida suscite en los que no te conocen las ganas de encontrarse con Cristo,
-para que puedan gozar de la salvación que nos ha traído tu Hijo.

Solemnnidad de Todos los Santos

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO 5, 1-12a

En aquel tiempo, al ver Jesús el gentío, subió a la montaña, se sentó y se acercaron los discípulos; y él se puso a hablar, enseñándolos:

-- Dichosos los pobres de espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. Dichosos lo que lloran, porque ellos serán consolados. Dichosos los sufridos, porque ellos heredarán la tierra. Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos quedarán saciados. Dichosos los misericordiosos, porque ellos alcanzarán la misericordia. Dichosos los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. Dichosos los que trabajan por la paz, porque ellos se llamarán los Hijos de Dios. Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. Dichosos vosotros cuando os insulten y os persigan y os calumnien de cualquier modo por mi causa. Estad alegres y contentos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo.

lunes, 31 de octubre de 2011

Servidores de la Palabra

…”Toda palabra de Cristo es buena, tiene su misión y su finalidad, no cae en tierra. Es imposible que él haya pronunciado jamás palabras efímeras, él, que es el Verbo de Dios, expresando según su buen parecer los profundos consejos y la santa voluntad del Dios invisible. Es buena toda palabra de Cristo. Aunque sus proposiciones nos hayan sido transmitidas por gente ordinaria, podemos estar ciertos que nada de lo que se ha conservado –tanto si se trata de palabras dirigidas a un discípulo o a un contradictor, como si se trata de advertencias, pareceres, correcciones, palabras de consuelo, persuasión o condenación- nada de todo eso no tiene un significado puramente accidental, un alcance limitado o parcial...

Por el contrario, todas las palabras sagradas de Cristo, aunque revestidas de forma temporal y ordenadas a un fin inmediato -por esto mismo difíciles de liberarse de lo que en ellas mismas hay de momentáneo y contingente- no por ello dejan de conservar toda su fuerza en cada época. Permaneciendo en la Iglesia están destinadas a seguir siendo válidas en el cielo (cfr Mt 24,35) y se prolongan hasta la eternidad. Son nuestra regla santa, justa y buena la «lámpara para nuestros pasos, luz en nuestros senderos» (Sl 118, 105), tan plena e íntimamente válidas para nuestro tiempo que cuando fueron pronunciadas.

Esto hubiera sido igualmente verdad si, con una sencilla atención humana, alguien hubiera recogido las migajas de la mesa de Cristo. Pero nosotros tenemos una seguridad mucho mayor porque lo recibimos no de los hombres sino de Dios (1Tes 2,13). El Espíritu Santo, que glorificó a Cristo y dio a los evangelistas la inspiración de escribir, no trazó para nosotros un Evangelio estéril. Alabado sea por haber escogido y salvaguardado para nosotros las palabras que debían ser particularmente útiles para el porvenir; palabras que servirían de ley a la Iglesia para la fe, la moral y la disciplina. No una ley escrita sobre tablas de piedra (Ex 24,12), sino una ley de fe y de amor, de espíritu y no de letra, (Rm 7,6), una ley para los corazones generosos que aceptan «vivir de toda palabra», por humilde y modesta que sea, «que sale de la boca de Dios»”… (Dt 8,3; Mt 4,4).

Cardenal John Henry Newman (1801-1890), presbítero, fundador de comunidad religiosa, teólogo - Sermón «The Good Part of Mary», PPS, III 22

domingo, 30 de octubre de 2011

Domingo XXXI del T.O.

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO 23, 1-12

En aquel tiempo, Jesús habló a la gente y a sus discípulos, diciendo:

-- En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y los fariseos: haced y cumplid lo que os digan; pero no hagáis lo que ellos hacen, porque ellos no hacen lo que dicen. Ellos lían fardos pesados e insoportables y se los cargan a la gente en los hombros, pero ellos no están dispuestos a mover un dedo para empujar. Todo lo que hacen es para que los vea la gente: alargan las filacterias y ensanchan las franjas del manto; les gustan los primeros puestos en los banquetes y los asientos de honor en las sinagogas; que les hagan reverencias por la calle y que la gente los llame maestros. Vosotros, en cambio, no os dejéis llamar maestro, porque uno solo es vuestro maestro, y todos vosotros sois hermanos. Y no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra, porque uno solo es vuestro Padre, el del cielo. No os dejéis llamar consejeros, porque uno solo es vuestro consejero, Cristo. El primero entre vosotros será vuestro servidor. El que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.

sábado, 29 de octubre de 2011

viernes, 28 de octubre de 2011

Hazme vivir, Señor, como Tú dices y vives

Que haga, no aquello que el mundo espera,
sino aquello que Tú deseas:
para construir tu Reino siendo tu sal y tu luz
Con tu fuerza, Señor, y en tu Palabra
que viva con el fervor de tus discípulos
con la sencillez de María
o arropado con el testimonio de los mártires
Pero, Señor, que no viva de espaldas a tu Verdad:
que mi “sí” a tu voluntad,
se manifieste en un compromiso sincero por un mundo mejor
que mi “si” a tu Palabra
sea luego imagen real de lo que pienso y realizo
Que lejos de desafinar en mi existencia cristiana
sepa armonizar mi idea, con mi práctica
mis ilusiones, con mis realidades
mis anhelos, con mis luchas diarias
mi amistad contigo, con la fraternidad del día a día
HAZME VIVIR, SEÑOR, COMO TU DICES Y VIVES
Sin dividir mi estancia contigo, del servicio a los demás
la oración que te contempla y te necesita
del trabajo que me aguarda en la tierra que me espera
Sin olvidar que, aún mirándote con mis ojos,
o escuchándote con mis oídos
me faltará por recorrer el camino del recio compromiso
de la vida que se ofrece sin medida
de los gestos de perdón o de confianza.
HAZME VIVIR, SEÑOR, COMO TU DICES Y VIVES
Desviviéndote, en tu intimidad con el Padre
y deshaciéndote por la salvación de la humanidad
Guiándote por la mano del Padre
y dirigiendo con la tuya el camino del que te desea y busca
Proclamando la bondad de Dios en un mundo egoísta
y mostrando, con tus heridas y tu cruz,
que tu vida no es solo palabra…no solo proyectos…
que, tu vida, es hacer aquello que vives: ¡DIOS!
Javier Leoz