sábado, 31 de diciembre de 2011

Oración para el fin de año



En estos últimos momentos del año que hoy termina,
heme aquí, Señor, en el silencio y en recogimiento
para decirte GRACIAS,
para solicitarte: AYUDA,
para implorarte: PERDÓN.
GRACIAS,
Señor por la paz, por la alegría,
por la unión que los hombres, mis hermanos, me han brindado,
por esos ojos que con ternura y comprensión me miraron.
Por esa mano oportuna que me levanté,
por esos labios cuyas palabras y sonrisa me alentaron,
por esos oídos que me escucharon,
por ese corazón que amistad, cariño y amor me dieron.
Gracias, Señor por el éxito que me estimuló,
por la salud que me sostuvo,
por la comodidad y diversión que me descansaron.
Gracias, señor... me cuesta decírtelo...
por la enfermedad, por el fracaso, por la desilusión,
por el insulto, por el engaño, por la injusticia,
por la soledad, por el fallecimiento del ser querido.
Tu lo sabes, Señor, cuán difícil fue aceptarlo;
quizá estuve al punto de la desesperación,
pero ahora me doy cuenta
que todo esto me acercó más a Ti.
¡Tú sabes lo que hiciste!
Gracias, Señor, sobre todo por la fe
que me has dado en Ti y en los hombres.
Por esa fe que se tambaleó
pero que Tú nunca dejaste de fortalecer
cuando tantas veces encorvado bajo el peso del desánimo
me hizo caminar en el sendero de la verdad
a pesar de la obscuridad.


AYUDA
Te he venido también a implorar
para el año que muy pronto va a comenzar.
Lo que el futuro me deparará, lo desconozco Señor.
Vivir en la incertidumbre, en la duda,
no me gusta, me molesta, me hace sufrir.
Pero sé que Tú siempre me ayudarás.
Yo te puedo dar la espalda. Soy libre.
Tú nunca me la darás. Eres fiel.
Yo sé que me tenderás la mano.
Tu sabes que yo no siempre la tomaré.
Por eso, hoy te pido que me ayudes a ayudarte,
que llenes mi vida de esperanza y generosidad.
No abandones la obra de tus manos. Señor.


PERDÓN
No podría retirarme sin pronunciar
esa palabra que tantas veces,
te debí de haber dicho,
pero que por negligencia y orgullo he callado,
perdón, Señor, por mis negligencias,
descuidos y olvidos, por mi orgullo y vanidad,
por mi necedad y capricho,
por mi silencio y mi excesiva locuacidad.
Perdón, Señor, por prejuzgar a mis hermanos,
por mi falta de alegría y entusiasmo,
por mi falta de fe y confianza en Ti,
por mi cobardía y mi temor en mi compromiso.
Perdón, porque me han perdonado
y no he sabido perdonar.
Perdón por mi hipocresía y mi doblez,
por esa apariencia que con tanto esmero cuido
pero que en el fondo no es más que engaño a mi mismo.
Perdón por esos labios que no sonrieron,
por esa palabra que callé,
por esa mano que no tendí,
por esa mirada que desvié,
por esos oídos que no presté,
por esa verdad que omití,
por ese corazón que no amó
... por ese Yo que se prefirió.


Señor, no te he dicho todo.
Llena con tu amor mi silencio y cobardía.
GRACIAS por todos los que no te dan gracias.
AYUDA a todos los que imploran tu ayuda.
PERDÓN por todos los que no imploran perdón.
Me has escuchado... ahora, Señor, te escucho...
Amen.

Jornada de la Familia 2011

Oh Dios, que en la Sagrada Familia
nos dejaste un modelo perfecto
de la vida familiar, fundada en la fe
y la obediencia a tu voluntad.


Derrama tu Espíritu
sobre nuestras familias,
arráigalas sólidamente en Cristo,
tu Hijo, roca de la salvación,
para que sirvan fielmente a la vida,
sean en la Iglesia fecunda fuente de comunión
y apóstoles incansables
de la Nueva Evangelización.


Unidos a José y María,
Te lo pedimos por Jesucristo tu Hijo,
nuestro Señor.
Amén.

martes, 27 de diciembre de 2011

Concierto de Navidad

El próximo viernes 30, después de la Eucaristía de las 20.00h, tendrá en nuestra Iglesia del Carmen, un concierto de Navidad, ofrecido por el coro Ecos del Ebro, y la Rondalla Aires del Ebro, dirigidos por Ángel Manzano.

Estáis todos invitados a dar gracias a Dios por esta Navidad.
Os dejamos un vídeo del concierto de hace unos años....

lunes, 26 de diciembre de 2011

¡te hiciste carne! ¡te vemos, Señor!

Javier Leoz





¿Dónde verte, Dios de las nubes y de los cielos?
¿Dónde descubrir tu rostro, Dios invisible y Santo?
¡Vamos! ¡Vayamos!¡Nos aguarda el Misterio de los siglos!
Allá, al fondo, en una gruta traspasada por el frío
contemplaremos y encontraremos al Dios con nosotros:
¡JESUS! ¡JESUS ES EL ROSTRO DE DIOS!
Ahora, al verte pequeño y en un pesebre,
descubrimos los quilates de tu amor
Sabemos que, nos faltarán muchas cosas en la vida,
pero que, a partir de ahora, nunca nos faltarás Tú.
¡TE HAS HECHO CARNE….Y NOS DUELE, SEÑOR!
¿Por qué tanto empeño y tanta locura?
¿Acaso no sabes lo que te aguarda en este mundo?
¿Has olvidado que, los niños, no son bien recibidos?
¿No te has enterado, oh Dios,
que confundimos amor con placer,
felicidad con tener o tregua con paz?
¡TE HAS HECHO CARNE….Y NOS DUELE, SEÑOR!
Nos duele que un Dios tan divino, sea humano
Que desciendas tanto y tan radicalmente
¿No era suficiente hablar desde el espacio celeste?
¿No estarás arriesgando demasiado en esa cuna
que es preludio y camino de otra, también de madera,
levantada en un alto en forma de cruz?
Hoy, en este día de Navidad,
y aunque nos duela adorarte pobre e infante
cantamos tu llegada y nos felicitamos por nuestra suerte;
Es posible la salvación y la vida futura
Que los hombres seamos más hermanos
Que, la veleta de nuestra existencia, apunte hacia el cielo
Que, Dios, sea la garantía de nuestro mañana
¡TE HAS HECHO CARNE….Y LO AGRADECEMOS, SEÑOR!

¡HAS VENIDO A SALVARNOS!

El Belén










domingo, 25 de diciembre de 2011

Emmanuel

La Natividad del Señor

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN 1, 1-18

En el principio ya existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios. La Palabra en el principio estaba junto a Dios. Por medio de la Palabra se hizo todo, y sin ella no se hizo nada de lo que se ha hecho. En la Palabra había vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz brilla en la tiniebla, y la tiniebla no la recibió.

Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan: éste venía como testigo, para dar testimonio de la luz, para que por él todos vinieran a la fe. No era él la luz, sino testigo de la luz.

La Palabra era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre. Al mundo vino, y en el mundo estaba; el mundo se hizo por medio de ella, y el mundo no la conoció. Vino a su casa, y los suyos no la recibieron. Pero a cuantos la recibieron, les da poder para ser hijos de Dios, si creen en su nombre. Éstos no han nacido de sangre, ni de amor carnal, ni de amor humano, sino de Dios. Y la Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros, y hemos contemplado su gloria: gloria propia del Hijo único del Padre, lleno de gracia y de verdad.

Juan da testimonio de él y grita diciendo:

-- Este es de quien dije: "El que viene detrás de mí pasa delante de mí, porque existía antes que yo."

Pues de su plenitud todos hemos recibido, gracia tras gracia. Porque la Ley se dio por medio de Moisés, la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo. A Dios nadie lo ha visto jamás: el Hijo único, que está en el seno del Padre, es quien lo ha dado a conocer.

sábado, 24 de diciembre de 2011

Felíz Navidad

Veni ad salvandum nos.
Ven a salvarnos.

viernes, 23 de diciembre de 2011

miércoles, 21 de diciembre de 2011

Antífonas de la "O"

Son importantes las llamadas «antífonas de la 0», que se rezan en las vísperas desde el 17 hasta el 23 de diciembre. Son un eco de las profecías de Isaías. Algunas están contenidas en el himno «Cielos, lloved vuestra justicia». Pueden ser un texto muy apto para la oración profunda.

17 Diciembre:

Oh Sabiduría, que brotaste de los labios del Altísimo, abarcando del uno al otro confín y ordenándolo todo con firmeza y suavidad, ¡ven y muéstranos el camino de la salvación!

18 Diciembre:

Oh Adonai, Pastor de la casa de Israel, que te apareciste a Moisés en la zarza ardiente y en el Sinaí le diste tu ley, ¡ven a librarnos con el poder de tu brazo!

19 Diciembre:

Oh Renuevo del tronco de Jesé, que te alzas como un signo para los pueblos, ante quien los reyes enmudecen y cuyo auxilio imploran las naciones, ¡ven a librarnos, no tardes más!

20 Diciembre:

Oh Llave de David y Cetro de la casa de Israel, que abres y nadie puede cerrar, cierras y nadie puede abrir, ¡ven y libra los cautivos que viven en tinieblas y en sombra de muerte!

21 Diciembre:

Oh Sol que naces de lo alto, Resplandor de la Luz Eterna, Sol de justicia, ¡ven ahora a iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte!

22 Diciembre:

Oh Rey de las naciones y Deseado de los pueblos, Piedra angular de la Iglesia, que haces de dos pueblos uno solo, ¡ven y salva al hombre que formaste del barro de la tierra!

23 Diciembre:

Oh Emmanuel, Rey y Legislador nuestro, esperanza de las naciones y salvador de los pueblos, ¡ven a salvarnos, Señor Dios nuestro!

lunes, 19 de diciembre de 2011

El estudio de la religión

---Monseñor, desearíamos que nos dijera cuáles son, a su juicio, los fines esenciales de la Universidad; y en qué términos sitúa la enseñanza de la religión dentro de los estudios universitarios.----

La Universidad —lo sabéis, porque lo estáis viviendo o lo deseáis vivir— debe contribuir desde una posición de primera importancia, al progreso humano. Como los problemas planteados en la vida de los pueblos son múltiples y complejos —espirituales, culturales, sociales, económicos, etc.—, la formación que debe impartir la Universidad ha de abarcar todos estos aspectos.

No basta el deseo de querer trabajar por el bien común; el camino, para que este deseo sea eficaz, es formar hombres y mujeres capaces de conseguir una buena preparación, y capaces de dar a los demás el fruto de esa plenitud que han alcanzado.

La religión es la mayor rebelión del hombre que no quiere vivir como una bestia, que no se conforma —que no se aquieta— si no trata y conoce al Creador: el estudio de la religión es una necesidad fundamental. Un hombre que carezca de formación religiosa no está completamente formado. Por eso la religión debe estar presente en la Universidad; y ha de enseñarse a un nivel superior, científico, de buena teología. Una Universidad de la que la religión está ausente, es una Universidad incompleta: porque ignora una dimensión fundamental de la persona humana, que no excluye —sino que exige— las demás dimensiones.

De otra parte, nadie puede violar la libertad de las conciencias: la enseñanza de la religión ha de ser libre, aunque el cristiano sabe que, si quiere ser coherente con su fe, tiene obligación grave de formarse bien en ese terreno, que ha de poseer —por tanto— una cultura religiosa: doctrina, para poder vivir de ella y para poder ser testimonio de Cristo con el ejemplo y con la palabra.

SAN JOSEMARIA ESCRIVÁ DE BALAGUER

Oración a la Virgen María del Adviento

Madre de misericordia, Maestra del sacrificio escondido y silencioso, a ti, que sales al encuentro de nosotros, los pecadores, te consagramos en este día todo nuestro ser y todo nuestro amor.

Te consagramos también nuestra vida, nuestros trabajos, nuestras alegrías, nuestras enfermedades y nuestros dolores.

Da la paz, la justicia y la prosperidad a nuestros pueblos; ya que todo lo que tenemos y somos lo ponemos bajo tu cuidado, Señora y Madre nuestra.

Queremos ser totalmente tuyos y recorrer contigo el camino de una plena felicidad a Jesucristo en su Iglesia: no nos sueltes de tu mano amorosa.
Concede a nuestros hogares la gracia de amar y de respetar la vida que comienza, con el mismo amor con el que concebiste en tu seno la vida del Hijo de Dios. Virgen Santa María, Madre del Amor Hermoso, protege a nuestras familias, para que estén siempre muy unidas, y bendice la educación de nuestros hijos.

Esperanza nuestra, míranos con compasión, enséñanos a ir continuamente a Jesús y, si caemos, ayúdanos a levantarnos, a volver e El, mediante la confesión de nuestras culpas y pecados en el Sacramento de la Penitencia, que trae sosiego al alma. Te suplicamos que nos concedas un amor muy grande a todos los santos Sacramentos, que son como las huellas que tu Hijo nos dejó en la tierra. Así, Madre Santísima, con la paz de Dios en la conciencia, con nuestros corazones libres de mal y de odios podremos llevar a todos la verdadera alegría y la verdadera paz, que vienen de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo, que con Dios Padre y con el Espíritu Santo vive y reina por los siglos de los siglos, Amén.

JUAN PABLO II

“Que no se haga mi voluntad, sino la tuya”

Esfuérzate por permanecer en su voluntad y que su voluntad permanezca en ti. Cuando la voluntad de Dios se haya hecho en la tierra como en el cielo, entonces se cumplirá el testamento de Jesús.

Mira el sol y sus rayos.
El sol es símbolo de la voluntad divina, que es el mismo Dios.
Los rayos son esta divina voluntad sobre cada uno de nosotros.
Camina hacia el sol en la luz de tu rayo, distinto de todos los demás, y cumple el maravilloso y particular designio que Dios quiere de ti.
Infinito número de rayos, todos procedentes del mismo sol... Voluntad única, particular sobre cada uno.
Los rayos, cuanto más se aproximan al sol, tanto más se aproximan entre sí. También nosotros, cuanto más nos acercamos a Dios, cumpliendo cada vez con mayor perfección la divina voluntad, tanto más nos acercamos unos a otros.

Hasta que todos seamos uno.

CHIARA LUBICH

domingo, 18 de diciembre de 2011

Domingo IV de Adviento

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS 1, 26- 38

En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David; la virgen se llamaba María. El ángel, entrando en su presencia, dijo:

-- Alégrate, llena de gracias, el Señor esta contigo.

Ella se turbó ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquel. El ángel le dijo:

-- No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.

Y María dijo al ángel:

-- ¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?

El ángel le contestó:

-- El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios. Ahí tienes a tu pariente Isabel, que, a pesar de su vejez, ha concebido un hijo, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible.

María contestó:

-- Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.

Y la dejó el ángel.

sábado, 17 de diciembre de 2011

viernes, 16 de diciembre de 2011

Entra por mi ventana, que te espero

Envía, oh Señor, tu Ángel con palabras de amor
que, no siempre mi vida, está colmada de paz
Hoy, cuando siento ya tus pisadas en el horizonte,
siento que te necesito, que te espero
que no puedo vivir sin un mensaje del cielo.
Vienes por nosotros, Señor, y te damos las gracias
Siendo Dios, te harás hombre
para que entendamos que en la humanidad
está el camino para llegarnos hasta Ti.
¡Dinos, María, qué responderle a Dios!
¿Qué tenemos que hacer para no perderle?
¿A dónde acudir para sentir su presencia?
¿Cuándo asomarnos a la ventana de nuestro hogar
y decirle: ¡No pases de largo, Jesús!
Manda, Señor, tu Ángel con recados de fe
que no siempre, nuestra vida, es campo abierto a tu gracia
que no siempre, nuestros labios, proclaman tu Nombre
que no siempre, nuestro corazón, está apoyado en Ti.
Entra, oh Señor, por la ventana de nuestros días
derrama tu poder y tus dones
sobre la debilidad y la frialdad de nuestras respuestas
Entra, oh Señor, por la ventana de nuestras inquietudes
y transfórmalas en deseo de servirte a Ti
de amarte y esperarte a Ti
Como lo hizo María
Como lo sintió María
Como lo recibió María
Como te respondió María:
Aquí estamos, Señor¡¡
¡Te esperamos con las ventanas abiertas!
Javier Leoz

miércoles, 14 de diciembre de 2011

Solemnidad de San Juan de la Cruz


Nació en Fontiveros (Ávila) el 1542. Instrumento providencial en manos de Teresa de jesús, le ayudó en su renovación de la Orden desde la primera fundación de frailes contemplativos en Duruelo el 28 de noviembre de 1568. Enfermo en Ubeda, se fue a cantar maitines al cielo la noche del 13 de diciembre de 1591. Es guía indiscutible de los caminos del espíritu. Célebres son sus tratados: Subida del Monte Carmelo, Noche oscura, Cántico espiritual y Llama de amor viva. Pío XI le confirió el título de doctor de la Iglesia universal el 24 de agosto de 1926. San Juan de la Cruz es el padre y maestro espiritual del Carmelo Teresiano, doctor de la vida cristiana en su dinamismo teologal, cantor de la hermosura de Dios y de la belleza de la creación. Su recuerdo se transforma hoy en Liturgia viva. A través de la alabanza divina, su oración y su poesía, su canto eterno de gloria, se hace viático y plegaria del Carmelo peregrino aquí en la tierra. Su doctrina fue una exégesis viva del Evangelio; por eso la palabra de Dios ilumina su experiencia, y sus enseñanzas tienen alcances insospechados en la meditación de esa palabra. La Liturgia de esta solemnidad es palabra de Dios y palabra de Juan de la Cruz en una síntesis de meditación y alabanza.

martes, 13 de diciembre de 2011

Llama de amor viva



¡Oh llama de amor viva
que tiernamente hieres
de mi alma en el más profundo centro!
Pues ya no eres esquiva
acaba ya si quieres,
¡rompe la tela de este dulce encuentro!

¡Oh cauterio suave!
¡Oh regalada llaga!
¡Oh mano blanda! ¡Oh toque delicado
que a vida eterna sabe
y toda deuda paga!
Matando, muerte en vida has trocado.

¡Oh lámparas de fuego
en cuyos resplandores
las profundas cavernas del sentido,
que estaba oscuro y ciego,
con extraños primores
color y luz dan junto a su querido!

¡Cuán manso y amoroso
recuerdas en mi seno
donde secretamente solo moras,
y en tu aspirar sabroso
de bien y gloria lleno,
cuán delicadamente me enamoras!

lunes, 12 de diciembre de 2011

Tú eres causa de mi alegria, Señor

A TI, SEÑOR, YO QUIERO TENER Y ESPERAR
Porque, eres causa de mi alegría y júbilo
cuando te tengo entre mis manos,
o al sentirte, al buscarte, en mi soledad.
Razón de mi esperanza, al estar cerca de Ti
y, desconcierto o abandono,
cuando me empeño en vivir solo para mí
A TI, SEÑOR, YO QUIERO TENER Y ESPERAR
Frente a la tristeza,
eres siempre aurora de buenas noticias
Frente a la desesperanza
ofreces palabras de aliento y ánimo
Frente a la desilusión por lo que vemos
me invitas a dirigir mis ojos hacia el cielo
A TI, SEÑOR, YO QUIERO TENER Y ESPERAR
El mundo necesita una melodía de paz
música de alegría eterna
acordes de concordia y perdón
sonidos de hermandad y de alegrías verdaderas
Por eso mismo, Señor, te quiero
Eres el único capaz de impregnar al mundo
con un poco de tu gracia eterna y divina
Eres el secreto que, al desvelarse en Navidad,
viene hacerse hombre para podernos salvar
Eres antorcha de un nuevo día
Luz que ilumina el horizonte del mañana
Promesas que, por fin,
veremos fielmente cumplidas y humildes en un pesebre
Carne, como nuestra carne pero sin pecado,
que devolverá la sonrisa y el gozo
a un mundo que, por tener tanto,
ha dejado lo esencial por el camino.
¡A TI, SEÑOR, YO QUIERO TENER Y ESPERAR!
Sabemos, oh Señor,
que la tristeza, el llanto, la amargura
sólo lo podremos curar viviendo en Ti y para Ti.
Javier Leoz

domingo, 11 de diciembre de 2011

III Domingo de Adviento / de Gaudete

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN 1, 6-8. 19-28

Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan: éste venia como testigo, para dar testimonio de la luz, para que por él todos vinieran a la fe. No era él la luz, sino testigo de la luz. Y éste fue el testimonio de Juan, cuando los judíos enviaron desde Jerusalén sacerdotes y levitas a Juan, a que le preguntaran:

-- ¿Tú quién eres?

El confesó sin reservas:

-- Yo no soy el Mesías.

Le preguntaron:

-- Entonces, ¿qué? ¿Eres tú Elías?

El dijo:

-- No lo soy.

--¿Eres tú el Profeta?

Respondió:

-- No.

Y le dijeron:

-- ¿Quién eres? Para que podamos dar una respuesta a los que nos han enviado, ¿qué dices de ti mismo?

Contestó:

-- Yo soy la voz que grita en el desierto: "Allanad el camino del Señor" (como dijo el Profeta Isaías).

Entre los enviados había fariseos y le preguntaron:

-- Entonces, ¿por qué bautizas, si tú no eres el Mesías, ni Elías, ni el Profeta?

Juan les respondió:

-- Yo bautizo con agua; en medio de vosotros hay uno que no conocéis, el que viene detrás de mí, que existía antes que yo y al que no soy digno de desatar la correa de la sandalia.

Esto pasaba en Betania, en la otra orilla del Jordán, donde estaba Juan bautizando.

martes, 6 de diciembre de 2011

lunes, 5 de diciembre de 2011

Intenciones para Diciembre

General:
Para que todos los pueblos de la tierra crezcan en la concordia y la paz por medio del conocimiento y el respeto mutuos.

Misionera:
Para que los niños y jóvenes sean mensajeros del Evangelio y para que su dignidad sea siempre respetada y preservada de toda violencia y explotación.

Dichos de luz y amor de San Juan de la Cruz

El árbol cultivado y guardado con el beneficio de su dueño, da la fruta en el tiempo que de él se espera.

El alma sola, sin maestro, que tiene virtud, es como el carbón encendido que está solo: antes se irá enfriando que encendiendo.

Pues no temes el caer a solas, ¿cómo presumes de levantarte a solas? Mira que más pueden dos juntos que uno solo.

El que cargado cae, dificultosamente se levantará cargado.

Niega tus deseos y hallarás lo que desea tu corazón. ¿Qué sabes tú si tu apetito es según Dios?

Más agrada a Dios el alma que con sequedad y trabajo se sujeta a lo que es razón, que la que, faltando en esto, hace todas sus cosas con consolación.

El alma enamorada es alma blanda, mansa, humilde y paciente.

El alma dura en su amor propio se endurece.

No te conocía yo a ti, ¡oh Señor mío!, porque todavía quería saber y gustar cosas.

Tú, Señor, vuelves con alegría y amor a levantar al que te ofende y yo no vuelvo a levantar y honrar al que me enoja a mi.

Palabras con sabor a Adviento

BUSQUEDA. Sabemos que somos limitados y, por ello mismo, queremos algo más. ¿No estará Dios en el principio y final de todo?
VIGILANCIA. No podemos perder el tren de la felicidad. Cuando pase Jesús a nuestro lado ¿nos encontrará al borde de la estación o distraídos?
OJOS ABIERTOS. Para no dejarnos embobar por los “diosecillos” sin fundamento. Seducen pero, luego, nos dejan tirados. Jesús nunca falla
ORACION. Sin alimento, las personas, mueren. Sin oración, los cristianos y su misma vida cristiana, se debilitan.
LUZ. Para ver en toda su intensidad lo que la Navidad nos trae. Luz verdadera frente a la artificial. Luz divina frente a la colorista, frívola y consumista
PEREGRINACIÓN. Somos peregrinos en busca del santuario del amor de Dios en la tierra. Un santuario humilde, pequeño, de carne y hueso: el Salvador
VISITA. Dios en persona se digna visitar al mundo. Muchos, como entonces, no se percatarán de su presencia. ¿Seremos nosotros del grupo de los pastores o de los necios que cerraron sus posadas a la Sagrada Familia?
APERTURA. Necesitamos de alguien que toque nuestras entrañas. La Navidad nos hace especialmente sensibles a lo santo, a lo bueno. Quien no se abre es difícil que intente comenzar de nuevo.
SILENCIO. El Señor, al contrario que nuestras presencias, viene precedido del silencio, de la pobreza y de la austeridad. Son tres caminos que, al hombre de hoy, se le hacen cuesta arriba: ser moderados, ser pobres y vivir con lo necesario.
PREVENCION. El adviento nos exige optar por lo bueno o por lo negativo; por el maligno o por Dios. El demonio, una y otra vez, muestra su ingenio con un solo fin: apartarnos del amor de Dios.
HUIDA. De las grandes cárceles que el mundo construye a nuestro alrededor, hacia esas otras celdas (los corazones) en los que podemos sentirnos libres alumbrados por la misericordia del Señor.
DESIERTO. Los anacoretas se retiraban al desierto para orar y mortificarse. Hoy, si queremos vivir intensamente la Navidad, es bueno buscar espacios donde encontrar la estrella auténtica que nos va a llevar al Misterio Encarnado de Dios.
CONTENCION. El bien y el mal anidan en nuestro interior. ¿Cuál de las dos fuerzas vencerá? (preguntaba un discípulo a su maestro espiritual). Aquella que tú alimentes. El adviento es un tiempo para no digerir alimentos que pueda perturbar nuestra sensibilidad espiritual. J.Leóz

Oigo en mi corazón: "Buscad mi rostro"

Habla, corazón mío; ábrete todo entero y dirígete a Dios: «Busco tu rostro; sí, Señor es tu rostro que busco» (Sl 26,8). Y Tú, Señor, mi Dios, enseña a mi corazón cómo y dónde he de buscarte; cómo y dónde he de encontrarte, Señor. Señor, si Tú no estás aquí, si estás ausente ¿dónde buscarte? Y si es que estás presente en todas partes ¿por qué yo no puedo verte? Ciertamente, Tú habitas en una luz inaccesible. Pero ¿dónde está esta luz inaccesible? ¿Quién me conducirá hasta ella y me introducirá en ella para que yo pueda verte? Y luego, ¿bajo qué signos, bajo qué figura podré descubrirte? No te he visto jamás, Señor Dios mío, y no conozco tu rostro. Altísimo Señor, ¿qué puedo hacer, qué hará este desterrado lejos de ti? ¿Qué puede hacer tu siervo, ansioso de tu amor y alejado de tu rostro? Aspira a contemplarte y tu rostro se le oculta enteramente. Desea reunirse contigo, pero tu mansión es inaccesible. Ansía encontrarte, pero no sabe dónde habitas. Emprende tu búsqueda, pero desconoce tu rostro.


Señor, Tú eres mi Dios, Tú mi Maestro, y sin embargo yo no te he visto. Tú me has creado y me has redimido, Tú me has dado todos mis bienes, y sin embargo no te conozco aún. Me has hecho con la única finalidad de que te vea, y sin embargo yo no he realizado aún mi destino. Miserable condición la del hombre que ha perdido aquello para lo que fue creado... Te encontraré al amarte y te amaré mientras te encuentro. (San Anselmo de Canterbury, Proslogion, 1)

Domingo II de Adviento

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MARCOS 1, 1-8

Comienza el Evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios.

Está escrito en el profeta Isaías: Yo envío mi mensajero delante de ti para que te prepare el camino. Una voz grita en el desierto: "Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos." Juan bautizaba en el desierto; predicaba que se convirtieran y se bautizaran, para que se les perdonasen los pecados. Acudía la gente de Judea y de Jerusalén, confesaban sus pecados, y él los bautizaba en el Jordán. Juan iba vestido de piel de camello, con una correa de cuero a la cintura, y se alimentaba de saltamontes y miel silvestre. Y proclamaba: "Detrás de mí viene el que puede más que yo, y yo no merezco agacharme para desatarle las sandalias. Yo os he bautizado con agua, pero él os bautizará con Espíritu Santo."