jueves, 30 de abril de 2009
Oracion por el fin de la Gripe Porcina
Padrenuestro.
Avemaría.
Gloria.
miércoles, 29 de abril de 2009
Santa Catalina de Siena
Nos apremia el amor, vírgenes santas;
vosotras, que seguisteis su camino,
guiadnos por las sendas de las almas
que hicieron de su amar amor divino.
Esperasteis en vela a vuestro Esposo
en la noche fugaz de vuestra vida,
cuando llamó a la puerta, vuestro gozo
fue contemplar su gloria sin medida.
Vuestra fe y vuestro amor fue fuego ardiente
que mantuvo la llama en la tardanza,
vuestra antorcha encendida asiduamente
ha colmado de luz vuestra esperanza.
Pues gozáis ya las nupcias que el Cordero
con
no dejéis que se apague nuestro fuego
en la pereza y sueño del pecado.
Demos gracias a Dios y; humildemente;
pidamos al Señor que su llamada
nos encuentre en vigilia permanente,
despiertos en la fe y en veste blanca.
martes, 28 de abril de 2009
Sé de quién me he fiado
lunes, 27 de abril de 2009
Como en Emaús
Señor,
también yo marcho hoy por la vida
como los discípulos de Emaús:
pensando que mi vida no tiene sentido,
creyendo que en la vida todo es negro,
incapaz de ver con mis ojos
la claridad del día y las estrellas de la noche.
Señor, yo, y otros muchos como yo,
tenemos la tentación de creer
que el dolor es más fuerte que la vida.
Yo, y otros muchos como yo,
nos decimos que esto no tiene salida,
que no hay quién lo arregle,
que nos hemos hechos demasiadas ilusiones,
y la realidad es muy distinta...
Señor, yo, y otros muchos como yo,
creemos que nos has abandonado
y nos vamos, cabizbajos, de retirada:
«Porque ya no hay nada que hacer,
porque ya todo está perdido ... »
Señor, ¿no podrías salir hoy al camino
y pasear conmigo?
¿No podrías levantar mi esperanza
de este suelo rastrero por donde camino?
¿No podrías quedarte a comer
y calentar mi corazón frío?
¿No podrías, Señor,
hacer algo para descubrir tu presencia,
que alegre mi existencia?
¿No podrías, Señor, repetir
aquella escena de Emaús en mi vida?
domingo, 26 de abril de 2009
III DOMINGO DE PASCUA
En aquel tiempo contaban los discípulos lo que les había acontecido en el camino y como reconocieron a Jesús en el partir el pan. Mientras hablaba; se presentó Jesús en medio de sus discípulos y les dijo:
-- Paz a vosotros.
Llenos de miedo por la sorpresa, creían ver un fantasma. El les dijo:
--¿Por qué os alarmáis?, ¿por qué surgen dudas en vuestro interior? Mirad mis manos y mis pies: soy yo en persona. Palpadme y daos cuenta de que un fantasma no tiene carne y huesos, como veis que yo tengo.
Dicho esto, les mostró las manos y los pies. Y como no acababan de creer por la alegría, y seguían atónitos, les dijo:
--¿Tenéis ahí algo que comer?
Ellos le ofrecieron un trozo de pez asado. El lo tomó y comió delante de ellos. Y les dijo:
--Esto es lo que os decía mientras estaba con vosotros: que todo lo escrito en la ley de Moisés y en los profetas y salmos acerca de mí tenía que cumplirse.
Entonces les abrió el entendimiento para comprender las Escrituras. Y añadió:
--Así estaba escrito: el Mesías padecerá, resucitará de entre los muertos al tercer día, y en su nombre se predicará la conversión y el perdón de los pecados a todos los pueblos, comenzando por Jerusalén. Vosotros sois testigos de esto.
viernes, 24 de abril de 2009
miércoles, 22 de abril de 2009
martes, 21 de abril de 2009
Nuevo Prepósito General de la Orden
El P. Saverio (Antonio Gennaro) Cannistrà del Sagrado Corazón, nació en la ciudad calabresa de Catanzaro el 3 de octubre de 1958. Cursó estudios de Filología en la Scuola Normale y después trabajó para la editorial Einaudi.
Ingresó en el noviciado de la Provincia italiana de Toscana en la Orden de los Carmelitas Descalzos en 1985 y realizó su profesión simple el 17 de septiembre de 1986. Emitió su profesión Solemne en 1990 y fue ordenado sacerdote el 24 de octubre de 1992.
Doctor en Teología Dogmática por la Universidad Gregoriana de Roma, Saverio Cannistrà, es miembro de la Conferencia Teológica Italiana (área septentrional) y ha participado en numerosos congresos de la Orden. Conocedor de varios idiomas, ha impartido clases en la Facultad de Teología del Teresianum de Roma y en la actualidad era profesor de Cristología y Antropología teológica en la Facultad de Teología de Italia central cerca de Florencia.
El P. Saverio, que fue elegido por primera vez Superior Provincial en el Capítulo Provincial de Toscana del año pasado. El día 20 de abril de 2009 fue elegido Prepósito General del Carmelo Teresiano en el 90 Capítulo General que se celebra en Fátima (Portugal).
lunes, 20 de abril de 2009
90 Capítulo General de la Orden
Todas las noticias acerca de este encuentro las podéis encontrar aquí.
domingo, 19 de abril de 2009
II Domingo de Pascua
LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN 20, 19- 31
Al anochecer de aquel día, el día primero de la semana, estaban los discípulos en una casa con las puertas cerradas, por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo:
--Paz a vosotros.
Y diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió:
--Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo.
Y dicho esto exhaló su aliento sobre ellos y les dijo:
--Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados les quedan perdonados; a quienes se los retengáis les quedan retenidos.
Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Y los otros discípulos le decían:
--Hemos visto al Señor.
Pero él les contestó:
-- Si no veo en sus manos la señal de los clavos, si no meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en su costado, no lo creo.
A los ocho días estaban otra vez dentro los discípulos y Tomás con ellos. Llegó Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio y dijo:
--Paz a vosotros.
Luego dijo a Tomás:
--Trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente.
Contestó Tomás:
--¡Señor mío y Dios mío!
Jesús le dijo:
--¿Porque me has visto has creído? Dichosos los que crean sin haber visto.
Muchos otros signos que no están escritos en este libro hizo Jesús a la vista de los discípulos. Estos se han escrito para que creáis que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengáis vida en su Nombre.
sábado, 18 de abril de 2009
Paseo de Pascua
Tres Comunidades del norte: Reinosa, Oviedo y Gijón ayer, miércoles, se reunieron en fraternidad para compartir el paseo de Pascua tradicional. La visita a las cuevas del Soplao, en Cantabria, que recomendamos por su belleza, llenó la mañana. La mesa nos sirvió para conversar, enterarnos de la situación del resto de hermanos de de las Comunidades, recordar viejos momentos... y para reponer fuerzas, con el fin de poder, de tarde, llegar hasta Bárcena la Mayor, pueblecito cántabro que merece conocerse. El día, que se había abierto con lluvias, fue dando paso a claros y nubes, que hicieron más grata la ya de por sí feliz convivencia entre hermanos carmelitas. Por lo agradable que resultaba el encuentro, se pidió otro encuentro para celebrar el fin de curso.
REGINA COELI
Reina del cielo, Alégrate, aleluya.
Porque el que en tu seno llevaste; aleluya.
Resucitó, como dijo; aleluya.
Ruega a Dios por nosotros; aleluya.
Gózate y alégrate, Virgen María; aleluya.
Porque ha resucitado verdaderamente el Señor; aleluya.
Oremos. Oh Dios, que por la resurrección de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo, te has dignado dar la alegría al mundo, concédenos que por su Madre, la Virgen María, alcancemos el goce de la vida eterna. Por el mismo Cristo Nuestro Señor. Amén.
martes, 14 de abril de 2009
Mensaje del Obispo para la Pascua
La Pascua de Resurrección es un tiempo para la alegría, porque el Señor “es el verdadero Cordero que quitó el pecado del mundo: muriendo destruyó nuestra muerte y resucitando restauró la vida” (Prefacio Pascual I). Finalmente triunfó la vida. Ahora la última palabra la tiene no la muerte, sino la vida, por eso podemos saltar de júbilo y cantar, porque Dios ha hecho maravillas. “Este es el día en que actuó el Señor: sea nuestra alegría y nuestro gozo” (Psalmo 117).
“En la muerte de Cristo nuestra muerte ha sido vencida y en su resurrección hemos resucitado todos” (Prefacio Pascual II). Jesucristo Resucitado, que ya no muere más y vive para siempre, garantiza la perenne resurrección del hombre. “Pasó lo viejo, todo es nuevo” (2 Cor 5, 17). Todo proyecto y designio del ser humano, esta noble y frágil criatura, tiene desde ahora un nuevo ‘nombre’ en Cristo Resucitado de entre los muertos. A partir de Cristo nada es igual, pues tenemos una vida inigualable. “Cree la Iglesia que Cristo, muerto y resucitado por todos, da al hombre su luz y su fuerza por el Espíritu Santo a fin de que pueda responder a su máxima vocación y que no ha sido dado bajo el cielo a la humanidad otro nombre en el que sea necesario salvarse. Igualmente cree que la clave, el centro y el fin de toda la historia humana se halla en su
Señor y Maestro” (Vaticano II, GS 10).
La resurrección nos convierte en testigos alegres y esperanzados de Cristo el gran viviente. Celebrar la Pascua es empezar a vivirla con signos de resurrección:
- La luz, que ahuyente las tinieblas del miedo y de la tristeza.
- La alegría. “Cristo, alegría del mundo, resplandor de la gloria del Padre.
¡Bendita la mañana que anuncia su esplendor al universo!”(Himno de laudes).
- La esperanza, que nos da fortaleza para vencer los temores, superar las
contrariedades de la vida, soportar los sufrimientos, y llevar la cruz.
- La paz, que el mundo no puede dar, es posible desde Cristo Resucitado. Que la tentación de la venganza abra paso a la valentía del perdón y la reconciliación; que la cultura de la vida haga vana la lógica de la muerte; que la confianza vuelva a reanimar la vida de los pueblos.
- El amor, que es perdón y gracia salvadora del Resucitado, que nos invita a amar, sirviendo, creando unidad, dando testimonio. En el amor está la libertad; radica la santidad; se manifiesta la vida. Sólo el que ama es libre. Sólo el que ama vive y no gustará la muerte para siempre.
Que la Virgen María, la Reina del cielo, Madre del Redentor, que en la hora del dolor tuvo encendida la lámpara de la esperanza, nos enseñe a nosotros a ser testigos esperanzados de la Resurrección de Cristo en esta hora del mundo y de la Iglesia.
Para todos, queridos diocesanos de Santander y hombres de buena voluntad, mis mejores deseos de una feliz Pascua de Resurrección.
lunes, 13 de abril de 2009
Lunes de la Octava de Pascua
ofrendas de alabanza
a gloria de la Victima
propicia de la Pascua.
Cordero sin pecado
que a las ovejas salva,
Dios y a los culpables
unió con nueva alianza.
Lucharon vida y muerte
en singular batalla,
y, muerto el que es la Vida,
triunfante se levanta.
«¿Qué has visto de camino,
María, en la mañana?»
«A mi Señor glorioso,
la tumba abandonada,
los ángeles testigos,
sudarios y mortaja.
¡Resucitó de veras
mi amor y mi esperanza!
Venid a Galilea,
allí el Señor aguarda;
allí veréis los suyos
la gloria de la Pascua. »
Primicia de los muertos,
Sabemos por tu gracia
que estás resucitado;
la muerte en ti no manda
Rey vencedor, apiádate
de la miseria humana
y da a tus fieles parte
en tu victoria santa.
domingo, 12 de abril de 2009
Domingo de Resurrección
sábado, 11 de abril de 2009
Sábado Santo
viernes, 10 de abril de 2009
Viernes Santo
jueves, 9 de abril de 2009
Jueves Santo
SEMANA SANTA
martes, 7 de abril de 2009
Miercoles Santo
Finalizado el cántico y la cena
hacia Getsemaní se encaminaron,
las sombras de la noche enmascararon
los rostros demudados por la pena.
Llevaban de tristeza su alma llena.
Ocho, a la entrada, para orar quedaron;
Pedro, Santiago y Juan acompañaron
a Jesús. Empezaba la condena.
Se alejó de ellos pálido, afligido,
de hinojos se postró, la frente en tierra,
y elevó al Padre bueno su plegaria.
Estaba atribulado, decaído,
y su materia, que a existir se aferra,
pedía su razón originaria.
Martes Santo
En esta tarde, Cristo del Calvario,
vine a rogarte por mi carne enferma;
pero, al verte, mis ojos van y vienen
de tu cuerpo a mi cuerpo con vergüenza.
¿Cómo quejarme de mis pies cansados,
cuando veo los tuyos destrozados?
¿Cómo mostrarte mis manos vacías,
cuando las tuyas están llenas de heridas?
¿Cómo explicarte a ti mi soledad,
cuando en la cruz alzado y solo estás?
¿Cómo explicarte que no tengo amor,
cuando tienes rasgado el corazón?
Ahora ya no me acuerdo de nada,
huyeron de mí todas mis dolencias.
El ímpetu del ruego que traía
se me ahoga en la boca pedigüeña.
Y sólo pido no pedirte nada,
estar aquí, junto a tu imagen muerta,
ir aprendiendo que el dolor es sólo
la llave santa de tu santa puerta.
Lunes Santo
y un río de piedad en tu costado;
bajo tu cruz quédeme arrodillado,
con ansia y gratitud siempre deudora.
Conózcate, oh Cristo, en esta hora
de tu perdón; mi beso apasionado,
de ardientes labios en tu pie clavado,
sea flecha de amor y paz de aurora.
Conózcame en tu vía dolorosa
y conozca, Señor, en los fulgores
de tus siete palabras, mi caída;
que en esta cruz pujante y misteriosa
pongo, sobre el amor de mis amores,
el amor entrañable de mi vida.
Amén.
sábado, 4 de abril de 2009
RETIRO DE PREPARACIÓN A LA SEMANA SANTA
Domingo de Ramos
LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MARCOS 11, 1-10
Se acercaban a Jerusalén, por Betfagé y Betania, junto al monte de los Olivos, y Jesús mandó a dos de sus discípulos, diciéndoles:
-- Id a la aldea de enfrente y, en cuanto entréis, encontraréis un borrico atado, que nadie ha montado todavía. Desatadlo y traedlo. Y si alguien os pregunta por qué lo hacéis, contestadle: "El Señor lo necesita y lo devolverá pronto."
Fueron y encontraron el borrico en la calle, atado a una puerta, y lo soltaron. Algunos de los presentes les preguntaron:
-- ¿Por qué tenéis que desatar el borrico?
Ellos les contestaron como había dicho Jesús; y se lo permitieron. Llevaron el borrico, le echaron encima sus mantos, y Jesús se montó. Muchos alfombraron el camino con sus mantos, otros con ramas cortadas en el campo. Los que iban delante y detrás gritaban:
- Hosanna, bendito el que viene en nombre del Señor. Bendito el reino que llega, el de nuestro padre David. ¡Hosanna en el cielo!
Stabat Mater
Estaba la Madre dolorosa
junto a la Cruz, llorosa,
en que pendía su Hijo.
Su alma gimiente,
contristada y doliente
atravesó la espada.
¡Oh cuán triste y afligida
estuvo aquella bendita
Madre del Unigénito!
Languidecía y se dolía
la piadosa Madre que veía
las penas de su excelso Hijo.
¿Qué hombre no lloraría
si a la madre de Cristo viera
en tanto suplicio?
¿Quién no se entristecería
a la Madre contemplando
con su doliente Hijo?
Por los pecados de su gente
vio a Jesús en los tormentos
y doblegado por los azotes.
Vio a su dulce Hijo
muriendo desolado
al entregar su espíritu.