martes, 17 de enero de 2012

Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos 2012

Todos seremos transformados por la victoria
de nuestro Señor Jesucristo
(Cfr. I Co 15, 51-58)

18-25 de enero de 2012

Ocho días para reflexionar sobre nuestra transformación en Cristo

En la Semana de Oración 2012 estamos invitados a profundizar en nuestra fe, en la que
todos nosotros seremos transformados por la victoria de nuestro Señor Jesucristo. Las lecturas bíblicas, comentarios, oraciones y preguntas para la reflexión exploran los diferentes aspectos de lo que esto significa para la vida de los cristianos y para su unidad, en y para el mundo de hoy. Comenzamos por contemplar a Cristo servidor, y nuestro camino nos lleva a la celebración final del reino de Cristo, por medio de su cruz y resurrección.

Día primero: Transformados por Cristo Servidor
El hijo del hombre ha venido para servir (cf. Mc 10, 45)
Hoy encontramos a Jesús en su camino hacia la victoria a través del servicio. Lo vemos
como aquel que ≪no ha venido para ser servido, sino para servir y dar su vida en pago
de la libertad de todos≫ (Mc 10, 45). En consecuencia, la Iglesia de Jesucristo es una
comunidad de servicio. El poner en acto nuestros diferentes dones sirviendo juntos la
humanidad hace visible nuestra unidad en Cristo.

Día segundo: Transformados por la espera paciente del Señor
Es menester que cumplamos lo que Dios ha dispuesto (Mt 3, 15)
En este día nos concentramos en la espera paciente del Señor. Para lograr cualquier
cambio se requiere perseverancia y paciencia. Orar a Dios para alcanzar una transformación es también un acto de fe y de confianza en sus promesas. Esta espera del Señor es esencial para todos los que oran por la unidad visible de la Iglesia en esta semana. Todas las actividades ecuménicas requieren tiempo, atención mutua y acción conjunta. Todos estamos llamados a cooperar con la obra del Espiritu que une a los cristianos.

Día tercero: Transformados por el Siervo doliente
Cristo padeció por nosotros (cf. 1Pe 2, 21)
Este día nos invita a reflexionar sobre el sufrimiento de Cristo. Siguiendo a Cristo, el Siervo sufriente, los cristianos estamos llamados a la solidaridad con todos los que sufren. Cuanto más nos acercamos a la cruz de Cristo, mas nos acercamos unos a otros.

Día cuarto: Transformados por la victoria del Señor sobre el mal
Vence al mal a fuerza de bien (Rom 12, 21)
Este día nos introduce más profundamente en las luchas contra el mal. La victoria en
Cristo es una superación de todo lo que daña a la creación de Dios y nos mantiene separados unos de otros. En Jesús estamos llamados a compartir esta nueva vida, luchando con El contra lo que está mal en nuestro mundo, con confianza renovada y con una alegría profunda en lo que es bueno. Mientras estemos divididos no podemos ser lo
suficientemente fuertes para vencer el mal de nuestro tiempo.

Día quinto: Transformados por la paz de Cristo resucitado
Se presento Jesús en medio de ellos y les dijo: la paz este con vosotros (Jn 20, 19)
Hoy celebramos la paz del Señor resucitado. El Resucitado es el gran vencedor sobre la
muerte y el mundo de las tinieblas. El une a sus discípulos, que estaban paralizados por
el miedo. El nos abre nuevas perspectivas de vida y de acción a favor de su Reino que
viene. El Señor resucitado une y fortalece a todos los creyentes. La paz y la unidad son
los signos de nuestra transformación por su resurrección.

Día sexto: Transformados por el amor inconmovible de Dios
Nuestra fe es la que vence al mundo (cf. 1 Jn 5, 4)
En este día nuestra atención se concentra en el amor fiel de Dios. El misterio pascual
revela este amor fiel y nos llama a una nueva forma de fe. Esta fe supera el temor y abre
nuestros corazones al poder del Espíritu. Esta fe nos invita a la amistad con Cristo y, de
este modo, de unos con otros.

Día séptimo: Transformados por el Buen Pastor
Apacienta mis ovejas (Jn 21, 17)
Los textos bíblicos de hoy nos muestran al Señor fortaleciendo a su rebano. Somos llamados a seguir al Buen Pastor, a reforzarnos mutuamente en el Señor, a apoyar y fortalecer a los débiles y los perdidos. Hay un solo Pastor, y nosotros somos su pueblo.

Día octavo: Reunidos en el Reino de Cristo
Al vencedor lo sentare en mi trono, junto a mi (Ap 3, 21)
En este último día de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos celebramos
el Reino de Cristo. La victoria de Cristo nos permite mirar hacia el futuro con esperanza. Esta victoria supera todo lo que nos impide compartir la plenitud de la vida con El y con los demás. Los cristianos sabemos que la unidad entre nosotros es sobre todo un don de Dios. Es un participar en la victoria gloriosa de Cristo sobre todo lo que divide.

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