domingo, 22 de abril de 2012

Es tu día, Señor


Nada, ni nadie, podrá ensombrecer


el sol en el cual se convierte tu Palabra:


nos da seguridad, en la debilidad


nos ofrece el pan para el alma


es aliento en las dificultades.


ES TU DIA, SEÑOR


Cada Domingo, en la mesa del altar,


reconocemos tu presencia resucitada


sentimos tu mano resucitadora,


vemos tu costado que, abriéndose una y otra vez,


regala salvación y agua para toda la humanidad.


ES TU DIA, SEÑOR


Y, por ser tu día, Señor


nos sentamos en la mesa que tanto nos habla de Ti


En la mesa que nos enseña tu retrato de amor


En la mesa que se impone frente a toda duda


En la mesa que nos confirma en la fraternidad


ES TU DIA, SEÑOR


Cada Domingo, en la Eucaristía,


acogemos la paz que sólo Tú puedes ofrecer:


Paz sin maquillajes ni treguas


Paz sin exclusiones ni favoritismos


Paz sin recompensa alguna


La Paz que, siendo para la tierra,  baja del cielo.


ES TU DIA, SEÑOR


El momento del encuentro


Del cara a cara del hombre contigo


De saber que avanzas a nuestro lado


De confirmarnos en el áspero y duro camino


De celebrar, algo que sólo el Domingo nos da:


La VIDA se impone sobre la muerte


La RESURRECCCION espera al final,


Después de la gran semana de la vida terrena


La PAZ como fruto de la comunión


de Dios con el hombre


ES TU DIA, SEÑOR


Amén





Javier Leoz

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