martes, 22 de mayo de 2012

A ti se eleva la alabanza de toda criatura.

Oh Dios, Tú eres nuestro Creador.
Tú eres bueno y tu misericordia no conoce límites.
A ti se eleva la alabanza de toda criatura.
Oh Dios, Tú nos has dado una ley interior por la cual debemos vivir.
Hacer tu voluntad es nuestra misión.
Seguir tus caminos es conocer la paz del corazón.
A ti te rendimos nuestro homenaje.
Guíanos en todas las sendas por las que peregrinemos en esta tierra
Líbranos de todas aquellas malas tendencias que conduzcan nuestros corazones lejos de tu voluntad.
Nunca dejes que nos alejemos de ti.
Oh Dios, Juez de toda la humanidad, ayúdanos a ser contados entre tus elegidos en el último día.
Oh Dios, Autor de la paz y la justicia, danos alegría verdadera y auténtico amor y una solidaridad duradera entre las personas.
Danos tus dones eternos. ¡Amén!
¡Que el Dios de la misericordia, el Dios del amor, el Dios de la paz, os bendiga a cada uno y a todos los miembros de vuestras familias!
Juan Pablo II

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