lunes, 28 de mayo de 2012

Ven, tú el más santo de los Espíritus,

Ven , pues;
ven, oh consolador buenísimo del alma que sufre...
Ven, tú que purificas las manchas,
tú que curas las heridas.
Ven, fuerza de los débiles,
vencedor de los orgullosos.
Ven, oh tierno padre de los huérfanos...
Ven, esperanza de los pobres...
Ven, estrella de los navegantes,
puerto de los que naufragan.
Ven, oh gloriosa insignia de los que viven.
Ven, tú el más santo de los Espíritus,
ven y ten compasión de mí.
Hazme conforme a ti...
Juan de Fécamp

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