viernes, 28 de septiembre de 2012

Que Dios nos conserve

Que el Creador del universo
conserve intacto sobre la tierra 
el nombre de sus elegidos, 
por su Hijo amado, Jesucristo.

     Por él nos ha llamado de las tinieblas a la luz,

de la ignorancia al conocimiento de la gloria de su nombre.
Ponemos en ti nuestra esperanza, 
Príncipe de toda la creación.

     Tú has abierto los ojos de nuestros corazones, 

para que te conozcamos
a ti el Altísimo en los cielos,
el Santo que descansa en medio de los santos.

     Tú humillas la insolencia de los soberbios,

desbaratas los planes de las naciones,
levantas a los humildes y derribas a los poderosos,
enriqueces a los empobrecidos,
tomas y das vida.

     Único bienhechor de los espíritus,

y Dios de toda carne,
escrutas las profundidades,
vigilas las obras de los hombres.
Auxilio en los peligros,
Salvador de los desesperados,
Creador y Guardián de todo espíritu viviente...

     Te pedimos, oh Todopoderoso,

que seas nuestro auxilio y defensor.
Salva a los oprimidos,
ten piedad de los pobres,
levanta a los que han caído.
Acude a los que están necesitados,
cura a los enfermos, 
vuelve a los de tu pueblo que se han extraviado, 
da el alimento a los que tienen hambre,
la libertad a nuestros presos;
levanta a los débiles,
consuela a los pusilánimes;
y que todos los pueblos reconozcan
que sólo tú eres Dios,
que Jesucristo es tu Hijo, 
que nosotros somos tu pueblo y las ovejas de tu rebaño.
San Clemente de Roma

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