viernes, 28 de septiembre de 2012

Y yo, cuando sea levantado, atraeré a todos hacia mi

Hay en la tierra
un árbol maravilloso,
 cuya raíz, ¡oh misterio!,
 se encuentra en el cielo.

 Acogido a su sombra,
 nada ni nadie te podrá alcanzar;
 sin miedo a la tormenta,
 bajo él puedes descansar.

 El árbol inefable
 lleva por nombre «amor».
 Su fruto deleitable
 se llama «el abandono».

 Ya en esta misma vida
 este fruto me da felicidad,
 mi alma se recrea
 con su divino aroma.

 Al tocarlo mi mano,
 me parece un tesoro.
 Al llevarlo a la boca,
 me parece más dulce todavía.

 Un mar de paz me da ya
 en este mundo,
 y en esta paz profunda
 descanso para siempre.

 Sólo el abandono
 me entrega a tus brazos,
 ¡oh Jesús mío!,
 y es el que me hace vivir la vida de tus elegidos.”

No hay comentarios:

Publicar un comentario