jueves, 31 de diciembre de 2009

El Señor ha revelado su salvación


El Señor ha revelado su salvación, aleluya, aleluya.

Ante el misterio de Belén, en el que se nos ha revelado la misericordia infinita de Dios, decimos:

Oh Señor,
mientras que el tiempo agota todas las esperanzas,
¡tú sigues siendo la única esperanza!

Mientras se consumen los siglos y los milenios,
tú sigues siendo perennemente joven.

Mientras que las riquezas revelan cada vez más
su rostro frágil y decepcionante,
tú todavía nos asombras y nos atraes
con la única, con la pura, con la absoluta
pobreza de Belén.

Tú, pobre de Belén,
eres la respuesta que no escuchamos.

Tú, pobre de Belén,
eres la riqueza que no entendemos.

Tú, pobre de Belén,
eres la paz que tanto nos falta.

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