domingo, 12 de julio de 2009

Oración vocacional

La cercanía de la fiesta de nuestra Madre la Virgen del Carmen despierta nuestro espíritu carmelitano y nos llena de confianza, para hacerte llegar hoy, por su mediación, nuestras intenciones convertidas en petición. Te encomendamos primero las vocaciones al Carmelo:
- Continúa llamando gentes que, con suficiente libertad de espíritu, arriesguen sus vidas en la gratuidad, y te sigan bajo este maravilloso ideal carmelitano de nuestra Orden, enriqueciendo con él a la Iglesia, y convirtiéndose en fermento de un mundo nuevo, un mundo de hermanos.
- Da perseverancia a cuantos han iniciado este camino del Carmelo, vocaciones en formación, para que a pesar de las dificultades, alcancen la cumbre de la contemplación, desde la que se divisa el mundo con ojos “marianos”, ojos de amor carmelitano, y que lleva a la donación entera de sí, socorriendo a su paso, como buenos samaritanos, toda necesidad humana.
- No te canses de poner alegría, entusiasmo y felicidad en los corazones de todos cuantos formamos y somos afectos a esta gran familia carmelitana; que sea constante en nosotros la satisfacción de servirte, gastando nuestras vidas en una entrega generosa en favor de los hermanos.
Y, porque el corazón de esta gran familia del Carmelo es universal y no tiene fronteras, te pedimos también por nuestros hermanos misioneros, que se encuentran esparcidos por el ancho mundo. Pon fortaleza en sus cansancios y eficacia en sus trabajos, para que sean presencia animadora del Reino en medio de las gentes, a las que dedican lo mejor de sus esfuerzos.
Amparados por el amor de tu Madre, que es también nuestra Madre, te lo pedimos a ti, Señor, que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén

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