domingo, 16 de diciembre de 2012

Ven

Ven, Señor Jesús, busca a tu siervo, busca a tu oveja inválida, se ha ido errando tu oveja para que tú anduvieras recorriendo los montes. Deja las noventa y nueve y ven a buscar a esa que está perdida. Ven sin perros, ven que ya hace tiempo que espero tu venida. Ya sé que estás para llegar. Ven sin bastón, pero con amor y actitud clemente. Ven a mí que he estado vagando, lejos de tu rebaño, por los montes.

Búscame porque yo te busco. Rodéame, encuéntrame, levántame, llévame. Tú puedes encontrar lo que buscas. Tú aceptas llevar sobre ti lo que has encontrado. No te fastidia un peso de amor. Ven, pues, Señor, porque tú eres el único que puede hacer volver a una oveja vagabunda sin contristar a las que has dejado, porque también ellas se alegran del retorno del pecador. Ven ejecutar la salvación a la tierra, la gloria en el cielo”.

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