martes, 2 de febrero de 2010

Jornada Mundial de la Vida Consagrada


«Deseo hacer llegar a todos los hombres y mujeres que quieran
escuchar mi voz la invitación a buscar los caminos que conducen al
Dios vivo y verdadero también a través de las sendas trazadas por
la vida consagrada».
(Vita consecrata, 108)

«A lo largo de los siglos nunca han faltado hombres y mujeres que,
dóciles a la llamada del Padre y a la moción del Espíritu, han elegido
este camino de especial seguimiento de Cristo, para dedicarse
a Él con corazón “indiviso” (cf. 1 Co 7, 34). También ellos, como los
Apóstoles, han dejado todo para estar con Él y ponerse, como Él,
al servicio de Dios y de los hermanos. De este modo han contribuido
a manifestar el misterio y la misión de la Iglesia con los múltiples
carismas de vida espiritual y apostólica que les distribuía el Espíritu
Santo, y por ello han cooperado también a renovar la sociedad».
(Vita consecrata, 1)

RENOVACIÓN DE LA CONSAGRACIÓN

Yo... como consagrado/a, comprometido/a en la construcción del Reino de Dios, quiero hoy ante la comunidad cristiana renovar mi consagración:

Desde el Instituto al que pertenezco quiero renovar mi fidelidad al carisma que lo fecunda.

Desde los votos de castidad, pobreza y obediencia quiero enraizarme apasionadamente en la voluntad amorosa de Dios que me llama a la solidaridad fecunda y al amor generoso.

Desde mi experiencia orante quiero seguir convirtiendo mi corazón al perdón, la justicia, la esperanza y la paz.

Porque el Señor me ha seducido y me sigue seduciendo a vivir desde Él en la Iglesia y en el mundo para transformar la realidad y anunciar la salvación.

Todos:

Acogemos vuestro proyecto junto al nuestro, compartiendo la experiencia de haber visto la salvación del Señor.

Juntos construimos el Reino, juntos hacemos comunidad, juntos seguiremos luchando por la causa de la justicia y de la paz. Amén

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