viernes, 19 de febrero de 2010

Perdóname, Señor


Pon, Señor, mi pecado
bajo el oscuro velo del olvido...
Sé que estás enojado
y ves con desagrado
los deslices y el mal que he cometido.

Perdóname, Señor,
dispensa mis errores y mis culpas.
Muy grande es mi dolor,
soy un gran pecador,
acepta mi aflicción y mis disculpas.

Mucho tiempo he perdido.
Mucho tiempo, Señor, me has esperado,
pero te he prometido
no ser un descreído,
no tener un final tan desgraciado.

Y de aquí en adelante,
de rodillas, postrado ante tu trono,
con amor delirante
y en oración constante
en tus divinos brazos me abandono. Amén.

No hay comentarios:

Publicar un comentario