sábado, 1 de mayo de 2010

Bendito san José


Bendito san José,

Tú fuiste un hombre bueno.

Humilde y sin historia,

Con amor y en silencio

Cumpliste la misión

Recibida del cielo:

Esposo de la Virgen

Y Custodio del Verbo.

Los ángeles te hablaban

Y explicaban tus sueños.


Tan cercano a nosotros

Como el sencillo obrero

Que en su taller se gana

Con sudor el sustento.

No fue tu vida fácil,

Envuelta en el misterio,

Con dolores y gozos,

Amenazas y miedos.


Para salvar al Niño,

-tu tesoro y tu cielo-,

Te pones en camino

De noche hacia el destierro.

Los ojos de María

-dos brillantes luceros-

El sonreír del Niño,

Te alumbran el sendero.


Hoy la Iglesia te aclama

Su patrono perpetuo.

Cuidaste a nuestra Madre,

Y a su Hijo, el Unigénito,

Con paternal ternura

Y esmerado desvelo.

Sé nuestro protector,

Enséñanos tu ejemplo,

Alárganos tu mano

Y llévanos al cielo.

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