jueves, 12 de febrero de 2009

Los Carmelitas Descalzos en Reinosa (III)

Por Fray Pedro Ortega
En el año 1933 el Diario Montañés publicaba lo siguiente: "Va para tres años que los RR. PP, Carmelitas Descalzos, por benigna concesión del Excmo. Arzobispo de Burgos, accediendo a reiteradas instancias de un gran sector de la población, se hallan establecidos en la ciudad campurriana ejerciendo con gran celo y, edificación su sagrado ministerio en la capilla de San Roque. No es fácil condensar en pocas líneas la ingente labor que han realizado, y la simpatía y afecto con que han sido correspondidos por el público piadoso, y con gran respeto por todos".

A pesar de lo difícil de las circunstancias la comunidad sigue su vida carmelitana con gran ejemplo de la población. No obstante un pequeño grupo de gente poco afecta a la Iglesia trabajó por echarlos de la capilla de San Roque con el pretexto de que era Patronato del Ayuntamiento. Tras una entrevista del Superior con el Alcalde se pudo evitar.

El año 1936 se fue perdiendo la paz y seguridad para los religiosos y sacerdotes. Hacia mediados de agosto vieron los Carmelitas Descalzos que su vida corría peligro, procuraron ponerse a salvo; dos Padres decidieron ir rumbo a Santander el 23 de agosto y el 25 se fueron para Bilbao a fin de pasar de aquí a Francia; otro estaba predicando en Osorno; el Hno. Maximino de la Virgen del Carmen, llegado a primeros de julio a Reinosa y joven de 20 años, se hospedó en casa de "Las Quiterias", donde sus propietarios le habían ofrecido hospedaje; de aquí salió y cayó en manos de los milicianos, que le llevaron al Colegio de San José, de los HH. Menesianos, convertido en cárcel. Más tarde le trasladaron al barco Alfonso Pérez, en Santander, que estaba destinado a prisión de religiosos... Al ser explosionado dicho barco, murió mártir dicho Hno. Maximino, el 27 de diciembre de 1936. Sus restos, con los de los otros mártires, fueron trasladados a la cripta de la catedral de Santander. Actualmente está en proceso de beatificación.

Una vez vuelta la 'normalidad' a Reinosa -agosto de 1937-, retornan los Carmelitas Descalzos el 4 de septiembre. Después de varios días de obras para acomodar capilla y residencia 'a su estado primitivo', pues habían sufrido bastantes desperfectos, recomienzan su vida de culto y apostolado.

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