lunes, 25 de enero de 2010

Conversión de San Pablo

Si derribado caíste,
fue para elevarte más.
De hoy por siempre seguirás
al Cristo que perseguiste.
Ruega por mí, ciego y triste,
que Saulo de errores fui.

Si en el pecado me hundí,
pueda seguirte en tu vuelo.
Desde el fulgor de tu cielo,
san Pablo, ruega por mí.


No hay comentarios:

Publicar un comentario