viernes, 29 de enero de 2010

Un nuevo día


A la hora de nuestro descanso, pidámosle a Dios que nos prepare un nuevo día:

En el que estemos dispuestos a servirle con todo el corazón.
En el que no busquemos excusas para enfadarnos ni ofender a nadie.
En el que estemos atentos a las necesidades de nuestro prójimo y sepamos responder con alegría a las contrariedades.
Que sea un día en el que nuestros pensamientos sean sus pensamientos, y sus caminos nuestros caminos.
En el que nos esforcemos por cumplir bien nuestro trabajo y busquemos tiempo para la oración.
En el que queramos cumplir su voluntad en todo.


2 Corintios 12, 9b-10

"Muy agusto presumo de mis debilidades, porque así residirá en mí la fuerza de Cristo. Por eso vivo contento en medio de mis debilidades, de los insultos, las privaciones, las persecuciones y las dificultades sufridas por Cristo. Porque cuando soy débil, entonces soy fuerte."

No hay comentarios:

Publicar un comentario